Celso Clariana, presidente de Glycoscience
El calor llega y con él los mosquitos: ¿Cuál debemos temer? ¿Habrá enfermedades endémicas?
El presidente de la empresa de repelentes de mosquitos Glycoscience asegura que hay que tener cuidado con los más pequeños, así con la aparición de fiebre u otros síntomas
Calor, playa, ventanas abiertas, camisetas de manga corta... llega el calor y con él las picaduras de mosquitos y demás insectos. Aunque es algo habitual y no pasa nada, hay que saber que no todos zancudos –como también se les conoce– causan el mismo efecto sobre las personas. Muchos de ellos pueden contagiar enfermedades muy graves para los humanos como el zika, dengue o fiebre del Nilo.
Para tratar de aclarar esto y saber qué hacer, Celso Clariana, presidente de la empresa de repelentes de mosquitos de origen vegetal Glycoscience, explicado a El Debate los puntos a tener en cuenta.
–¿Es una realidad que los mosquitos nos acompañan siempre?, ¿son estacionales?
–Sí, podemos considerar estacionales a los mosquitos siempre y cuando tengamos estaciones diferenciadas. En otras palabras, la actividad de los mosquitos está condicionada por el clima: cuando hace calor, los mosquitos están presentes en nuestras vidas. Sin embargo, en las estaciones frías, su actividad disminuye o desaparece. Así que, en lugares en los que el clima es cálido durante todo el año, hay mosquitos todo el año.
En cambio, en países como España, lo habitual es que los mosquitos comiencen a reaparecer cuando llega el buen tiempo y que vayan desapareciendo cuando los días se vuelven más fríos.
–¿Qué sucedería si dejaran de existir los mosquitos?
–Es indudable que para los humanos tendría efectos bastante positivos, como la reducción de enfermedades transmitidas por estos insectos y muchas menos molestias asociadas a sus picaduras. Además, llevaría asociada la reducción del uso de insecticidas y esto beneficiaría al medio ambiente.
Sin embargo, la lucha contra los mosquitos no se centra en eliminarlos por completo, sino en controlar las poblaciones y reducir su efecto en la salud humana. Esto es así porque son necesarios en los ecosistemas y su desaparición completa tendría consecuencias impredecibles. Tienen un impacto claro en la cadena alimentaria, ya que sirven de alimento para diversas especies de aves, murciélagos, peces y otros insectos. Además, tienen un efecto claro en los ecosistemas acuáticos, puesto que las larvas, además de servir de alimento, favorecen la renovación de nutrientes en el agua donde se encuentran.
–¿Por qué a algunas personas les pican y a otras, no?
–Lo primero es tener claro que cualquier persona puede ser víctima de un mosquito. Lógicamente, siempre que haya donde elegir, se guiarán por determinadas preferencias. Determinar qué hace que una persona sea preferida sobre otra, ha sido objeto de muchos estudios y podríamos decir que hoy en día sigue sin estar del todo claro.
Por un lado, se sabe que los mosquitos pueden detectar el dióxido de carbono que emitimos con nuestra respiración. Aunque bien es cierto que emitimos diferentes cantidades de dióxido de carbono dependiendo de la situación, este hecho por sí solo no parece suficiente para explicar las diferencias en la atracción hacia una u otra persona.
Sin embargo, parece que la mayor influencia reside en las sustancias químicas que nos rodean. Cada persona tiene su propio olor corporal y, aunque no se conocen todas las sustancias que pueden influir, sí se sabe que algunas como el ácido láctico (muy presente en el sudor) atraen a los mosquitos. Incluso se sabe que algunos aromas presentes en perfumes y otros productos cosméticos son especialmente atractivos para estos bichitos.
Hay que tener especial cuidado ante la aparición de fiebre, dolor de cabeza, erupciones cutáneas
–Vayamos con los niños. Más allá de las molestias que generan en el picor, ¿hay algún tipo de picadura que tenga preocuparnos más a los padres que otra?
–Por norma general, las picaduras de los mosquitos son molestas pero inofensivas. Para evitar que nuestros hijos sufran las molestias asociadas, conviene utilizar repelentes y ropa protectora cuando se está en zonas en las que es previsible que haya mosquitos.
Cuando ya se ha producido la picadura, y aunque no sea lo más habitual, pueden desencadenarse ciertos problemas que nos lleven a consultar a profesionales médicos para evitar problemas mayores. ¿Cuáles serían los signos de alerta? Si aparece mucha hinchazón, urticaria o, incluso, dificultades para respirar, puesto que son indicativos de una reacción alérgica importante. También si aparecen síntomas de infección.
Además, en zonas en las que las enfermedades transmitidas por mosquitos son comunes, habría que tener especial cuidado ante la aparición de fiebre, dolor de cabeza, erupciones cutáneas o cualquier otro síntoma asociado a la enfermedad o enfermedades que circulen por la zona. Cabe destacar aquí la importancia de conocer las enfermedades que son endémicas en los lugares a los que viajamos y de tomar las precauciones adecuadas (vacunas recomendadas, uso de repelentes y de ropa adecuada, etc.).
–¿Qué enfermedades pueden llegar a transmitir los mosquitos?
–A nivel mundial, hay muchas enfermedades que se transmiten a través de mosquitos. Algunos ejemplos podrían ser la malaria, el dengue, la fiebre amarilla, el virus del Zika o el virus del Nilo Occidental.
