Tratamiento terrestre contra contra la plaga de la mosca del olivo.

Tratamiento terrestre contra la plaga de la mosca del olivo.Europa Press

Los agricultores culpan a «las normativas inflexibles» de convertir en plaga problemas menores

Los productores reclaman autorizaciones excepcionales y temporales para proteger sus olivos del algodoncillo y del barrillo

La burocracia vuelve a cruzarse en el camino de los agricultores. El grito de los productores clama esta vez contra «las normativas inflexibles» que condicionan su lucha contra los insectos que devoran uno de los árboles más emblemáticos de España, el olivo.

Los olivareros apuntan a que la prohibición de materias activas no solo les desarma contra en esta contienda, sino que además resta poder a los fitosanitarios que sí están autorizados al crear resistencia.

«La prohibición de materias activas crea desequilibrios en los cultivos y facilita que emerjan nuevas plagas que arruinan a los agricultores, por lo que insectos que antes no eran considerados como plagas importantes, ahora matan árboles y arrasan cosechas», alertan desde Asaja Córdoba, donde apuntan a «las normativas inflexibles de manejo de los suelos».

La organización agraria condena que se impulse esta prohibición «sin razones técnico-agronómicas» y sus efectos: «Ya hay olivares en municipios que se quedan sin cosecha como es el caso de algunos pueblos de Jaén con la plaga del algodoncillo (Euphyllura olivina), que de no poner remedio en breve, llegará al resto de provincias como así lo hizo anteriormente en los municipios del sur de Córdoba. Otro ejemplo también sucede con la plaga del barrillo del olivo (Hysteropterum grylloides). Dos plagas que la administración, erróneamente, sigue considerando como secundarias».

El algodoncillo es un insecto que pica el tejido vegetal y succionan la savia del olivo; y el barrillo es un ser similar que se alimenta de los botones florales del olivo haciéndolos abortar.

La reivindicación también ha sido promovida por Vox, que ha denunciado a través de su portavoz nacional de Empleo y Campo, Rodrigo Alonso, «las políticas del Pacto Verde, aprobadas por PP y PSOE, que no permiten el uso de ciertos fitosanitarios en territorio europeo, pero sí la entrada de productos de países extracomunitarios tratados con ellos».

La Coordinadora de Organizaciones Agrícolas y Ganaderas (COAG) ha alertado de la alta incidencia del algodoncillo en gran parte de la zona de Loma Alta de la provincia de Jaén y exige una estrategia clara y completa, en la que se incluya manejo, suelta de depredadores del insecto y la aplicación, como último paso de tratamientos alternativos.

Según el boletín semanal fitosanitario del RAIF del 21 al 25 de abril, ya se ha detectado a finales de abril una presencia del 80 % de inflorescencias con presencia de masa algodonosa, en algunas áreas de cultivo de la Zona Biológica de Loma Alta; sin embargo, el propio organismo describió en marzo que «es una plaga secundaria, y a pesar de su aspecto llamativo, no suele producir daños destacables».

Los productores subrayan que los insectos mencionados proliferan y ya son plagas que causan graves destrozos al no permitirse el uso excepcional de clorpirifos. «Europa no permite el uso de clorpirifos en su territorio, pero sí la entrada de productos procedentes de países en los que no se aplica el Pacto Verde Europeo y, en consecuencia, usan este fitosanitario; por ejemplo, Marruecos para aceitunas de mesa, melón y pimientos; Egipto para naranjas; o Turquía para pomelos y limones. Esto es irracional, absurdo, disparatado e inadmisible», apunta el portavoz de Vox.

La impotencia reina a pie de cultivo, donde se pide a la Administración autorizaciones excepcionales y en casos puntuales «para frenar plagas que sí son importantes, más aún cuando su uso está autorizado, por ejemplo, en Marruecos o Túnez, países productores de aceite que exportan a Europa».

Asaja ha instado a la Consejería de Agricultura y al Ministerio para que sean conscientes del problema y autoricen fitosanitarios de forma urgente. «Se debería autorizar el dimetoato o el clorpirifos, puntualmente y de forma excepcional en olivares con serios problemas, ya que utilizados de forma excepcional solucionarían problemas porque, de no poner remedio, arruinarán a los agricultores mientras los agricultores de países vecinos no tienen este tipo de problemas», aseveran.

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