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20 de abril de 2024

La Plaza de Totos de Luanda, en Angola

La Plaza de Totos de Luanda, en AngolaAFP

La Plaza de Toros de Angola que quieren restaurar, donde fue figura Chibanga, el primer torero negro de la historia

Se celebraron corridas desde 1964, el año de su construcción, hasta 1975, cuando durante la independencia del país las autoridades prohibieron la lidia

Existe una plaza de toros en Luanda, Angola, que espera desde hace tiempo ser restaurada. Los toros en Angola. Toda una plaza de hormigón sin actividad taurina desde 1975, cuando el inopinado público luandés aún llenaba los tendidos (más de 20.000 localidades) para asistir a las corridas (las touradas), que contaban incluso con un torero estrella, natural de Mozambique: Ricardo Chibanga. El matador negro africano al que todo el mundo quería ver.
Plaza de Toros de Luanda, en Angola

Plaza de Toros de Luanda, en AngolaAFP

Chibanga se fue de su país a Lisboa (dicen que el amor del torero por una mujer de Vila Real inspiró la canción de Carlos Cano: María la Portuguesa) antes de dar el salto a España. Sus dotes y el color de su piel le valieron la oportunidad de viajar como parte de un espectáculo cómico, pero prevaleció lo primero y terminó adquiriendo fama como novillero. Con el nombre de «El Rey Africano» tomó la alternativa en la Maestranza en 1971 apadrinado por Antonio Bienvenida. Toreó durante los 70 con los mejores de la época y tuvo que retirarse pronto, en el 74, por una enfermedad en la vista. La última vez que toreó fue en tan curioso lugar como Macao, en China, el exotismo final con el que debía concluir su carrera.

Luanda y Maputo

En la plaza de Maputo, en Mozambique, una de las seis efímeras plazas de toros africanas junto a la de Luanda, Tánger, Uchda, Orán y Villa Sanjurjo, fue la gran figura que regresó un año antes de su obligado retiro. Un vestigio olvidado el coso mozambiqueño, lugar del gran triunfo autóctono del primer torero negro de la historia, buen amigo de Morante de la Puebla, que también fue sensación en Luanda, como recuerdan los más viejos del lugar.
Una mesa en el interior de la Plaza de Toros de Luanda

Una mesa en el interior de la Plaza de Toros de LuandaAFP

Durante la independencia de Angola, el gobierno socialista decidió prohibir la lidia, originaria de los colonos portugueses, que se celebraba en el país desde 1950 sin demasiado calado. El abandono del lugar es el ejemplo, que tras el veto comenzó a acoger conciertos. El coso fue construido en 1964 y más tarde sufrió las consecuencias de la guerra civil en su deterioro, como refugio de desplazados. Fue el último destino de la plaza que con el fin del conflicto, en 2002, quedó desahuciada.
Sin embargo, y al contrario que sus «colegas» continentales, desde hace diez años las autoridades locales buscan devolver a la vida el sitio, por el momento sin el acuerdo que deja la curiosa Plaza de Toros del África Austral casi como un monumento dejado un día sin más en un planeta extraño.
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