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17 de mayo de 2024

Imagen del Parque Nacional de Doñana

Imagen del Parque Nacional de DoñanaFrancisco J. Olmo | Europa Press

Andalucía

Doñana bate récords en menor número de especies y temperaturas más altas

El CSIC atribuye estos registros al «cambio climático», que ha provocado la desaparición de las lagunas permanentes del espacio natural, incluida la de Santa Olalla, la más grande

El año 2023 fue el más seco y cálido para Doñana de la serie histórica para el espacio natural de Doñana. Además, la «escasa inundación» en marismas y lagunas, llegando a secarse las lagunas permanentes, ha traído consigo un bajo número de aves acuáticas invernantes y ha provocado que «el declive de las poblaciones de aves acuáticas reproductoras y de otras especies animales, especialmente de anfibios y peces, continúe».
Son algunos de los resultados del informe que ha presentado este jueves sobre el estado de la biodiversidad de Doñana, marcado por el «cambio climático» y la «continua sobreexplotación» de su acuífero subterráneo. Unos «cambios muy intensos», según su director, Eloy Revilla, quien ha advertido del impacto económico que sufrirá el entorno social.
Con apenas 330,4 mm registrados, este último ciclo es el segundo con menor precipitación anual de la última década tras el de 2021-2022. Por tanto, «eso significa que Doñana no ha recibido de media todo el agua que debiera, según la serie», según una de las responsables del estudio, Rocío Fernández.
En cuanto a temperatura, el año pasado ya se alcanzó la temperatura máxima registrada en toda la serie histórica, mientras que este año se ha registrado la mayor temperatura media anual, que ha alcanzado los 19,32º C, por lo que el verano ha sido «largo y caluroso», con 14 días con temperaturas superiores a 40º C.

Sistema de lagunas

De este modo, la laguna de Santa Olalla, la más grande de Doñana, ha vuelto a secarse por completo a finales de agosto. Desde que se tienen registros, esta laguna «nunca antes se había secado dos veranos seguidos, ni siquiera durante los periodos de sequía extrema de los años 90 ni de principios de los 2000».
«Históricamente, Santa Olalla era una laguna de carácter permanente, es decir, mantenía agua durante todo el año y servía de refugio para muchas especies durante las estaciones más cálidas y secas. Sin embargo, el hecho de que se haya secado por segundo año consecutivo es indicativo de que ya no quedan lagunas permanentes en Doñana», han explicado.
Por su parte, las otras dos lagunas más grandes de Doñana, la del Sopetón y la Dulce, también secaron a primeros de julio y a primeros de agosto, respectivamente.

Declive de aves acuáticas

Por otro lado, este estudio también refleja el censo de aves acuáticas del parque. Así, el vicedirector de la Infraestructura Científica Técnica Singular-Reserva Biológica de Doñana (ICTS-Doñana), Javier Bustamante, ha detallado que durante 2023, el número de individuos censados en fue de 206.859, «la décima peor cifra para estas fechas de toda la serie histórica, que abarca 60 años».
Sin embargo, durante la presentación ha avanzado los datos para 2024, que «de confirmarse, ya que son preliminares», el censo arroja una cifra de 120.649 aves invernantes de 97 especies, por lo que sería el mínimo histórico que se ha registrado en Doñana, supone sólo el 42 % de las aves que se contaron el año pasado, en enero de 2023, y es el 18 % del máximo histórico que se alcanzó en enero de 2017».
Así, los datos de 2023 reflejan que el número de aves censadas, supone «tan solo una tercera parte de la invernada en un año bueno». Destaca la situación del ánsar común (Anser anser), que «ha registrado este año la cifra más baja de su historia con 9.588 ejemplares».

Mamíferos, anfibios y peces

Los mamíferos también cuentan con actuaciones de seguimiento específico reflejados en este estudio. Así, el conejo sigue presentando unas abundancias «muy bajas» y la liebre ha presentado una «leve disminución», mientras que el ciervo registra una tendencia creciente y el jabalí se mantiene estable.
En conclusión, según ha afirmado el vicedirector de la ICTS, Javier Bustamante, en general, 2023 ha sido «un mal año» para todos los carnívoros en Doñana. El zorro sigue siendo el carnívoro «más abundante», y le siguen el tejón y el meloncillo. Las abundancias relativas de la gineta y el lince oscilan, mientras que los gatos monteses y las nutrias son las especies menos abundantes.
En cuanto a anfibios y peces, estos siguen presentando tendencias «negativas». En el caso de los peces, hay tres especies autóctonas cuya distribución en el Espacio Natural de Doñana es «muy restringida»: la anguila que está en peligro de extinción y que «no ha aparecido en ningún punto muestreado»; el salinete (Aphanius iberus), endemismo ibérico en peligro de extinción, tampoco ha podido ser localizado, y la colmilleja (Cobitis paludicola), calificada como 'vulnerable', solo ha aparecido en la Laguna de los Mimbrales.
La situación de los anfibios también es preocupante. Casi todas las poblaciones de especies de anfibios presentes en Doñana continúan con una tendencia negativa. Además, 2023 ha sido un año con uno de los números de mariposas más bajos por censo. Las bajas precipitaciones y las elevadas temperaturas posiblemente han afectado negativamente a este grupo.
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