La ciudad de Valladolid celebra cada año una de las marchas solidarias y reivindicativas de España
Una marcha verde de 46.000 personas tiñe de esperanza la investigación contra el cáncer
Recaudar fondos para la investigación es el principal objetivo de esta marcha
Unos 46.500 corredores y andarines, el equivalente al censo conjunto de Laguna de Duero, Medina del Campo y Tordesillas, han retado a la lluvia este domingo en la XII Marcha contra el Cáncer de Valladolid, de las más multitudinarias de España, para apoyar de la investigación oncológica.
La recaudación solidaria obtenida fruto de la inscripción, aproximadamente 300.000 euros, engrosará la partida de 600.000 que la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Valladolid dedica anualmente al estudio.
Investigación
El presidente de la AECC provincial, Artemio Domínguez, ha afirmado que este respaldo demuestra la «apuesta por la investigación, por estar junto a las personas con cáncer y sus familiares», y ha valorado la unidad de todos los grupos políticos y administraciones para hacer frente a estas patologías.
«Es muy grande poder decir que esta es la marcha mayor que hay en España y de eso tenemos que estar súper orgullosos», ha afirmado, desde el escenario instalado en las pistas deportivas del Campo Grande de Valladolid, por el que han desfilado voluntarios, políticos y artistas como el escritor César Pérez Gellida.
El escritor de novelas como Memento Mori que se acaba de convertir en serie televisiva, ha anunciado la subasta de un relato manuscrito de los autores que pasaron por el último Blacklladolid, un certamen de literatura y música celebrado a finales de septiembre en la ciudad, cuya recaudación se donará íntegramente a la AECC.
Fuera del laboratorio
Recaudar fondos para la investigación es el principal objetivo de esta marcha que, con una inscripción de seis euros por persona, espera obtener unos 279.000 euros para el presupuesto de AECC de Valladolid para 2024.
Este año el apoyo se ha traducido en seis proyectos predoctorales enfocados al diagnóstico y al tratamiento, según ha explicado a los periodistas la investigadora Carolina González de Castro, y que por primer año cuentan con una carpa propia donde los interesados se pueden acercar a conocer el proceso de la investigación.
Se trata de iniciativas como la mejora del diagnóstico a través de imagen, optimizado a través de Inteligencia Artificial (IA); la búsqueda de biomarcadores en sangre para sustituir pruebas más invasivas como biopsias o colonoscopias, y el análisis de mutaciones en el ADN para ver cómo afecta la enfermedad y aplicar medidas preventivas a personas más susceptibles para desarrollar cánceres.
«Es gratificante porque la gente viene, te cuenta sus historias y empatizas mucho con ella. Eso nos gusta porque cuando estás todo el día metido en el laboratorio no eres consciente de cómo le puede conmover tu trabajo», ha reconocido.
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