Un jabalí, en una imagen de archivo
Así se comporta un jabalí si se siente acorralado: lo que debes y no debes hacer
Cada vez son más frecuentes los encuentros con estos animales, que salen de los bosques en busca de alimento
Cada vez son más frecuentes los encuentros con jabalíes en pueblos y ciudades de España. La expansión urbana, que ha invadido su territorio, ha reducido su espacio y sus posibilidades de encontrar alimentos dentro de su hábitat natural. Por este motivo, puede ser normal encontrarlos rebuscando en la basura, en jardines o en cultivos accesibles. Los jabalíes, al ser animales altamente adaptables y oportunistas, han aprendido a moverse en entornos urbanos sin miedo a la presencia humana.
No obstante, estos animales suelen ser esquivos y precavidos, con grandes dotes para escapar y permanecer lejos de la vista del hombre. De hecho, un jabalí solo suele atacar si está herido, para defender a sus crías o si se siente amenazado o acorralado.
Un jabalí acorralado
En una montería, por ejemplo, es posible que un jabalí ataque porque se siente acorralado. Los perros hacen huir al jabalí que, agotado, decide hacer frente a la rehala. Este animal es muy fuerte y puede llegar a ser muy peligroso.
Si el jabalí ya se muestra nervioso, bufando, con el pelo erizado y comienza a mover la cabeza de lado a lado, es señal de que se siente acorralado y puede embestir en cualquier momento. En ese instante, lo más importante es no correr: su instinto de persecución se activaría de inmediato y, además, puede alcanzarte fácilmente, ya que puede superar los 40 km/h en carrera.
En su lugar, mantén la calma y retrocede muy despacio, sin perderlo de vista pero sin mirarlo fijamente, porque podría interpretarlo como una amenaza. Si tienes algún objeto entre ambos —una piedra, un árbol, una valla o incluso un coche—, úsalo como barrera física. Si estás en grupo, no grites ni intentes rodearlo, ya que eso aumenta su sensación de encierro.
Si el animal llega a embestir, intenta situarte en un terreno más alto o detrás de un obstáculo. Los jabalíes no trepan ni saltan con facilidad, así que un desnivel o una estructura elevada puede servirte de protección temporal. Nunca intentes enfrentarlo ni golpearlo: solo conseguirás provocar un ataque más violento.
Cuando el animal logre encontrar una salida, se marchará. En ese momento, no lo sigas de cerca; aléjate en dirección contraria y avisa a las autoridades locales para que controlen la situación.