Fallece a los 81 años en Madrid el escritor y crítico José María Guelbenzu

El escritor, periodista y crítico literario José María Guelbenzu ha fallecido este viernes en Madrid a los 81 años, según ha informado el diario El País, cabecera con la que colaboraba habitualmente.

Su trayectoria, marcada por una intensa labor tanto en el ámbito editorial como en el literario, lo consolidó como una figura destacada de la narrativa española contemporánea.

Guelbenzu inició su andadura profesional en la revista Cuadernos para el diálogo, una publicación clave durante la Transición.

En 1970 ingresó en la editorial Taurus, donde asumió la dirección en 1977. A partir de 1982, compaginó esa responsabilidad con la dirección editorial de Alfaguara, hasta que en 1988 decidió abandonar ambos puestos para dedicarse plenamente a la escritura, informa Europa Press.

A lo largo de su carrera, ejerció como crítico en el suplemento cultural Babelia, de El País, y colaboró de forma constante con Revista de Libros. Asimismo, participó como jurado en importantes certámenes literarios, entre ellos el Premio Nadal y el Premio Nacional de Literatura.

Entre los reconocimientos que recibió destacan el Premio de la Crítica de Narrativa en 1981, el Premio Internacional de Novela Plaza & Janés en 1991, el Premio Fundación Sánchez Ruipérez de Periodismo en 2007 y el Premio Torrente Ballester de Narrativa en 2010. Su producción literaria incluye un total de diecinueve novelas, de las cuales seis se inscriben en el género policíaco.

En su última obra, Una gota de afecto, Guelbenzu retrata la historia de un hombre marcado por una herida de infancia. Ambientada en una antigua casa solariega de un pueblo cántabro, la novela sigue a un funcionario internacional dedicado a proyectos en países en desarrollo, que se refugia en la ficción de controlar el mundo que le rodea.

Recientemente, en una entrevista concedida a Europa Press con motivo del lanzamiento de esa novela, Guelbenzu expresó su desacuerdo con la publicación del libro El odio, de Luisgé Martín, donde se aborda el caso del parricida José Bretón.

«Si yo fuera el editor de ese libro, no lo habría publicado. No por nada, sino porque me parece malo. Esa es la única cuestión (...) A mí no me hace mucha gracia, no tengo ningún interés en ese asesino y creo que es un mal libro. Eso es todo. Es una opinión personal», afirmó el autor.

Su fallecimiento supone la pérdida de una voz crítica y rigurosa dentro del panorama literario español, cuyo legado se extiende tanto en su obra narrativa como en su labor como editor y comentarista cultural.