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04 de mayo de 2024

El periodista y escritor José Besteiro, autor de Francisco Umbral. Manual de instrucciones

El periodista y escritor José Besteiro, autor de Francisco Umbral. Manual de instruccionesPaula Argüelles

José Besteiro: «Umbral es el Valle Inclán de la generación del 68 literario, un verso suelto»

Francisco Umbral. Manual de instrucciones (Renacimiento, 2024) es el libro que se debía su autor: un tratado de la vida y obra del hombre y su personaje como un «artículo sucesivo» sobre el ídolo y después amigo y casi padre

José Besteiro decidió dejar de seguir los pasos de Umbral porque se le hizo gigante, porque era gigante. Por eso y porque los genes emprendedores paternos se impusieron a los genes poéticos maternos. Pero en el ínterin Besteiro, «promesa del periodismo gallego» que se lo estaba «montando muy bien», según el protagonista, vivió la vida al lado del gigante, incluso metido en un Seat Panda repleto de umbralismo y de unas señoritas argentinas ansiosas de umbralismo del mismo modo que Vallejo-Nágera vivió la vida de Hollywood al lado de Dominguín. Todo esto está en Francisco Umbral. Manual de instrucciones (Renacimiento. Biblioteca de la memoria, 2024), más que una biografía, una colección de miniensayos biografiados de los que el autor dice que Umbral no los necesitaba, pero él sí. «Y mucho». Lo mismo cabe decir de los lectores. Palabra.
–Leer a Umbral cada día era una aventura con la intención de entenderle de una vez. ¿Esto hace de sus columnas algo más que columnas?
–Del mismo modo que Umbral era mucho más que un escritor, también sus columnas son mucho más que una columna. Umbral lo que hace es periodismo de autor, y por eso consigue piezas que trascienden el periódico. La fórmula era poesía más humor y eso permite espacio para las sorpresas. Umbral metía la lírica de contrabando.
Cubierta de Francisco Umbral. Manual de instrucciones

Cubierta de Francisco Umbral. Manual de instruccionesRenacimiento

–En La Gran Belleza de Sorrentino, un hombre muestra a Gambardella la enorme exposición de sus propias fotos, una cada día, que empezó su padre. Hubiera sido curioso si en vez de aquel hombre hubiera sido Umbral el protagonista con todos sus cambios progresivos de atuendo.
–Yo lo que hice fue imprimir todas las fotos de Umbral a lo largo de su vida y las colgué en una pared igual que si fuera un policía analizando un crimen. De hecho hay un capitulo dedicado a estudiar la evolución de su imagen y me basé justamente en estos testimonios gráficos. Pura serendipia. De hippie a dandy. Umbral cuidaba mucho el envase, ya desde la adolescencia, y estudió a todos los escritores/espectáculo para diseñar su propio uniforme, que era una mezcla de Proust, Valle y Woody Allen. Umbral era el rey de la autopromoción y no descuidaba ningún detalle. Fíjese hasta que punto es así que le dedica un libro de amor a su mujer a mediados de los ochenta ( un libro un poco telenovelero) y sin embargo no se publica hasta después de su fallecimiento porque eso hubiera perjudicado su condición de adultero y play boy.

Umbral solo nos cuenta su vida pública y la privada, pero raramente se le cuela la secreta

–Entre párrafos he tenido la sensación de estar leyendo a Umbral (o incluso a su admirado Proust) con páginas y páginas sobre, por ejemplo, la forma de vestir… ¿puede ser que usted se umbralizara (o se proustizara) pensando en él?
–Ese es el gran riesgo: la umbralitis. Con razón dice Antonio Lucas que Umbral es la piscina en la que hay que mojarse y de la que hay que saber secarse. Cuando éramos adolescentes todos lo copiábamos. Umbral es más pegadizo que la canción del verano y seguro que hay páginas donde no fui capaz de sustraerme a su poderoso influjo. Yo trato de escribir como hablo, justamente para no plagiar a Umbral, porque sería hacer directamente el ridículo, algo así como comparar el gotelé con la pintura impresionista, pero se conoce que a veces se me va la mano.
José Besteiro durante la entrevista

José Besteiro durante la entrevistaPaula Argüelles

–El relato de la visita al cementerio donde está enterrado su hijo en Diario de un escritor burgués es de una belleza aplastante. Es Francisco Pérez escribiendo y no Francisco Umbral, algo que saca violentamente al hombre a las páginas y no al personaje…
–Absolutamente de acuerdo. Umbral se llama Francisco Pérez, pero cuando cambia de nombre, se convierte en un actor, en un escritor/personaje, y es muy difícil acceder a su verdadera personalidad. Decía García Marquez que hay vida pública, privada y secreta. Umbral solo nos cuenta su vida pública y la privada, pero raramente se le cuela la secreta. Esta visita que usted menciona es una de las pocas veces en que eso ocurre, pero muy poca gente repara en ello. Con razón dicen que en España el mejor modo de guardar un secreto es escribir un libro …

Umbral es la suma de muchas herencias y muchas influencias. Como decía Emerson, sólo los genios saben pedir prestado

