Campo de cultivo de cereal.

Campo de cultivo de cerealEuropa Press

La barrera a los fertilizantes que prepara la UE pone en jaque a los cerealistas: «Es devastador»

Los agricultores consideran que vuelven a ser moneda de cambio en las decisiones comunitarias

Los agricultores de las principales regiones cerealistas de España vaticinan tiempos difíciles para sus cosechas.

Los productores, que en los últimos años han sido zarandeados por la sequía, los elevados costes de producción y la falta rentabilidad de sus campos, indican que pese a la buena primavera su labor se encuentra más en vilo que nunca.

El convulso escenario geopolítico y la entrada masiva de cereal ucraniano como consecuencia del acuerdo para favorecer los productos del país invadido por Rusia ha lastrado a los cerealistas españoles, que denuncian una distorsión en el mercado que hunde los precios. El campo pide la aplicación de aranceles disuasorios o el aumento de los precios de intervención, pero las noticias que llegan desde Bruselas van en otra dirección.

Desde el inicio de la guerra en Ucrania, el país con capital en Kiev ha triplicado sus ventas de cereal a España. Los productores nacionales insisten que la avalancha de cereal ucraniano libre de arancel condena sus producciones, cuyo precio fijo aumentará con la barrera que impondrá la Unión Europea a los fertilizantes de Rusia y Bielorrusia en contra de la voluntad de los agricultores comunitarios.

La Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo (INTA), ha aprobado este jueves 15 de mayo la propuesta de imponer nuevos aranceles a productos como el azúcar, la harina, piensos animales y a ciertos fertilizantes rusos y bielorrusos. El objetivo, según sus defensores, es debilitar la maquinaria económica de guerra de Rusia; sin embargo, desde el campo apuntan que esta decisión incrementará entre 40 y 50 euros por tonelada el coste para los agrarios.

Europa tiene una necesidad de fertilizantes que no satisface con su producción, por lo que tiene que acudir al mercado. España importó el año pasado alrededor de 400.000 toneladas de fertilizantes rusos, cifra que casi se ha duplicado en la última década, por lo que este arancel se sentirá a pie de cultivo.

«Introducir medidas de defensa comercial sin considerar planes alternativos ni sus consecuencias en el sector agrícola es potencialmente devastador», lamenta en un comunicado el Copa-Cogeca, la organización europea que agrupa las cooperativas y entidades agrarias.

Aunque reconocen la clara justificación política detrás de la propuesta de la Comisión Europea, los agricultores europeos critican la falta de enmiendas al texto original y la ausencia de una evaluación adecuada del impacto.

«Los consumidores deben saber que, primero, nos quieren poner aranceles a lo que vendemos y, después, a lo que necesitamos para producir. Se olvidan del carácter estratégico de muchos de los insumos que llegan desde terceros países y que son imprescindibles para el desarrollo de la actividad agraria y ganadera. Esto sólo tiene una lectura: los agricultores y ganaderos serán los únicos que cargarán con las consecuencias económicas de estas decisiones de política exterior», señala José María Fresneda, presidente de Asaja Castilla-La Mancha.

Los cerealistas insisten en que si la UE no ofrece alternativas su competitividad caerá como consecuencia del incremento de los costes de producción. Fresneda ha incidido en que la organización agraria no se opone a que la UE responda con firmeza a las políticas comerciales que considere injustificadas, «pero sí a que los agricultores asuman los daños colaterales y tengan que cargar con las consecuencias económicas de las cuestiones geopolíticas y de las decisiones de política exterior, sin un análisis del impacto exhaustivo y sin medidas de mitigación adecuadas».

«Sin acceso a fertilizantes asequibles, los agricultores enfrentan una reducción en su competitividad, disminución de ingresos y una posible alteración que afectaría la seguridad alimentaria de la UE», advierte el Copa-Cogeca, que urge a los miembros del Parlamento Europeo para que reconsideren la propuesta durante la próxima mini sesión plenaria del 21 al 22 de mayo: «Reafirmamos nuestro apoyo al compromiso de la UE para abordar los desafíos geopolíticos. Sin embargo, los agricultores europeos no deben convertirse en daños colaterales», aseveran.

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