En España, la mayoría de los casos de estas u otras enfermedades son importadas, es decir, se contraen en países donde son endémicas, aunque en los últimos años sí se han registrado algunos casos de dengue autóctono, es decir, transmitido dentro de nuestro país y es previsible que esto empeore con el paso de los años. Según las advertencias de la OMS, el cambio climático está favoreciendo la propagación de especies de mosquitos asociadas a la transmisión de este tipo de enfermedades y se cree que, en aproximadamente una década, el dengue se convertirá en una grave amenaza en el sur de Europa.
–Investigadoras de EE.UU. descubren que las hembras del Aedes aegypti tienen varios receptores en sus neuronas olfatorias, cuando el resto de los animales solo tienen uno, lo que les proporciona una «atracción inquebrantable» hacia los humanos. ¿Han usado esta base para desarrollar un producto que de alguna manera inutilice a los mosquitos?
–Los repelentes se basan en ese principio: interfieren con los receptores de los mosquitos, «los confunden» y hacen que no nos encuentren. Lo que hacemos nosotros es seleccionar sustancias que sabemos que son repelentes naturales y, con la ayuda de nuestra tecnología, mejoramos sus tiempos de liberación y de protección una vez aplicados sobre la piel humana. Digamos que no nos enfocamos en cómo modificar el efecto que el repelente tiene en el mosquito, sino en aumentar el tiempo durante el que ese repelente es eficaz una vez aplicado. Y con nuestro primer producto, el Glyco-Protec, hemos conseguido notables mejoras frente a todos los repelentes que existen actualmente en el mercado, tanto naturales como sintéticos, con tiempos de liberación de más de 12 horas.
–¿Es cierto que, si les ponemos cremas o colonias a los niños, los mosquitos irán más a por ellos? O ¿es un falso mito?
–Al igual que los repelentes de mosquitos, contienen ingredientes específicos que actúan como disuasivos. Ciertas cremas y colonias pueden contener fragancias que atraen a los mosquitos debido a su olor dulce o floral. A pesar de que el uso de estos productos no provoca que los mosquitos piquen más, sí pueden hacer que nuestros hijos resulten más atractivos para estos insectos.
–Además de productos, ¿existen recomendaciones generales para evitar las picaduras en invierno?
–Existen una serie de recomendaciones básicas como son el uso de repelentes de insectos con ingredientes de eficacia científicamente comprobada y usar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo.
Además, al amanecer o al anochecer conviene evitar salir al aire libre y mantener las puertas y ventanas cerradas, al ser periodos en los que son más activos. En caso necesario también puede ser recomendable emplear mosquiteras en puertas y ventanas.
Por último, se recomienda mantener el hogar limpio y asegurarnos de eliminar cualquier desecho o agua estancada que pueda servir como refugio para los mosquitos, incluso en los meses más fríos.
Está considerado como el animal más letal para el ser humano debido a las enfermedades que transmite
–¿En qué zonas de España suele haber más mosquitos?
–En general, los mosquitos muestran una clara preferencia por los climas que combinan calor y humedad. Por este motivo, las áreas cercanas a humedales y marismas, lagos, ríos y zonas costeras tienden a tener una población más significativa de mosquitos.
Entre las zonas de España con mayor número de mosquitos destacan zonas costeras como la Costa del Sol, la Costa Brava y la Costa Blanca. También son propensos a tener poblaciones de mosquitos, lugares como el Parque Nacional de Doñana, las marismas del Guadalquivir y las lagunas de la Albufera en Valencia, debido a la presencia de humedales y aguas estancadas.
Por último, algunas áreas de las Islas Baleares y las Islas Canarias también pueden tener una mayor presencia de mosquitos dada su climatología y entorno natural. En general, cualquier zona de España puede ser propicia para encontrarnos mosquitos, sobre todo si se encuentra próximo a un pantano o un río.
Para obtener información a tiempo real es útil consultar la plataforma MosquitoAlert, donde los ciudadanos avisan de los mosquitos que se van encontrando. Esta aplicación dispone de un mapa donde visualizar en qué regiones de España hay un mayor número de mosquitos.
–¿Cuál es el mosquito al que más debemos temer?
–Por muy pequeño que sea, el mosquito está considerado como el animal más letal para el ser humano debido a las enfermedades que transmite. Por lo tanto, las especies que deben preocuparnos son aquellas que pueden actuar como vectores para dichas enfermedades: dengue, zika, chikungunya, fiebre amarilla, fiebre del Nilo Occidental... Según el SMC España, las especies de mosquitos que deben preocuparnos son cuatro, todas ellas pertenecientes al género Aedes: el Aedes albopictus (mosquito tigre), el Aedes aegypti (mosquito de la fiebre amarilla), el Aedes japonicus (mosquito del Japón) y el Aedes koreicus (mosquito de Corea).
Como ya hemos comentado anteriormente, a pesar de que ninguna de estas enfermedades es endémica de nuestro país, ya se han registrado casos autóctonos de alguna de ellas y se advierte de que esto se convertirá en algo cada vez más habitual, hasta el punto de que enfermedades como el dengue puedan convertirse en un verdadero problema sanitario en el sur de Europa en el futuro próximo.
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