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28 de marzo de 2024

Janine Turner, la protagonista de Doctor en Alaska

Janine Turner, protagonista de Doctor en Alaska, la serie que puede verse en el Canal Enfamilia

Entrevista

Janine Turner: «Me emociona que Doctor en Alaska se emita en España y forme parte de la familia»

El Debate entrevista a la actriz que interpretó a Maggie O'Connell en la mítica serie de televisión que ahora emite el canal Enfamilia

Están a punto de cumplirse 30 años del momento en el que irrumpió en nuestras vidas una serie diferente. Única. Adelantada a su tiempo. Tanto que, ahora que podemos disfrutarla gracias al canal Enfamilia –el canal de televisión de la Fundación Universitaria San Pablo CEU y AMC Networks, el primero en España en emitir la versión remasterizada de la serie–, Doctor en Alaska luce como nueva. En la primavera de 1993, en La 2 y casi en la medianoche, escuchamos por primera vez esa envolvente sintonía de cabecera que nos adentraba en ese lugar de Alaska, Cicely, en el que uno se quedaba atrapado. No tanto por la nieve como por la magia que brotaba de la pantalla. Janine Turner, la actriz que nos cautivó con su personaje de Maggie O’Connell, recuerda para El Debate aquellos maravillosos años que ahora vuelven a serlo gracias al canal Enfamilia.
En España podemos volver a disfrutar de Doctor en Alaska gracias a Enfamilia, un canal que promueve los valores familiares, al igual que lo hace nuestro medio, El Debate. Como cristiana, ¿qué valores cree que también podemos encontrar en Doctor en Alaska?
–Excelente pregunta. Al ser cristiana, pienso: 'Dios, ayúdame a lograr tu propósito y cumplir con éxito las tareas por las que me has enviado', que es una paráfrasis de un versículo de la Biblia. Y de la misma manera, pienso: '¿cuál es el propósito de Doctor en Alaska y cómo puede instruir a alguien?' Creo que es la forma en que la gente realmente se preocupaba por los demás. Cómo se levantaban el ánimo mutuamente y el tipo de comunidad que es, de ciudad pequeña como antaño, donde se cuidaban unos a otros. Es maravilloso simplemente entretener a la gente y darle un lugar donde poder ir, que no sea violento. No está llena de tacos. No muestra a nadie cortando cabezas, pero sigue siendo fascinante y estimulante, ¡y te sientes tan bien después de ver la serie! Es una experiencia enriquecedora. No es violenta; y, a mí, eso me gusta mucho.
–¿Recuerda alguna experiencia de la serie que alimentara su fe durante el rodaje de Doctor en Alaska?
–¡Caramba! Creo que sería la capacidad de perdonar mostrada en la serie. La serie es humanamente rica. Éramos personas imperfectas que hacían cosas que no eran siempre las correctas, pero siempre teníamos cierta habilidad para abrazarnos y decir «no he hecho lo correcto», «lamento haberlo hecho». Luego llegaba el perdón, y todo el mundo seguía con lo suyo. Y creo, por supuesto, que eso ciertamente emula la fe pero, ¿acaso no es eso algo estupendo que deberíamos seguir practicando los unos con los otros? No sé cómo están las cosas en España, pero en Estados Unidos hay mucha división, mucho rencor, y las redes sociales y los ciclos de noticias de 24 horas los han amplificado. Así que es maravilloso estar en un lugar donde se puede decir: 'bueno, no somos infalibles. Tú piensas de manera diferente a como pienso yo, pero vamos a seguir siendo una comunidad, y vamos a seguir siendo amigos. Aún me importas'.
–¿Considera que Doctor Alaska es una serie que se adelantó a su tiempo, al igual que Twin Peaks?
–Sí, totalmente. Pero mi punto de vista está sesgado: ¡me encanta esta serie! Y estoy muy emocionada de que se esté emitiendo nuevamente en España, porque Doctor en Alaska siempre ha sido un fenómeno y un gran éxito en Estados Unidos, y también en el extranjero. Así que estoy encantada de que España ahora forme parte de la familia de nuevo. Sí, creo firmemente que se adelantó a su tiempo, porque trataba de la última frontera, la naturaleza; tenía un lado estrafalario, y una buena onda que se mezclaba con la inteligencia de la serie. No tenía miedo de citar a Jung o Freud o de adentrarse en una especie de secuencia onírica que podría haber sido algo confusa para el público. Pero la gente simplemente se enganchó a ella y le encantó porque era intrigante, era divertida. Uno quería ser parte de la última frontera y estar en esa ciudad donde todos se preocupaban los unos por los otros. Y ahora, la razón por la que creo que la serie funciona es que la gente añora sentir que forma parte de una comunidad. Nos hemos vuelto tan homogeneizados y nacionalizados con las redes sociales que se nos ha olvidado qué se siente siendo miembro de una comunidad como la de una pequeña ciudad. Doctor en Alaska nos permite escaparnos de la realidad y tener esa sensación. Pero las bromas, las extravagancias, las secuencias oníricas, las escenas retrospectivas y la calidad intelectual de la serie... opino que fue todo innovador. Al ser una serie de verano, pudimos hacerla a hurtadillas y mostrar un género diferente.
Doctor en Alaska puede verse en el canal Enfamilia

