Dejar los tupper con la comida lista guardados en la nevera es fundamental
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¿Es bueno meter los tuppers calientes en la nevera?
Conservar los alimentos a la temperatura adecuada es fundamental, pero esto también repercute en nuestro electrodoméstico
Existe la creencia de que debemos esperar a que la comida se enfríe para guardarla en el frigorífico. ¿Cuánto tiempo? ¿Cómo evitamos la proliferación de bacterias en los alimentos?
Amparo Bayarri, directora del Área de Formación de la Academia Española Nutrición y Dietética, explica que en caso de no consumir los alimentos al momento y querer conservarlos, hay que guardarlos en la nevera al momento. «La temperatura ambiente, que suele rondar los 37 grados en ciertas épocas del año, es la idónea para el crecimiento y proliferación de microorganismos». Y añade: «Como mucho, se puede espera a que el alimento cocinado deje de quemar y aún se sienta caliente ya lo dejamos por enfriado». Así evitamos romper, según la experta, las cadenas de temperatura, tanto de frío como de calor.
El mayor inconveniente por guardar los tuppers en la nevera al momento es que el consumo energético del frigorífico será mayor. Esta práctica solo supone un mayor trabajo por parte del electrodoméstico para bajar la temperatura de ese alimento cocinado y un mayor consumo de luz. «Pero antes está la salud», puntualiza Bayarri.
Además, «lo ideal es alejarlo del resto de alimentos que se encuentran en el frigorífico», puntualiza Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos y dietista nutricionista miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
Existen algunos trucos para conseguir que los alimentos cocinados que conservemos en los recipientes herméticos se enfríen antes. Por ejemplo; separar en porciones pequeñas; guardar los platos en recipientes poco profundos o escoger acero inoxidable en lugar de vidrio o plástico para que la transferencia de calor sea más rápida.
¿Qué pasa con el dulce?
En el caso de las harinas, pueden sufrir una contaminación bacteriana por presencia de moho. «Si se puede comprobar a simple vista, podemos saber que no debemos consumir ese bizcocho», agrega Bayarri.
De todas formas, este tipo de productos, señala, pueden aguantar tres o cuatro días fuera de la nevera. La nevera es el ambiente en el que la conservación sería más segura, alargando hasta cinco o seis días su vida. Estos productos frescos al tener gran contenido en agua favorecen el crecimiento y proliferación de microorganismos.
Para Beatriz Robles, la repostería puede conservarse en nevera, aunque existen diferencias. Dependerá, por ejemplo, de si es un bizcocho seco o húmedo. En el caso de los secos podrán guardarse una semana. «Claro está que podrá secarse y perderá la textura y el sabor», añade.
En caso de repostería húmeda que contenga nata o crema podrá conservarse un máximo de dos días en la nevera.
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