Imágenes de campos de olivos en las sierras andaluzas.

Imágenes de campos de olivos en las sierras andaluzas.Europa Press

Sangría en la cuna del olivar: problemas para los árboles más productivos e incertidumbre con el secano

El capricho de las lluvias condiciona el vital diciembre que afronta este cultivo estratégico

La producción de aceite de oliva estimada en septiembre para la campaña 2025/2026 ya parece difícilmente alcanzable –con dos meses de recolección por delante– en el rincón del mundo con mayor producción.

El sofocante calor y la ausencia de lluvias de septiembre y octubre ha castigado duramente los árboles de Jaén, la región olivarera que más aceite de oliva produce del globo.

Las expectativas de cara a 2026 vienen de lejos, ya que la cantidad de agua caída en la primavera 2025 alimentó el optimismo del sector, particularmente entre los operadores, mientras que los productores insistieron en reivindicar que era demasiado pronto para hacer vaticinios rigurosos.

Bien entrado diciembre, después de que los agricultores ya hayan comprado cuál es la realidad en el olivar tras los primeros movimientos a las almazaras, el volumen de aceituna en Jaén ha revelado una importante escasez en el regadío que además advierte de los problemas para el secano.

Las producciones con riego, sobre el papel más productivas y con menor dependencia de las condiciones atmosféricas, ya apuntan a una caída del 30 % en volumen de aceitunas respecto a la cosecha de 2024/2025. «No hay tanta oliva como pensábamos. El año pasado tuvimos una campaña entre media y buena después de varias sequías y esperábamos repetir, pero la realidad es que no salen los kilos», expresa en conversación con El Debate Francisco Elvira, secretario general de COAG en Jaén.

Los agricultores señalan que el fruto puede engañar a simple vista porque presenta un buen tamaño, algo que se explica por las fuertes lluvias de las últimas fechas y que no soluciona una falta de kilos que ya es cuantificable en el regadío. «Septiembre y octubre ha sido muy duro. El calor fue excesivo y no hubo agua. La aceituna en Jaén se ha resentido», explica Elvira, que indica que el apoyo del regadío ha sido insuficiente: «En la mayor parte de Jaén tenemos una dotación limitada riegos de apoyo con unos 1.500 metros cúbicos por hectárea, no es que estemos hablando de un cultivo de producción supertintensivo o como sucede en olivares de la provincia de Sevilla».

El daño del que ya se alerta en el regadío jienense hace prever mayores dificultades en el olivar tradicional de secano: «Cuando pasas de ver unos olivares con riego a unos de secano la diferencia es muy evidente; básicamente de coger kilos de aceituna a no coger. A simple vista ves los frutos en el árbol, pero luego hay que esperar para ver si los rendimientos grasos medios compensan la bajada de kilos», señala el dirigente de COAG, que remarca los buenos rendimientos de la aceituna recolectada hasta el momento.

El capricho de las lluvias condiciona el vital diciembre que afronta el olivar en Jaén. La falta de precipitaciones que lastró el desarrollo de las aceitunas en septiembre y octubre se ha revertido para sabotear la recogida.

«Cuando llueve tanto como estos días no podemos ir al campo, además nos para dos días porque entramos en el olivar con maquinaria pesada y el terreno queda inservible», comenta Elvira, que ahonda en cómo determinará la campaña en la cuna del olivar los acontecimientos de los próximos días: «Que no haga frío es clave y que llueva un poco siempre que no tire la aceituna del árbol y nos deje trabajar está bien. Cada día sin poder recoger es dinero que se va porque los costes fijos no varían. Este mes hay que trabajar a destajo y esperar que el tiempo acompañe, aunque parece que no vamos a cumplir con el aforo previsto».

La primera estimación oficial anticipó un bajón de la producción del 15 % en Jaén, cifra que ahora, tres meses después, se daría por más que buena.

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