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26 de abril de 2024

La cabecera de la edición digital de The New York Times con el reportaje sobre jinetes negros

La cabecera de la edición digital de The New York Times con el reportaje sobre jinetes negros

'The New York Times' denuncia racismo en la equitación porque no hay cascos para pelos afro

El periódico norteamericano denuncia los problemas que enfrentan los «jinetes negros con pelo natural» en un deporte «abrumadoramente blanco» por no encontrar cascos adecuados a su peinado

«Los jinetes negros quieren estar seguros, pero no pueden encontrar cascos»: con ese titular, The New York Times aborda el «problema» al que se enfrentan, según relatan varios testimonios recogidos por el medio norteamericano, las personas negras que practican la equitación por «ser prácticamente imposible encontrar un casco que les quede bien» a causa de su pelo. La periodista McKenna Oxenden asegura en el reportaje publicado este viernes que esto supone un riesgo para la seguridad y que los fabricantes no parecen responder a las necesidades de un número indeterminado de afectados.
La experiencia personal de Robbins da paso a una afirmación: «Los jinetes negros se han sentido invisibles durante mucho tiempo en un deporte que sigue siendo abrumadoramente blanco». El reportaje no incluye la palabra racista en ningún momento, pero las afirmaciones hablan por sí solas: jinetes negros tienen problemas para encontrar cascos acordes a su pelo en un «deporte abrumadoramente blanco».
El segundo testimonio que personifica la denuncia es Caitlin Gooch, una mujer de 30 años natural de Wendell (Carolina del Norte) y con «rastas que caen hasta la mitad de la espalda». Su padre fue jinete y ella heredó la pasión por el deporte equino. Su padre sufrió una lesión por no llevar casco al caer de un caballo. Este incidente provocó que Gooch se tomara en serio la seguridad sobre el caballo y por eso, explica en el reportaje, «cuando se arregla el cabello, aproximadamente cada dos meses, lleva su casco de montar para asegurarse de que aún le queda bien». Es decir: Gooch lleva rastas y también lleva un casco que le protege.
La misma periodista asegura que «no está claro» cuántos jinetes se ven afectados por el problema de los cascos y el pelo afro. La Federación Ecuestre de los Estados Unidos no exige a sus 447 000 miembros que revelen su raza. Tan solo la mitad lo hace, y de ellos el 92 % –asegura la publicación– son blancos, frente a un 0,5 % de negros.
Los lectores de The New York Times señalan las imprecisiones del reportaje en los comentarios. Un usuario explica: «Si quiero llevar coleta, los cascos de equitación tampoco me sirven. Y eso es algo que afecta a una persona blanca, negra o asiática». Otro usuario señala que esa misma problemática se podría trasladar a la natación: «¿Los gorros de nadar no se han adaptado a las rastas?». Y otro usuario, entre los más de 200 comentarios que tiene la noticia, sentencia: «Los cascos de montar están diseñados para ajustarse perfectamente a la cabeza, no al peinado. Es por seguridad, no es por estética».
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