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Españolismo sin complejosRobert Goodwin

Como un río que me cruza

Acabo de leer una novela encantadora, por no decir hechizante, de engañosa sencillez por su lectura amena, corta y sin pretensiones literarias. Si no me equivoco, este pequeño libro es bastante importante. Me ha comentado mi mujer que ‘rara vez te habré visto tan absorto en un libro’

Los republicanos españoles tomaron parte activa en la liberación de París en 1945GTRES

Tuve la suerte de que Juan López-Herrera me invitara a la presentación de su libro Como un río que me cruza (Funambulista) hace poco.

En el acto, nos explicó que se inspiró en su experiencia como cónsul en Lyon, Francia, cuando asistía a actos conmemorativos de españoles que habían luchado en la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial.

Endurecidos por el apenas acabado conflicto en España, los franceses les habían buscado para entrenar a los suyos y combatir a los nazis. El libro va bastante más allá de aquella historia que apenas se ha empezado a estudiar en Francia y aquí.

López-Herrera consigue contraponer el amor urgente y recortado de la guerra entre dos seres con la pasión profunda de un matrimonio en tiempos de paz, que se va evaporando lentamente a lo largo de los años.

Y ese contraste de distintos azares lo profundiza con otra yuxtaposición tripartita e impactante: la expiración violenta del ser humano tanto en la guerra como en la paz, y la lenta muerte, muy moderna, por cáncer.

Para evitar un precoz desengaño del lector, no me permito elucidar más allá, solo que el autor combina dos narrativas. En los 80, una chavala francesa se enamora un verano de un murciano y, muy modernos, montan una casa en Lyon. El otro hilo empieza en 1936, cuando un anarquista andaluz asesina a unos hermanos terratenientes de su pueblo y luego se fuga mientras los nacionalistas fusilan a sus hermanos.

El autor nos obliga a estar en plena pos-Transición y, a la vez, en plena Guerra Civil. Poco a poco nos aleja de ese infierno de contraposturas para mimarnos en el seno cómodo del afluente sur de la Francia de principios del siglo XXI..., para devolvernos a lo peor de las guerras fratricidas.

Hace tiempo, en Austria, me reí a carcajadas y a solas, y me caí de una tumbona leyendo otro libro de López-Herrera, La creme coneshion, en que se burlaba de la Sevilla del 92.

Ha escrito otras obras cómicas dignas de leer. Mas en Como un río que me cruza cuaja una faena hábil y templada, domando al lenguaje y el desarrollo de su argumento, pero enfrentándose a otro encaste de toro bastante más serio y peligroso. Cante jondo es.