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Una escena de El Fantasma de la Óperaelfantasmadelaopera.com

La nueva versión de El Fantasma de la Ópera levanta el telón del Albéniz con la bendición de Lloyd Weber

El famoso musical regresa a la cartelera madrileña después de más de dos décadas con la presencia de su autor

«El Fantasma de la Opera ha estado danzando por muchos años con la versión anterior, y hacerlo con una versión que rompe ese 'maleficio' y refrescar el espectáculo ha sido un trabajo extraordinario» reconoció este martes el actor y también productor de musicales, Antonio Banderas, en el estreno de la nueva versión española de uno de los musicales más aclamados de la historia.

Y vaya si lo consiguió. La obra que se representa en el Teatro Albéniz de Madrid es un espectáculo redondo. Y no solo por ese escenario girante que permite desarrollar todas las escenas que requiere la obra a través de los cuatro costados de un montaje estupendamente adaptado a las dimensiones del teatro y de la obra de Andrew Lloyd Weber, que no ha quiso perderse el estreno de esta versión en Madrid y que no dudó en salir al escenario al finalizar el estreno para expresar su orgullo por la versión dirigida por el italiano Federico Bellone con Julio Awad como director musical, Gillian Bruce como coreógrafa y Silvia Montesinos al frente de la adaptación del texto y las letras.

El Fantasma de la Ópera es un musical de sobra conocido por todos los aficionados al género. No en vano, este musical, basado en la novela de Gastón Leroux, ha sido representado en 186 ciudades de todo el mundo desde su estreno en Londres allá por 1986 y ha sido vista por 140 millones de espectadores de 35 países.

Narra la historia de amor, muerte y desastre entre un genio de la música que vive escondido del mundo en las entrañas de un teatro y Christine, una joven con una voz celestial que no tardará en descubrir el terror que esconde este genio bajo su máscara.

El elenco completo del musical «El Fantasma de la Ópera», de Andrew Lloyd WebberEFE / Kiko Huesca

La versión de Bellone ofrece un espectáculo que sigue la línea del clásico, pero otorga un peso mayor a la protagonista, Christine, interpretada por la actriz y cantante Talía del Val, que despliega un espectacular abanico de tonos perfectamente adecuados a la intensidad de cada momento. Por contra, el fantasma, interpretado por el argentino Gerónimo Rauch, que previamente ya había interpretado a este personaje en el West End londinense, aparece menos en escena, aunque, como eje central de la obra, siempre está presente en persona o en espíritu.

Entre los dos, un elenco de actores secundarios que con sus interpretaciones corales e individuales, una trabajada coreografía de Bruce que da la sensación que multiplica la presencia actoral, y una espectacular iluminación de Valerio Tiberi, que se convierte casi en un personaje más de la obra y aporta un envolvente barroquismo al ya de por sí barroco escenario, completa un espectáculo que continúa la tradición del mejor Lloyd Weber.

El actor Antonio Banderas, como productor del musical El Fantasma de la Ópera, atiende a los mediosEFE / Kiko Huesca

Se notó que todo el elenco de actores había trabajado y ensayado a conciencia. Ni el hecho de que este martes fuera la primera vez que se representaba esta versión en público ni, sobre todo, la presencia del mítico autor Andrew Lloyd Weber, puso un ápice de nerviosismo en un grupo de actores que, en buena parte ya vienen trabajando juntos en otras obras como 'The Company', también producida y dirigida por Antonio Banderas.

El resultado: un público que aplaudió a rabiar y se puso en pie desde el mismo momento en que bajó el telón después de algo más de dos horas y media de intensa representación sin esperar a que subieran al escenario las estrellas de la obra capitaneadas por Antonio Banderas y Andrew Lloyd Weber.

El Fantasma de la Ópera bajó el telón de Broadway el pasado mes de abril después de 35 años de representación ininterrumpida. Desde hoy, Madrid levanta ese telón con una versión actualizada y meritoria de uno de los clásicos entre los clásicos que goza de la bendición de Andrew Lloyd Weber y todo apunta a que del público, también.