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Inés Hernand, Aitor Albizua, María Patiño y Belén Esteban, en la presentación de La Familia de la Tele

Inés Hernand, Aitor Albizua, María Patiño y Belén Esteban, en la presentación de La Familia de la TeleTVE

La semana de la tele

Caos, crisis y chulería en 'La familia de la tele' por su deplorable audiencia

Sálvame 2 (La familia de la tele) que emite La 1 de TVE ha levantado las mayores críticas a un programa de la televisión pública española. Desde dentro y desde fuera. Bajas audiencias, desconcierto de sus protagonistas: María Patiño, Belén Esteban, Kiko Matamoros, Chelo García Cortés, Aitor Albizu e Inés Hernand no saben qué hacer, qué decir, por dónde moverse y asumen servilmente las voces que el director Valldeperas lanza hacia ellos y que resuenan por todo el plató. Los maneja como pollos sin cabeza. Era tan fácil (como en Ni que fuéramos de TEN) colocarles un sofá y dejarles hablar de lo que siempre han hablado: de chismorreos, cotilleos, enfrentamientos entre ellos. Si TVE quiere hacer otra cosa, se equivocó en la elección de los personajes.

El alarde de la televisión pública para publicitar La familia de la tele fue disparatado. 500.000 euros para un desfile cutre, innecesario. Un plató por donde no saben moverse, el público asistente «escondido» y contenidos que no encajan con los protagonistas. Con este panorama, la semana ha sido muy movida.

El consejo de Informativos de TVE había lanzado un duro comunicado contra el programa «impropio de TVE» (se olvidaron de aprovecharlo para incluir algunos presentadores de programas informativos). Un grupo de periodistas del ente criticaron que Marta Riesco apareciese con el micrófono de TVE y en la tarde más esperpéntica, Belén Esteban hace un amago de abandonar el programa. Un paripé que no sirvió ni para subir una décima la audiencia.

Hubo un colaborador, Kiko Matamoros, que lanzó el pulso más directo a la dirección de la televisión pública: «A mí no me van a arrugar ni los comunicados de uno, ni los comunicados de otro, ni las recogidas de firmas para las monjitas, ni las recogidas de firmas para no sé a quién». O sea, no le importa nada lo que diga el Consejo de Informativos, ni el comunicado de un grupo de trabajadores, ni los que recogen firmas para apartar de TVE este rancio programa. Nadie le ha respondido. Ni la presidencia, ni la dirección general, ni el Consejo de Administración han pedido explicaciones; ese consejo formado por los 11 miembros que suman el PSOE y los partidos que apoyan al Gobierno, frente a los cuatro del PP. ¿Pueden asistir en silencio a este bochornoso espectáculo?

La solución provisional ha sido salomónica: La familia de la tele ocupará la primera parte de la tarde y le seguirán las dos series que han camuflado su paupérrima audiencia, Valle Salvaje y La Promesa, para cerrar con el programa más maltratado en los cambios y probaturas que han hecho en los dos últimos meses: Aquí la Tierra.

Y para, en un penúltimo esfuerzo, apoyar la causa, se inicia una petición de firmas a favor de La familia de la tele por ser «un programa que ha demostrado ser transgresor, innovador y popular, cumpliendo su función de servicio público de entretener a la gente con modernidad y atrevimiento…».

La función de ese servicio público al servicio del PSOE la puso en marcha Alba Carrillo, el último fichaje para, al parecer, subir audiencia. No perdió el tiempo y atacó a su exjefa en Mediaset, Ana Rosa Quintana, aprovechando que Chelo García Cortés mencionaba a Telecinco: «Bueno, perdona -exclamó Carrillo- es que en su cadena está 'Villareja', es que ya me toca las narices, sacamos aquí todo». Eso es lo que quiere TVE, por eso ha creado este programa …para atacar a los que, con libertad, critican al Gobierno. Ya están todos: Fortes, Intxaurrondo, Cintora, Javier Ruiz y La familia de la tele.

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