La película de Netflix que todos ven pero casi nadie soporta: «Es tan mala que no puedes dejar de verla»

La película que hoy encabeza el top mundial de Netflix comienza con un grito en mitad de la noche y un cuerpo cayendo al agua. Y, sin embargo, lo más sorprendente no sucede en la pantalla, sino fuera de ella. La mujer del camarote 10, estrenada el pasado 10 de octubre, se ha convertido en la cinta más vista en 55 países, pero nadie parece entender por qué. El thriller psicológico protagonizado por Keira Knightley está recibiendo críticas demoledoras, y aun así, millones de espectadores no pueden dejar de pulsar «reproducir». Un misterio digno de la propia trama.

Basada en la exitosa novela de Ruth Ware, la historia sigue a Lo Blacklock, una periodista que sube a bordo de un yate de lujo para cubrir un reportaje. Lo que debía ser un viaje tranquilo se convierte en una pesadilla cuando, en mitad de la noche, asegura haber visto cómo alguien era arrojado por la borda. El problema es que nadie falta a bordo. Todos los pasajeros y miembros de la tripulación están contabilizados, y ella empieza a cuestionarse si lo que vio fue real o fruto de su imaginación. A partir de ahí, el espectador se sumerge en una atmósfera enrarecida de sospecha, paranoia y peligro, donde la línea entre la verdad y la locura se desdibuja a cada minuto.

La interpretación de Knightley es lo más sólido del filme: elegante, vulnerable y completamente absorbida por su personaje. Hace lo que puede con un guion que, según muchos críticos, no está a su altura. En Rotten Tomatoes, la película apenas alcanza un 27 % de aprobación, y los comentarios de los usuarios son tan afilados como ingeniosos. «Escritura absurda. Knightley hizo lo que pudo. Diría que es una película autopublicada en Kindle Unlimited», escribió uno. Otro fue más piadoso: «Vale la pena dejarla a mitad, pero como es corta, al menos los paisajes de Noruega son bonitos».

Y es cierto, los escenarios son espectaculares. La fotografía saca el máximo partido a los fiordos, al mar oscuro y al minimalismo gélido del yate. El resultado visual es tan hipnótico que casi hace olvidar lo torpe del montaje o la falta de coherencia de los villanos. Hay belleza en la forma, aunque el fondo (para algunos) se resienta. Quizá por eso, pese a su debilidad narrativa, la película se ha colado en la lista de éxitos. Netflix sabe vender el envoltorio: un título intrigante, una estrella reconocible y una trama lo bastante confusa como para que todo el mundo quiera descubrir «qué demonios ha pasado en ese camarote».

El caso de La mujer del camarote 10 no es nuevo. En la era del streaming, la calidad ya no es el único motor del éxito. El algoritmo premia lo que genera conversación, incluso cuando es para criticarlo. Como dicen algunos espectadores, «es tan mala que no puedes dejar de verla».