Recogida de arroz albufera en la Comunidad Valenciana
El timo del arroz: dos falleras en el envase para regatear la normativa europea
Los agricultores reprochan que la información de los paquetes insinúa un origen que no se corresponde con el real
El aumento de las importaciones de arroz procedente de terceros países erosiona a los productores nacionales.
Desde el inicio de 2025 hasta agosto, las importaciones de arroz alcanzaban las 1.586.000 toneladas, casi 70.000 más que la campaña anterior, de las cuales 522.000 toneladas corresponden a Camboya y Birmania. Los arroceros españoles apuntan a que este volumen récord de compras a proveedores extracomunitarios ha provocado una caída de más del 15 % en los precios percibidos en los campos de arroz españoles.
Uno de los lugares más castigados por los efectos de estas transacciones a bajo precio, a países con una regulación más permisiva en la aplicación de fitosanitarios y con costes laborales considerablemente más bajos, es la Comunidad Valenciana.
Los agricultores valencianos denuncian una maniobra de los grandes comercializadores para potenciar el arroz redondo que llega principalmente desde Asia para, poco a poco, desgatar al sector productivo nacional y así aumentar su margen de beneficios.
Según manifiestan los agrarios, la clave de esta estrategia pasa por el aprovechamiento de los recovecos que ofrece la legislación europea en el etiquetado del arroz. El arroz blanco, que requiere un proceso de transformación antes de ponerse a la venta, solo ha de mostrar el lugar en el que ha sido envasado, por lo que únicamente las compañías que sí emplean producto nacional hacen gala de ello, mientras que el resto etiqueta España como territorio de envasado y omite la procedencia del cereal.
Paquete de arroz redondo La Fallera
La Unió Llauradora ha liderado las protestas contra esta práctica, cuya clave es disfrazar el arroz extracomunitario en marcas que el consumidor asocia como producto español para que tengan mejor salida.
«El problema denunciado no se limita a la ausencia de una mención explícita del origen del arroz, sino que reside en el hecho de que la información que acompaña el producto en su conjunto (imagen del envase, símbolos gráficos y lugar de envasado) insinúa de manera clara que el origen y/o la procedencia del arroz es la Comunidad Valenciana, cuando no hay ninguna garantía que este sea realmente su origen», señalan desde La Unió.
Paquete de arroz redondo SOS
Sellos reconocidos entre los consumidores españoles como La Fallera o SOS, que cuentan con arroces amparados bajo la Denominación de Origen La Albufera, están bajo el foco de la organización agraria, que acusa a las marcas de la empresa Herba Ricemill, una filial del Grupo Ebro Foods, cuya titularidad pertenece al 10 % al Gobierno de España a través de la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), de incumplir la legislación europea al inducir a error con la procedencia del arroz.
«La indicación del país de origen o del lugar de procedencia será obligatoria en el arroz en el caso de que la omisión de esta información pudiera inducir a error al consumidor en cuanto en el país de origen o lugar de procedencia reales del alimento, en particular si la información que acompaña al alimento o la etiqueta en su conjunto pudiera dar a entender que el alimento tiene un país de origen o un lugar de procedencia distintos», incide la normativa europea, algo que incumplirían las marcas mencionadas al emplear falleras, símbolos valencianos gráficos en sus envases, para comercializar arroz con origen extracomunitario y envasado en la Comunidad Valenciana.