Mandarina en el árbol

Mandarina en el árbolEuropa Press

La UE alerta de un lote de clementinas contaminadas de Sudáfrica diez días después de eliminar los aranceles

El lote fue interceptado en Dinamarca después de haber sido distribuido desde Países Bajos

Díez días han bastado para que las primeras clementinas procedentes de Sudáfrica libres de arancel hagan saltar las alarmas sanitarias de la Unión Europea (UE).

El acuerdo de libre comercio firmado en 2016 entre la UE y el África meridional, entre cuyos países está Sudáfrica, ha reducido progresivamente las barreras de las transacciones hasta llegar a la cuota cero en 2025. El trato indicaba que este recorte se producía cada año entre el 16 de octubre y el 30 de noviembre, precisamente en coincidencia con el inicio de la campaña de recolección de cítricos en España.

Este tipo de alianzas con terceros países ajenos al ente comunitario han sido duramente criticadas desde las explotaciones. El caso concreto de Sudáfrica es uno de los pactos que más ha chirriado a pie de cultivo, donde consideran que estas prácticas, y su prolongación en el tiempo, asfixian lentamente a los productores al favorecer la competencia desleal y hundir los precios en origen en España.

El 10 de octubre de 2025 era la fecha fijada para eliminar las restricciones comerciales a productos como los cítricos procedentes de Sudáfrica, uno de los principales proveedores de la UE en este aspecto y rival de España en los mercados comunitarios. Los productores nacionales instaron a vigilar la entrada de naranjas, mandarinas, clementinas o limones con origen sudafricano, en referencia a una más que posible llegada masiva, con el consecuente aumento del riesgo en la expansión de plagas o enfermedades.

La red de alerta rápida de alimentos y piensos (RASFF) de la Comisión Europea ha destapado, tan solo 10 días después de la implementación total del acuerdo, un lote de clementinas de Sudáfrica que ha entrado en el entorno comunitario con un exceso del límite máximo de residuos de Buprofezin, un insecticida que evita el desarrollo de plagas. El hecho, calificado como «potencialmente serio» por la UE, ha sido notificado en Dinamarca. La fruta con origen Sudáfrica había sido distribuida desde Países Bajos, donde sí eludió los controles de seguridad alimentaria.

La detección excesiva de este plaguicida expone el primer caso de un cítrico sudafricano que, en plena campaña en España, llega en igualdad de condiciones al mercado europeo pese a no cumplir con las exigencias que dicta el reglamento vigente para los Estados miembro.

La Unió Llauradora publicó recientemente un informe en el que apuntaba que un 66 % las importaciones de la UE con origen Sudáfrica se concentran en la ventana de tiempo habilitada por el bloque continental, lo que resulta «crítico para los productores valencianos» .

Los cálculos de la organización profesional agraria señalan que, desde la entrada en vigor del acuerdo con la UE-Sudáfrica en 2016, ha habido casi 300 interceptaciones de plagas o enfermedades en cítricos procedentes de Sudáfrica, casi todas ellas de Thaumatotibia leucotreta y Phyllosticta citricarpa, dos de las plagas más letales de la citricultura mundial y que todavía no han entrado en territorio comunitario. «Son datos de los rechazos oficiales por lo que muy posiblemente la cifra sea mucho más elevada», subrayan en La Unió.

La falta de rentabilidad ha lastrado a los citricultores en los últimos años, en los que España ha perdido cerca de dos millones de toneladas de producción. Después del pico en el que se alcanzaron más de siete millones de toneladas de producción, se prevé un aforo de unos 5,6 millones de toneladas para la temporada 2025/2026, 1,6 millones de toneladas por debajo de la media. Esta sangría respondería a la pérdida de competitividad de los agricultores que, presionados por el efecto de los acuerdos comerciales con terceros países, han descapitalizado sus explotaciones y en muchos casos han sido incapaces de modernizarlas para aumentar su productividad.

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