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02 de mayo de 2024

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero

El director del Instituto Cervantes, Luis García MonteroEFE

García Montero compara la corrupción del FC Barcelona y el caso Negreira con el PP y la renovación del CGPJ

El director del Instituto Cervantes, desde su cargo público concedido a dedo por Sánchez, apunta a la «futbolización de la política», pero solo pone como ejemplo a los populares

No son malos tiempos para la lírica, como cantaba Golpes Bajos, al menos para la lírica política de Luis García Montero, siempre dispuesto a aderezar de ideología cualquier intervención pública donde pueda demostrar sus afinidades. La última ocasión la ha tenido en la Cadena Ser, donde ha dicho que los gritos contra la corrupción de los árbitros que escuchó en el estadio de Los Cármenes, en Granada, le recordó a «la polémica sobre los jueces en España».
Continuaba el director del Instituto Cervantes, nombrado directamente por Pedro Sánchez, que cuando era adolescente «se hablaba mucho de la politización del fútbol. La dictadura manipulaba al gran deporte. Hoy se trata de lo contrario, de la futbolización de la política. Se pierde el sentido de la vergüenza para movilizar a los hinchas...».
Es cierto que la dictadura manipulaba «el gran deporte», pero como bien se sabe, aunque no se diga, siempre en favor del mismo equipo, el FC Barcelona, quien le concedió a Franco (dos veces) su medalla de Honor. Un Franco del que es conocida su mala relación con Santiago Bernabéu. El equipo del régimen resultó que era otro. Otra vez el mismo al que García Montero, seguidor del Real Madrid, se refiere en su intervención radiofónica.
Dice el poeta que «Después de descubrirse, por ejemplo, el caso Negreira, los negocios sucios del Barcelona con un dirigente arbitral, su presidente y su entrenador no se cortan, afirman que los árbitros están mediatizados por el Madrid...». Y que pasa lo mismo en la política española: «El Barcelona me recuerda al PP. Con muchas causas abiertas de corrupción, el partido que está obstaculizando la renovación del Consejo General del Poder Judicial, sitúa a los jueces en medio de la polémica y acusa al Gobierno de no respetar la independencia de la justicia».
A García Montero el equipo corrupto y amoral (en sus propias palabras) del FC Barcelona le recuerda al PP y a la renovación del CGPJ y no a los pactos de la iniquidad con terroristas e independentistas de quien le puso al frente del Cervantes. Curiosa memoria, aunque conocida. Concluía el vate su alocución en las ondas con un «poema»: «Esperemos que la ciudadanía no se convierta en una hinchada. Hacen mal los que usan sus cargos para sacrificar la deportividad en nombre del fanatismo, ya se sean del Madrid, del Barcelona o del glorioso Granada Club de Fútbol».
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