Perro callejero en Estambul, Turquía
Turquía mantiene la «ley de masacre» que podría acabar con millones de perros callejeros
Cerca de cuatro millones de canes sin dueño deambulan por el país y, aunque muchos son inofensivos, el Ejecutivo endureció la normativa tras varios ataques, algunos de ellos a menores
Marruecos se encuentra en el punto de mira internacional desde hace meses debido a una campaña para terminar con los perros callejeros que pueblan el país antes de la celebración del Mundial de Fútbol. Para ello, el régimen está utilizando veneno e incluso armas de fuego y, pese a las quejas de defensores de los animales, la FIFA no ha tomado cartas en el asunto y el reino alauí denuncia una campaña de desprestigio.
Algo similar está ocurriendo en Turquía, donde el año pasado su parlamento aprobó un artículo de un proyecto de ley sobre el sacrificio de perros callejeros que fijaba que se sacrificaran a aquellos considerados como enfermos o agresivos. «Nuestro pueblo quiere calles seguras», justificó el el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Tras la aprobación de esta ley, los defensores de los derechos de los animales denunciaron que numerosos perros callejeros fueron sacrificados de manera indiscriminada. Posteriormente, el Tribunal Supremo de Turquía rechazó una petición para anular dicha legislación, que busca retirar de las calles a millones de perros vagabundos.
Los críticos advierten que la medida podría derivar en matanzas masivas, mientras que el principal partido de la oposición solicitó su anulación alegando que vulnera los derechos de los animales y el derecho a la vida. No obstante, el Tribunal Constitucional dictaminó que las disposiciones de la ley son legales y deben mantenerse vigentes.
Tras conocerse la decisión, decenas de activistas se concentraron frente al Tribunal Constitucional con pancartas que exigían «derogar la ley sangrienta» y coreaban consignas contra el Gobierno. Según estimaciones oficiales, alrededor de cuatro millones de perros callejeros deambulan por las ciudades y zonas rurales del país. Aunque muchos son inofensivos, el Ejecutivo endureció la normativa tras varios ataques, algunos de ellos a menores.
Eutanasia masiva
La ley obliga a los municipios a recoger a los perros callejeros y trasladarlos a refugios, donde serán vacunados, esterilizados y posteriormente ofrecidos en adopción. Aquellos que padezcan enfermedades terminales, sufran dolor o representen un riesgo para la salud pública podrán ser sacrificados.
Los defensores de los animales, sin embargo, califican la normativa como una «ley de masacre». Temen que provoque una eutanasia masiva, ya que, aunque oficialmente, esto solo está permitido para perros agresivos y enfermos, no se define con precisión cuándo un perro se clasifica como tal y se sacrifica. Asimismo, les preocupa que los animales terminen hacinados en refugios sin condiciones adecuadas y expresan preocupación por la falta de recursos de muchos municipios para construir y mantener los nuevos centros, lo que podría derivar en sacrificios bajo el pretexto de enfermedad.
El Colegio de Abogados de Ankara denuncia que, desde la entrada en vigor de la ley, «cientos de animales han muerto» y afirmó que la normativa «no sirve al interés público». Lisa Hoth-Zimak, responsable de bienestar de mascotas de la Federación Alemana de Bienestar Animal, explica que hay documentos gráficos e información que certifican esta matanza y que difícilmente se puede hablar de refugios de animales «si se distribuyen cuatro millones de perros callejeros entre los aproximadamente 110.000 lugares».
La organización Humane Society International (HSI) también criticó el enfoque de Turquía para controlar su población canina. Katherine Polak, vicepresidenta de Animales de Compañía y Compromiso de HSI, calificó la medida como «un retroceso en la gestión humanitaria y moderna de los animales en las ciudades».
El número de perros callejeros no se reduce eficazmente si las autoridades capturan y retienen a los animales o incluso los sacrifican. «Por un lado, nunca es posible capturar a todos los perros a la vez. Y, por otro lado, los animales vagabundos o abandonados por particulares son, en gran medida, responsables de la existencia constante de estos animales. Esto no se tiene en cuenta», afirma Hoth-Zimak.
La reciente decisión judicial, según los observadores, incrementará la presión sobre los gobiernos locales para aplicar la ley en su totalidad.