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Infografía que muestra la base solar del desierto de Kubuqi con imágenes del satélite Copernicus Sentinel de 2017 y 2025 (Infografía de Nicholas SHEARMAN y Janis LATVELS / AFP) / MANDATORY CREDIT "COPERNICUS SENTINEL DATA 2025 / AFP"

Infografía que muestra la base solar del desierto de Kubuqi con imágenes del satélite Copernicus Sentinel de 2017 y 2025AFP

China levanta en el desierto un parque de placas solares del tamaño de París

A 700 kilómetros de Pekín, estos cientos de miles de paneles representan el símbolo de la transición de China, el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero

En un desierto del norte de China, un mar de paneles solares azules cubre la arena y se adapta al relieve de las dunas como si fueran olas, símbolo de la transición energética acelerada del gigante asiático. El desierto de Kubuqi, ubicado en Ordos, más de 100 kilómetros cuadrados de han sido cubiertos con paneles solares, lo que equivale a la superficie de ciudades como Lisboa o París.

«Antes no había nada aquí (...), estaba completamente desierto», recuerda Chang Yongfei, natural de esta región de Mongolia Interior y en declaraciones a AFP, que antes trabajaba en el sector del carbón, un pilar histórico de la economía local.

A 700 kilómetros de Pekín, estos cientos de miles de paneles representan el símbolo de la transición de China, el mayor emisor mundial de gases de efecto invernadero.

El presidente chino, Xi Jinping, se comprometió el miércoles pasado en un discurso por videoconferencia en una cumbre especial de la ONU a reducir las emisiones globales del país entre 7 % y 10 % para 2035 en relación con el año de mayores emanaciones, que se cree que será 2025.

Las instalaciones solares en los desiertos y zonas áridas son un eslabón clave: entre 2022 y 2030, se emplazará allí el triple de la capacidad eléctrica total de un país como Francia, según un documento de planificación.

Imágenes de satélite analizadas por la AFP confirman el rápido despliegue de la energía fotovoltaica en los grandes desiertos chinos durante los últimos diez años.

Mapas que muestran el aumento de la capacidad de generación de energía solar en China desde 2012 (Infografía de John SAEKI / AFP)

Mapas que muestran el aumento de la capacidad de generación de energía solar en China desde 2012AFP

Este gran despliegue de placas solares también cuenta con desventajas, como las tormentas de arena que podría dañar las instalaciones o las altas temperaturas que supondrían la reducción de la eficacia de las células.

Pero esta elección plantea numerosos retos: las tormentas de arena pueden dañar las instalaciones y las temperaturas demasiado altas reducen la eficacia de las células.

Además, la acumulación de arena en los paneles requiere una cantidad considerable de agua para limpiarlos, en zonas que, sin embargo, son áridas.

Para paliar estas dificultades, los paneles utilizados en Kubuqi están equipados con ventiladores capaces de limpiarse automáticamente y emplean una tecnología de dos caras que permite captar también la luz reflejada en la arena, según la prensa estatal.

A pesar de la gran inversión que ha realizado China en la instalación de placas solares, el gigante asiático no ha dejado tampoco de apostar por el carbón. El país asiático puso en marcha en el primer semestre de 2025 nuevas capacidades de producción de electricidad a partir de carbón nunca vistas desde 2016, según un informe del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) y del Global Energy Monitor (GEM).

Alrededor del desierto de Kubuqi, camiones manchados por el hollín, interminables trenes llenos de carbón y grandes chimeneas dan testimonio del vigor de esa industria.

Infografía que muestra la base solar del desierto de Kubuqi con imágenes del satélite Copernicus Sentinel de 2017 y 2025 (Infografía de Nicholas SHEARMAN y Janis LATVELS / AFP) / MANDATORY CREDIT "COPERNICUS SENTINEL DATA 2025 / AFP"

Infografía que muestra la base solar del desierto de Kubuqi con imágenes del satélite Copernicus Sentinel de 2017 y 2025AFP

China sigue apostando por el carbón

Zhengyao Lu, investigador de la Universidad de Lund, alerta además sobre el impacto en el clima que podría provocar esta gran extensión de placas solares. Según sus estudios, la absorción de calor por grandes superficies oscuras puede modificar los flujos atmosféricos y tener «efectos secundarios negativos, por ejemplo una reducción de las precipitaciones» en otras regiones.

En lugar de cubrir la mayor superficie posible, el investigador aboga por un «desarrollo más inteligente, localizado y organizado».

Sin embargo, los riesgos de la energía solar «siguen siendo menores en comparación con los peligros de mantener las emisiones de gases de efecto invernadero», señala.

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