Imagen de los inmigrantes difundida por Salvamento Marítimo
Sociedad
La odisea de los polizones de Las Palmas: «Debe ser la pesadilla más desagradable que te puedas imaginar»
Tres subsaharianos habrían realizado un viaje de once días en una superficie no superior a los cuatro metros cuadrados
Recorrieron casi 5.000 kilómetros en apenas tres metros cuadrados durante 11 días. Es el periplo que supuestamente realizaron tres polizones subsaharianos en la pala del timón del petrolero Alithini II, que llegó este lunes a Las Palmas de Gran Canaria tras haber salido de Nigeria. De ser cierto el relato de los propios supervivientes, se trataría de un verdadero milagro.
La embarcación, un gigantesco petrolero construido en 2008 que navega con bandera de Malta, llegó al puerto de Las Palmas el pasado lunes después de una travesía de 11 días y seis horas. Fue Salvamento Marítimo el que rescató a estas tres personas cuando el buque se encontraba fondeado en entrediques del puerto de Las Palmas y trasladados para ser atendidos por los servicios sanitarios.
«Es un sitio que no está habilitado para albergar a una persona, con unas condiciones ambientales de mar abierto y riesgo de morir por deshidratación, porque caigas al agua por un golpe de mar, por hipotermia... El riesgo es máximo. Y el habitáculo se puede inundar», comentó a EFE Sofía Hernández, jefa del Centro de Coordinación Salvamento Marítimo de Las Palmas.
Y no es para menos, Walter del Río, práctico mayor del puerto de La Coruña, explica que el área en el que viajaban no superaba los tres o cuatro metros cuadrados a apenas dos metros sobre el nivel del mar. «Si vinieron ahí tuvieron mucha suerte de que no les cogiera mal tiempo. A poco oleaje que haya, ya empieza a mojarse. Lo tienes que pasar muy mal en tu país para meterte en un sitio así», señala.
Este marino no cree que fuera posible que los polizones se subieran en mitad de la travesía, ya que la fuerza que produce la hélice impide acercarse al barco en movimiento. Además, esta embarcación puede alcanzar unos 12 nudos, aproximadamente 22 kilómetros por hora. «Tiene que ser la pesadilla más desagradable que te puedas imaginar: siempre mojado, con el ruido de la hélice, la inseguridad… El mínimo despiste te deja en medio del mar abandonado a tu suerte», añade.
Junto al eje del timón existe un hueco de apenas un metro cúbico donde los polizones debieron dejar víveres y agua para realizar el trayecto. Se debieron subir aprovechando las tareas de carga y descarga del tráfico. «Ya había oído gente que se había metido ahí, pero 11 días… La peor de mis pesadillas», concluye Del Río.
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