Mónica García, ministra de Sanidad
Las incongruencias del ministerio de Mónica García: permite el aborto a menores, pero les multará por fumar
La ministra de Sanidad asegura basarse en la evidencia científica para vetar el tabaco, pero la deja de lado en lo referido a matar a un 'nasciturus'
El pasado martes, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, Mónica García, ministra de Sanidad, anunció la aprobación del anteproyecto de ley que modifica la Ley 28/2005, relativa al tabaco. Durante su discurso, la médico aseguró que esa normativa –que aún tiene que pasar por el Congreso de los Diputados– busca proteger la salud de la población, especialmente de los más jóvenes, los cuales no podrán fumar ni vapear. De hacerlo, los padres deberán pagar una multa. Sin embargo, se trata de una medida incongruente, ya que, sí permite que las jóvenes de 15 a 17 años aborten sin permiso familiar.
Durante la intervención, la titular de la cartera de Sanidad aseguró que la reforma se enmarca en el desarrollo del Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo 2024-2027 y da respuesta «tanto a la evidencia científica acumulada» como a las propuestas recogidas durante «el proceso de consulta pública». Esta insistencia en tener en cuenta la ciencia es justo lo que no ha hecho con el aborto, donde solo cuatro meses después de su entrada en el ministerio aseveró que quería blindar «el derecho al aborto en la Constitución, siguiendo el ejemplo de Francia», a pesar de la advertencia de los expertos.
El pasado 2024, último año del que se tienen datos, el aborto alcanzó cifras inimaginables, ya que se convirtió en una de las prácticas más habituales. Esta controvertida cirugía representó poco más del 42 % de las muertes, elevando la cifra a 45 millones en todo el mundo, según datos de Worldometer. Además de terminar deliberadamente con la vida de un ser humano, estos infanticidios también afectan a la madre, así lo demuestran varios estudios científicos aprobados y publicados.
Julio Tudela, miembro del Instituto Ciencias de la Vida, afirmó en el Observatorio de Bioética del Instituto Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir tras la aprobación de esta controvertida ley en España, que esta práctica no solo siega la vida del embrión, sino que afecta «a la mujer que aborta». Según diversos estudios, la madre podría experimentar trastornos mentales como ansiedad, depresión, alcoholismo.
Al hilo, anotó que matar al feto en el vientre materno durante su desarrollo no contribuye «a la salud sexual ni reproductiva», ya que es lesivo «para todos los implicados». Así, denunció que hablar del aborto como promotor de salud es «ignorar la evidencia científica» y constituye «una manipulación del lenguaje que pretende confundir». Por lo tanto, atenta «contra la libertad de la mujer que debe tomar una decisión».
A pesar del problema, Mónica García ha decidido apostar únicamente por el tabaco, dejando de lado no solo a los bebés que nunca nacerán, sino también a la evidencia científica por excelencia, la cual argumenta que la vida humana comienza en la fecundación, concretamente cuando «un espermatozoide y un óvulo se fusionan para formar un cigoto genéticamente único», anotó la doctora Mónica López Barahona, presidente de la Fundación Jérôme Lejeune en España, en Aladetres.