Doctor en Alaska puede verse en el canal Enfamilia

–¿Qué le dice su hija cuando ve Doctor en Alaska con usted?
–¡Ay, es tan divertido! Cuando mi hija era pequeña, tendría unos seis, siete u ocho años, y veía a Maggie O'Connell dándole al vodka o fumando, exclamaba: '¡mamá, mamá!'. Pero cuando vio la serie a los 19 o 20 años, se quedó cautivada. Los hijos crecen y ya no idolatran tanto a sus madres a esa edad, pero le encantó la serie. '¿Qué pasará con Fleischman y O’Connell?'. Estaba muy intrigada y le gustaba mucho. Creo que las nuevas generaciones acogerán muy bien esta serie.
–Y usted, ¿qué siente cada vez que ve Doctor en Alaska y escucha su sintonía?
–Mire, me encanta la serie, y he defendido la sindicación de la serie de nuevo para que se emita. Me encantaría que el legado de la serie continúe en el género de las nuevas tecnologías. Y no es por el dinero. No es por mi carrera ni nada parecido. Ni siquiera sé cuánto dinero ganamos. Es solo porque creo que la serie es muy especial. Y cada vez que escucho la canción principal y me siento a ver la serie, hay tantas escenas en las que no puedo evitar sonreír y reírme… Me siento orgullosa de ella, de lo innovadora que fue y de cómo experimentaba con los límites de lo posible. La fotografía también era preciosa. Ver simplemente los ángulos de la cámara, la fotografía y luego el paisaje, la nieve...Uno de mis capítulos favoritos es en el que un oso se enamora de Maggie O'Connell, llega como un ser humano, quiere conocerla y luego baila con ella al son de una ópera. Ve, por eso la serie es tan increíblemente especial. Es muy divertida.
–¿Recuerda alguna anécdota especial de aquella época?
–Tengo que contarle una anécdota divertida. Jack Black está en uno de los capítulos. Pero en aquel momento aún no era el famoso Jack Black. Era un actor desconocido. Había trabajado con él en una serie, en un capítulo en el que yo era una reina de belleza, o algo así. Me subo a un ascensor con Jack Black unos seis años después, y me dice: '¡anda, Janine!' Hola'. Y yo le contesto: 'anda! Hola, Jack Black'. Pero no recordaba que habíamos trabajado juntos en Doctor en Alaska. Me mira y dice: «bueno, en realidad ya nos conocemos de antes.» Le contesté: 'ah, ¡claro!'
–¿Ha existido en algún momento la posibilidad real de continuar la serie?
–Sería fabuloso, ¿verdad? Sí, sería genial recrear la serie. Aunque es complicado, porque todo el mundo tiene una opinión diferente sobre cómo debería hacerse. Han pasado 30 años, pero estábamos Rob Morrow, Cynthia Geary, Darren Burroughs, John Corbett y yo, que teníamos veintitantos años. Pero luego estaban Ruth Ann, John Cullum, que interpretaba a Holling, y Barry Corbin. Así que teníamos diferentes generaciones de personas. Creo que la serie podría ser un éxito rotundo. Mientras tanto, me alegro de que se vuelva a emitir de forma sindicada, y que las nuevas generaciones tengan la oportunidad de disfrutarla. Porque tengo jóvenes que se me acercan — los llamo jóvenes, ¿sabe?, ahora que tengo 60 años — que dicen '¡ay, cuánto me gusta la serie!'.
Janine Turner y Rob Morrow, protagonistas de Doctor en Alaska

