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17 de mayo de 2024

Un hombre se refresca con el agua de una fuente en Sevilla

Un hombre se refresca con el agua de una fuente en SevillaAFP

El verano pasa de durar 90 días a 145 en solo medio siglo

El estudio muestra que las noches tropicales se han incrementado en 18 jornadas y han pasado de una media de 45 a 63

El verano dura cada vez más. Es una evidencia que las altas temperaturas empiezan antes –a la vista está, ya que España se encuentra inmersa en un episodio inusual de calor en pleno mes de abril– y terminan más tarde, con valores elevados hasta casi finales de septiembre.
Y es que, según un estudio del Centro de Política de Suelo y Valoraciones (CPSV) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), los días de verano han pasado de 90 a 145 en los últimos 50 años en las principales ciudades españolas, lo que resulta en dos meses extra de calor. Para ello, los investigadores han desarrollado una metodología con la que ha analizado la evolución experimentada por las temperaturas entre 1971 y 2022 en 21 estaciones meteorológicas representativas de todas las comunidades autónomas.
Los resultados mostrados son clarificadores: la temperatura en las principales ciudades de la España peninsular ha subido 3,54 ° C si atendemos a las máximas, y 2,73 en el caso de las mínimas, además de ser este último año 2022 el más cálido desde que se tienen registros, con 0,9 grados más de media.
De igual forma, las noches tropicales –aquellas cuyas temperaturas no descienden de los 20 °C– se han incrementado en 18 días, pasando de una media de 45 en toda España en 1971 a 63 en 2022.
mAP

Incremento de los días de calor y de las noches tropicales entre los períodos 1951-1954 y 2015-2018

La influencia continental se manifiesta principalmente en el aumento de las temperaturas máximas. Algo que en el caso de la zona de influencia mediterránea es diferente, puesto que allí el aumento de las temperaturas mínimas es más acusado, con un consecuente mayor efecto en la mortalidad. Esto contrasta con lo ocurrido en las costas cantábrica y atlántica, así como, sobre todo, Canarias, que presentan incrementos menos pronunciados, por debajo de los 2°C.

Más olas de calor

A pesar de no existir un consenso acerca de cómo definir las olas de calor, las consideradas diurnas han pasado de tres días como media anual en el conjunto de las estaciones estudiadas en la década 1971-1980 a 9,4 en el período 1981-1990; a 8,8 en el de 1991-2000; a 13,7 en el de 2001-2010; a 15,8 en el de 2011-2020, y a 21,9 en la década 2013-2022.
Si se tienen en cuenta las olas de calor nocturnas, han pasado de 2,7 días en la década 1971-1980, a 6,8 en el período 1981-1990; a 8,8 en 1991-2000; a 20,7 en 2001-2010; a 25,7 en 2011- 2020 y a 30 en la década 2013-2022. El estudio realizado muestra, por ende, que el incremento de las olas de calor nocturnas es claramente más pronunciado que el de las diurnas.

Riesgo para la salud

Según se muestra en el estudio, este incremento de temperaturas y, en especial, los eventos extremos como las olas de calor, constituyen un factor de riesgo para la salud, así como un disconfort. Una afirmación a la que acompañan las cifras: durante el verano de 2022, que fue especialmente cálido, se produjeron 22.249 muertes adicionales respecto a la mortalidad esperada, de las cuales un mínimo de 4.732 se debió a las elevadas temperaturas.
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