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Gabriela brilla, Víctor se despide y regresa una expulsada

Gabriela brilla, Víctor se despide y regresa una expulsadaTVE

Emoción, regreso y despedida tras un fallo imperdonable en MasterChef: «Da mucha rabia irse así»

El séptimo programa estuvo marcado por la intensa lucha por el pin de inmunidad, una emotiva repesca, una prueba solidaria en un centro canino y la eliminación de Víctor tras un error decisivo

El séptimo episodio de MasterChef 13 volvió a estar repleto de momentos destacados que mantuvieron a los espectadores en vilo. Entre ellos, la victoria de Gabriela en la lucha por el pin de inmunidad, el regreso de Elena como repescada, y la eliminación de Víctor tras olvidar el ingrediente principal de su plato. El programa también celebró una significativa prueba de exteriores en el centro canino Miraflores, con el objetivo de sensibilizar sobre la adopción de animales abandonados.

La velada comenzó con una competición cronometrada en la que los aspirantes, divididos en tres tríos, compitieron por acceder a una segunda ronda: un reto culinario frente a la ganadora de la décima edición, María Lo. Clara, Gabriela y Chema salieron victoriosos de sus respectivos grupos y se midieron con María Lo preparando un risotto de setas y trufa. Mientras Chema y Clara se quedaron por debajo de los 30 puntos, María logró 40. Sin embargo, Gabriela alcanzó los 43 puntos, alzándose así con el ansiado pin de inmunidad. «Empiezo a sentirme distinta. Estoy feliz», expresó emocionada. No obstante, Pepe Rodríguez le lanzó una advertencia: «Este pin cambia a las personas».

Un cocinado en exteriores muy especial

Tras esta prueba, los concursantes se trasladaron al centro canino Miraflores, donde cocinaron bajo las órdenes del chef Nino Redruello un menú completo, incluyendo 20 tapas especiales para los perros de los comensales. Esta iniciativa sirvió para concienciar sobre el abandono animal, una problemática que Jordi Cruz recordó con cifras alarmantes: «Cada año se abandonan cerca de 300.000 perros y gatos en nuestro país, y solo la mitad encuentra un nuevo hogar».

En este entorno solidario también tuvo lugar una de las pruebas más esperadas por los aspirantes eliminados: la repesca. Cada uno presentó un postre con la esperanza de recuperar su delantal blanco. La tarta de limón de Elena destacó por encima del resto y los jueces no dudaron en devolverle su lugar en las cocinas de MasterChef. El anuncio fue recibido con una gran ovación.

Como ganadora de la primera prueba, Gabriela tuvo el privilegio de designar a los capitanes para el reto de exteriores. No dudó en asumir el liderazgo del equipo rojo y eligió a Ismael para encabezar el azul. Aunque ambos grupos trabajaron con eficacia, Gabriela demostró una capacidad de liderazgo admirable. Pepe la elogió con entusiasmo: «Supervisas, te mueves, y no paras de trabajar. Es increíble cómo llevas cinco meses de embarazo y mantienes esta energía. Tu actitud es inmejorable».

El fallo imperdonable

El programa concluyó con una prueba de eliminación llena de tensión. Los aspirantes con delantal negro debían atrapar billetes dentro de una cabina de viento, cada uno con el nombre de un ingrediente obligatorio. Además, debían incorporar al plato un alimento que alguno de los invitados —Mario Vaquerizo, Terelu Campos, Eduardo Navarrete, María Zurita y Francis Lorenzo— confesó odiar. Ana supo jugar sus cartas: solo eligió tres billetes para diseñar una elaboración sencilla pero efectiva, decisión que fue muy bien valorada por Jordi Cruz: «Este es el enfoque correcto: técnica, sencillez y precisión».

Bea también obtuvo una valoración muy positiva por su carpaccio de langostinos con crujiente de oreja de cerdo, provocando incluso que Navarrete reconsiderara su aversión hacia ese ingrediente. Ismael, en cambio, reconoció estar afectado anímicamente por la distancia de su familia, lo que pareció reflejarse en sus últimos platos.

El momento más delicado llegó con Víctor, quien olvidó en el supermercado el ingrediente asignado por Terelu: el bacalao. Aunque intentó sacar adelante su plato, la ausencia del producto principal fue un fallo insalvable. «Sin bacalao no hay prueba», sentenciaron los jueces. Consciente de su error, el fisioterapeuta reconoció: «Da mucha rabia irse así, pero hay que asumir los errores». Se despidió con palabras de agradecimiento hacia el jurado y el programa: «Gracias a MasterChef, ahora sé mucho más de cocina. Sois abrazables».

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