Janine Turner y Rob Morrow, protagonistas de Doctor en Alaska

–¿Ha mantenido en este tiempo el contacto con Rob Morrow? ¿Qué es lo que más recuerda de trabajar con él?
–Sí, mantengo el contacto con Rob Morrow y también con otros compañeros de la serie. Pensé en esto el otro día porque, cuando rodamos, nos convertimos en una familia. Probablemente nos veíamos más de lo que los familiares se ven entre sí, porque estábamos juntos 18 horas al día. Y luego, todos nos fuimos y retomamos nuestras propias vidas. Pero ese vínculo nunca desaparece. Rob Morrow y yo almorzamos juntos en la ciudad de Nueva York, creo que hace unos dos años, o año y medio. La gente dejaba de comer para mirarnos. Pasaban a nuestro lado y se inclinaban sobre los arbustos para decirnos: '¡emitidla! ¡Emitidla! Quiero volver a verla'. '¡Fleischman y O’Connell!' Es increíble porque ya han pasado unos 30 años. Pero el hecho de que la gente todavía quiera verla y quiera tener acceso a ella nos hizo mucha gracia y muestra que participamos en algo que cumplía un propósito único.
–¿Qué recuerda del rodaje de Máximo riesgo con Sylvester Stallone? Para mi hermano y para mí es una película especial, siempre la elegimos para disfrutar del sonido envolvente del helicóptero y de todo lo que viene después.
–Tengo una anécdota divertida con Máximo riesgo. Me seleccionaron para la película, pero estábamos grabando el capítulo de Doctor en Alaska que ganó todos los premios. Aquel donde en Cicely retrocedemos en el tiempo hasta el siglo XIX. Pensaban que no podrían sacarme de la programación para hacer ambas cosas. Fue irme un día, volar a Italia y comenzar a trabajar al día siguiente. Pero, ¡ay, Dios mío, qué frío hacía! (risas). Muchas de mis escenas de riesgo las hice yo misma. Por supuesto, yo no era esa personita que se balancea sobre la ladera de las montañas, pero sí estábamos allí arriba. Crucé el puente que estaba muy destartalado y, de haber caído, habría muerto. Fue una aventura emocionante.
Sylvester Stallone es muy inteligente, y muy gracioso. Una vez más, creo que todos sabíamos que nos estábamos embarcando en algo único y especial porque se hacía en lo alto de esas montañas. Fue muy difícil de rodar, especialmente como mujer, porque había muy pocas mujeres en ella. Y, una vez más, interpreté a una mujer muy fuerte, algo que siempre es genial. Fue un auténtico desafío, pero valió mucho la pena. Sabíamos que estábamos participando en algo que sería una aventura de acción de una calidad única. Y luego fue muy divertido ir al estreno y sentir el temblor del suelo provocado por los helicópteros, y la emoción de estar en el aire. Renny Harlin hizo un trabajo realmente fantástico al dirigir la película.
–¿Cuáles son algunas de sus series favoritas de los últimos años? ¿Ha notado la influencia de Doctor en Alaska en alguna de ellas?
– Una de mis series favoritas es Downton Abbey. Hay otra versión de Downton Abbey que se titula El restaurante. Es sueca. Me encantan ambas series porque tratan de familias y de los entresijos de las relaciones. Y también porque hay una sensación de colaboración entre la fotografía, el guion y la actuación. Todo converge, del mismo modo que ocurría en Doctor en Alaska. También me encanta New Girl. Creo que era muy divertida y tenía una especie de sentido de comunidad. Eso es lo curioso de las series de hoy en día. Se ven a base de atracones, y no las dejamos impregnar nuestra alma de la forma en que se puede hacer con una serie que se ve como Doctor en Alaska.
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