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Irene Montero es reprendida por portar un pañuelo palestino en el Parlamento Europeo

Irene Montero emplea habitualmente el femenino como género neutro y la terminación en «e» para un tercer género lingüístico

La batalla de la RAE contra la aberración del lenguaje inclusivo

La RAE se expresó en numerosas ocasiones contra el abuso del lenguaje inclusivo

La ofensiva woke contra la RAE con razón del lenguaje inclusivo, y la negativa de la Real Academia Española de pasar por el aro del progrerío, parecen hoy haber amainado.

Sin embargo, hubo un tiempo, no hace mucho, en el que la campaña desde determinados sectores políticos, sus círculos mediáticos, y sus agentes anónimos en redes sociales estaban empeñados en doblegar a los académicos y dar oficialidad lingüística a sus habituales «ciudadanos y ciudadanas», «españolxs» o «niñes».

En el Congreso de los Diputados, donde sus señorías hispanohablantes se comunican con pinganillo, es habitual el desdoblamiento innecesario de género en aras del lenguaje inclusivo y el feminismo.

En Podemos, además de utilizar el femenino como género neutro, se emplea el «elle» de forma habitual para referirse a un tercer género lingüístico que incluiría a los trans. La exministra y actual eurodiputada Irene Montero es, quizás, el ejemplo más visible de dicha práctica.

Hoy esas rarezas lingüísticas se ven ya por el común de los hablantes como una costumbre habitual de las élites políticas empeñadas en diferenciarse así de un pueblo que, para sorpresa de muchos, se empeña en seguir las indicaciones de la RAE para un uso pulcro de la lengua española y pasa, olímpicamente, de los engorrosos «nosotros, nosotras y nosotres», el indescifrable «lxs madrileñxs» o el ya un poco ajado «l@s madrileñ@s».

La Real Academia Española se pronunció en varias ocasiones sobre el llamado «lenguaje inclusivo» y sus contorsiones idiomáticas.

A petición de la Vicepresidenta del Gobierno elaboró en diciembre de 2020 un estudio sobre el buen uso del lenguaje inclusivo en la Constitución donde, sin embargo, concluye que «la Constitución emplea un castellano correcto», din desdoblamientos de género ni fórmulas similares.

En febrero de 2024 también publicó la RAE una nota sobre las «Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje en la Administración parlamentaria», acordadas por la Mesa de las Cortes Generales el 5 de diciembre de 2023.

En dicha nota, la RAE criticaba que se adoptaran medidas desde la Mesa del Congreso destinadas a sustituir el masculino inclusivo y argumentara que los cambios se hacían teniendo en cuenta «las reglas gramaticales vigentes y las recomendaciones contenidas en el Informe sobre el lenguaje inclusivo y otras cuestiones publicado por la RAE».

Lamentaba la Academia en la nota que «los destinatarios del texto que ahora comentamos podrían pensar, de manera equivocada, que las recomendaciones de la Mesa del Congreso concuerdan totalmente con la postura de la RAE sobre estas cuestiones o comparten los criterios de esta institución sobre dichos asuntos».

La RAE se ha expresado en varias ocasiones contra dichas prácticas lingüísticas artificiales promovidas desde la política y sus voceros.

Así, en respuesta a una pregunta de un hablante, la RAE señala que los desdoblamientos del estilo «los ciudadanos y las ciudadanas» o «los niños y las niñas» «son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos».

Existe una excepción y es «cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto». Por ejemplo, en la frase «El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad».

«La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos», concluía la RAE.

Además, en otra respuesta a otro hablante en Twitter en enero de 2023, la RAE se expresaba contra el uso de la letra «e» como forma de construir el género neutro: «El uso de la letra ‘e’ como supuesta marca de género es ajeno al sistema morfológico del español, además de ser innecesario, pues el masculino gramatical funciona como término inclusivo en referencia a colectivos mixtos, o en contextos genéricos o inespecíficos».

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