–Umbral perdió a su hijo y siempre anduvo buscando un padre en Delibes, en Cela… uno tiene la sensación de que sus comunicaciones con ellos, esas cartas íntimas, son tan profundas como lo insondable de un reactor nuclear.
–Realmente la correspondencia que mantiene con Delibes y que publicó Destino es el mejor lugar para conocer a Pérez, para acceder a la vida secreta de la que hablábamos en la pregunta anterior. En una de ellas le dice textualmente a Delibes (Besteiro consulta el libro): «...todas estas confesiones, no se las hago nunca a nadie, pues mi imagen pública es de seguridad, incluso de agresividad, porque la selva obliga. Contigo me siento propicio a la confesión y perdóname».
–Si tuviese que elegir un personaje superiormente inspirador en la vida de Umbral, solo uno entre tantos (Baudelaire, Gómez de la Serna, los mismos Delibes y Cela) ¿Quién sería?
–Si le dijera la verdad le mentiría (risas). Desde el punto de vista literario es difícil elegir sólo uno porque Umbral es un caso clarísimo de multipropiedad, Umbral es la suma de muchas herencias y muchas influencias. Como decía Emerson, sólo los genios saben pedir prestado. Si copias a uno eres un plagiador, pero si copias a cincuenta y los mezclas sin que se note, entonces eres un genio y lo que consigues es una obra de arte. De ahí nace el umbralismo. Como personaje, si tengo que elegir uno, diría que Valle: Umbral es el Valle Inclán de la generación del 68 literario, un verso suelto.

Umbral hoy estaría directamente cancelado. Un país donde no se acepta la presunción de inocencia es un país gravemente enfermo

–¿Fueron reales los amoríos que contó con lujo de detalles? ¿Cómo llevó esto María España?
–Usted sabe que los mejores polvos son de quien los sabe contar, y Umbral los contaba de maravilla. No hay que olvidar que Umbral lo literaturiza todo. Por supuesto que tuvo una vida poliamorosa, pero la ficción de sus libros supera la realidad de sus actos. Umbral y su mujer María España tuvieron una de las primeras relaciones abiertas que hubo en nuestro país. Hay declaraciones de María donde reconoce la existencia de dos amantes en la vida de Umbral y lo asume con naturalidad. No quiere la exclusiva porque es una mujer moderna y sabe que la zoología conspira contra la monogamia. Por parte de Paco, hay un hecho cierto: no abandonó a María en toda la vida, esa es la verdad. Entre otras cosas porque el divorcio le parecía igual de malo que el matrimonio.

Pertenecía a una generación que conoció el sexo en los prostíbulos y que comía a mesa puesta y por eso era machista/feminista

–Las feministas de hoy le hubieran lapidado…
–Umbral pertenecía a una generación que conoció el sexo en los prostíbulos y que comía a mesa puesta y por eso era machista/feminista. Hoy estaría directamente cancelado. Le hubieran montado un Vermut, con testimonios anónimos y sin derecho a jueces, o sea la Santa Inquisición. Un país donde no se acepta la presunción de inocencia es un país gravemente enfermo. Como dice Gascón, somos una democracia tan avanzada que nos podemos permitir prescindir de los jueces porque la justicia la administran los políticos y los periodistas. El caso de Woody Allen es un ejemplo de lo que se pretende. Aunque la justicia te declare inocente, te condena el Me too.
José Besteiro durante la entrevista en El Debate

José Besteiro durante la entrevista en El Debate

–¿El vicio mayor de Umbral fue el sexo, la literatura o ninguna de las dos?
–Yo creo que el mayor vicio de Umbral era Umbral, su juguete preferido. La mejor obra de Umbral es Umbral. Y yo, pese a todos los titulares que dio en sentido contrario, creo que la literatura era su principal fuente del placer , por encima del sexo y de la política. Está claro que es un psicópata de la literatura: no escribía para vivir, sino que vivía para escribir.
–Hemingway dijo de sí que era el campeón mundial de los pesos pesados de la literatura, ¿fue Umbral el campeón mundial de los pesos pesados (o se tuvo como tal) de los escritores de periódicos?
–Absolutamente. Se habla de Umbral como introductor del Nuevo Periodismo en España, pero él lo que en realidad hace es inventar el Nuevo Columnismo. Así es como convierte las columnas en un género literario. Está claro que su género genético era el artículo, como diría Pemán y que cultiva el periodismo de autor. Fue el representante más destacado de la generación del 68 y no sólo destacó como articulista, sino como escritor de diarios y de memorias. Tenga en cuenta que se anticipa a la autoficción y a la posmodernidad. Umbral ya era posmoderno antes de que los franceses teorizaran sobre la posmodernidad.

Yo leía aquello de que el Pryca era el Escorial de las salchichas y me volvía literalmente loco

–Este libro está hecho con el corazón, con el suyo, y es magnífico en su fondo y en su forma, lo nunca contado o al menos lo nunca contado así sobre el clásico Umbral en que se va convirtiendo más de 15 años después de su muerte. Yo creo que ya hay que leer a Umbral como quien lee a Flaubert, o al menos leer, sin falta, este libro, por bueno, este manual de instrucciones para empezar a leer a Paco Umbral o incluso a Paco Pérez…
–Se dice que hace falta mucha fuerza de voluntad para escribir un libro, pero en mi caso tendría que tener mucha fuerza de voluntad para no escribirlo. Tenga en cuenta que yo lo descubro a los quince años y que para mí una frase suya era como una aventura. Por otra parte es una prosa muy intensa. En casi todos los párrafos hay un titular y eso para un adolescente es muy goloso. Yo leía aquello de que el Pryca era el Escorial de las salchichas y me volvía literalmente loco. Inmediatamente, y por pura emulación, por resplandor imitativo, como diría Gabriel Tarde, me ponía a imitarlo y decía que la plaza de abastos de Lugo era la Capilla Sixtina de las berzas o de los grelos, ya no me acuerdo. Steiner dice que el hallazgo de un libro puede cambiar la vida y Memorias de un niño de derechas me cambió la mía. Umbral era un borde, pero Paco, o Pérez, era Shrek, un monstruo bueno, y a mí me trató como a un hijo. Por eso le debía este libro. Aunque en el fondo, Umbral no necesitaba este libro. El que lo necesitaba era yo. Y mucho.
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