El arquitecto Francisco Ortega, Premio Rafael Manzano por su proyecto de reconstrucción del patrimonio rural

El arquitecto Francisco Ortega Montoliu ha sido distinguido con el XIII Premio Rafael Manzano de Nueva Arquitectura Tradicional 2025, uno de los galardones de mayor dotación económica del ámbito arquitectónico europeo, con 50.000 euros.

Natural de Asturias y establecido profesionalmente en Madrid, Ortega ha sido reconocido por su capacidad para recuperar y dar nuevo uso al patrimonio edificado del medio rural, respetando en todo momento su esencia arquitectónica y su vinculación con la identidad local.

El jurado ha valorado especialmente la forma en que sus proyectos revitalizan construcciones históricas en estado de abandono, devolviéndoles funcionalidad sin renunciar a su autenticidad. Esta labor ha contribuido a dinamizar los núcleos rurales donde se insertan, generando valor económico, social y cultural.

Entre sus intervenciones más destacadas en su tierra natal se encuentra la recuperación del Palacio de las Torres de Donlebún en Barres, una construcción del siglo XVI declarada Bien de Interés Cultural, que ha sido transformada en hotel respetando su carácter defensivo original.

También ha intervenido en el Palacio del Marqués de Santa Cruz, del siglo XVIII, ubicado en Castropol, donde ha logrado abrir el edificio hacia la ría del Eo sin perder su fisonomía. Igualmente, ha trabajado en el Palacio de los Pardo Donlebún en Figueras, una edificación del siglo XIV concebida para la vigilancia del actual límite con Galicia.

A estos ejemplos se suman la rehabilitación de la Casa de los Perecitos y la emblemática Torre de los Moreno en Ribadeo, así como la restauración de la Villa Excélsior en Luarca. En todos estos casos, Ortega ha incorporado soluciones constructivas actuales que armonizan con los valores arquitectónicos del edificio original, recurriendo a materiales tradicionales y sostenibles, y contando con la colaboración de artesanos expertos en oficios históricos.

Este respeto por las técnicas y materiales vernáculos no solo garantiza la durabilidad e integración de las obras, sino que además contribuye a recuperar saberes ancestrales y a reactivar la economía local. De este modo, el arquitecto asturiano plantea la restauración del patrimonio como un motor de cohesión cultural y desarrollo sostenible.

Paralelamente, la Medalla Richard H. Driehaus 2025 ha sido otorgada a Francisco de Calheiros, impulsor de una ejemplar iniciativa de conservación y gestión del patrimonio en el norte de Portugal. Su proyecto comenzó con la restauración del Paço de Calheiros, una casa solariega del siglo XVIII perteneciente a su familia, ubicada en el valle del Lima.

A partir de ahí, fundó la asociación TURIHAB y promovió la creación de la red Solares de Portugal, que agrupa más de 120 residencias históricas convertidas en alojamientos con valor cultural.

Estas casas no solo ofrecen hospedaje, sino también experiencias que permiten a los visitantes conocer de primera mano la historia, arquitectura y tradiciones del lugar, gracias al papel activo de sus propietarios como anfitriones y custodios del legado cultural.

La visión de Calheiros ha sido clave para frenar el abandono rural en Portugal, transformando el patrimonio en un recurso vivo. Su modelo ha sido replicado en otros países europeos como Irlanda, Francia, Italia, Alemania, Eslovenia y también en España, con el objetivo de promover una red internacional de turismo patrimonial basada en la hospitalidad tradicional.

Tanto el Premio Rafael Manzano como la Medalla Driehaus son convocados por la Fundación Culturas Constructivas Tradicionales, gracias al impulso del mecenas estadounidense Richard H. Driehaus. Cuentan con la colaboración de INTBAU España y Portugal, la Fundação Serra Henriques, la Ordem dos Arquitectos de Portugal y el patrocinio del Presidente de la República Portuguesa.

Estos galardones se han consolidado como referentes internacionales en la defensa de una arquitectura arraigada en la tradición, sostenible, humana y con vocación de permanencia, que se presenta como alternativa al olvido, la uniformidad y el abandono del mundo rural.