Imagen de un laboratorio del CSIC
Ciencia
España se afianza como una de las mayores potencias investigadoras en el mapa europeo de patentes
El análisis constata que España no solo destaca por el volumen, sino también por el ritmo de crecimiento
España se posiciona como el quinto país de Europa más activo en solicitudes de patentes europeas impulsadas por organismos públicos de investigación (OPI), según un estudio divulgado este miércoles por el Observatorio de Patentes y Tecnología de la Oficina Europea de Patentes (OEP).
El análisis, elaborado en colaboración con el Instituto Fraunhofer de Alemania, abarca dos décadas –de 2001 a 2020– y constata que España no solo destaca por el volumen, con 2.994 solicitudes, sino también por el ritmo de crecimiento, al registrar un incremento del 365 %, pasando de 57 en 2001 a 265 en 2020.
En términos absolutos, el conjunto de Europa generó cerca de 63.000 solicitudes de patentes europeas a través de sus centros públicos de investigación durante ese periodo. Francia lidera con 25.352, seguida de Alemania (18.276), Países Bajos (3.803), Bélgica (3.084), España (2.994) e Italia (1.722).
El informe también subraya que, tras España, Bélgica es el país que más ha incrementado su actividad en este ámbito, con un ascenso del 172 %, al pasar de 82 solicitudes en 2001 a 223 en 2020. Francia ocupa el tercer puesto en cuanto a crecimiento relativo (137 %), seguida de Países Bajos (94 %) y Alemania (45 %).
«La investigación pública es una de las mayores fortalezas de Europa. Este estudio destaca el papel vital de nuestros organismos y hospitales públicos de investigación, cuyas invenciones impulsan la competitividad europea», afirmó António Campinos, presidente de la OEP.
Protagonismo del CSIC español
El liderazgo en solicitudes se concentra en unas pocas entidades. Diez instituciones europeas, encabezadas por organismos de Francia y Alemania, son responsables del 63 % de todas las patentes europeas surgidas de OPI. Entre ellas figura el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ocupa el noveno lugar con 1.069 solicitudes entre 2001 y 2020.
El CSIC, además, ha experimentado una evolución positiva en la última década. Ana Castro, vicepresidenta de Innovación y Transferencia del organismo, ha subrayado el notable incremento registrado en el número de solicitudes entre los dos últimos quinquenios analizados. «Hemos pasado de 247 solicitudes en el periodo de 2011-2015 a 345 en 2016-2020, lo que representa un incremento del 40 %», ha señalado. Este avance refleja una creciente apuesta por la protección de los resultados de investigación y su futura transferencia al tejido productivo.
Imagen de una patente
Este posicionamiento del CSIC no solo contribuye al liderazgo nacional en innovación, sino que refuerza el papel de España en la configuración del ecosistema tecnológico europeo, en el que los OPI desempeñan una función estratégica cada vez más reconocida.
A nivel nacional, junto al CSIC, destacan también la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), con 266 solicitudes, y el Consorcio Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), que contabiliza 182, lo que los sitúa como los segundos y terceros organismos públicos más activos en España.
Por otro lado, los hospitales públicos de investigación de Europa han aportado más de 17.400 solicitudes de patentes europeas en estas dos décadas. Francia, Alemania y Reino Unido lideran esta clasificación, mientras que España ocupa el séptimo lugar con 726 solicitudes procedentes de hospitales entre 2001 y 2020.
La contribución relativa de los OPI varía considerablemente según el país. Francia (13,9 %), España (11,9 %) y Bélgica (9,5 %) son los Estados donde mayor es el peso de las patentes europeas derivadas de centros públicos sobre el total nacional. En contraste, Alemania y Países Bajos, pese a sus elevados volúmenes absolutos, presentan proporciones más bajas, cercanas al 4 %.
En cuanto a los sectores tecnológicos, las áreas de biotecnología y productos farmacéuticos son las que concentran una mayor parte de las solicitudes de los OPI europeos. Les siguen tecnologías de medición, semiconductores, informática y otras ramas de la investigación aplicada con valor estratégico.
