Imagen del Palacio de Versalles
Una obra expoliada por los nazis llevaba más de 70 años en el Palacio de Versalles
Versalles albergaba desde 1951 la agenda personal del pintor Jacques-Louis David expoliada por los nazis
Una agenda personal del pintor Jacques-Louis David, que contiene bocetos y anotaciones fechadas en 1790, fue identificada como una obra expoliada por los nazis en 1940, a pesar de encontrarse desde 1951 en los fondos del Palacio de Versalles.
El hallazgo de su verdadero origen, señala Efe, ha salido a la luz recientemente, gracias a la iniciativa de uno de los descendientes de los propietarios originales, y ha sido confirmado por las autoridades culturales francesas.
La emisora Radio France reveló este lunes que la agenda en cuestión había sido adquirida por el Palacio de Versalles sin que se hubiera verificado adecuadamente su procedencia.
El propio museo ha reconocido que, hasta ahora, no se había investigado su origen. Tras estas revelaciones, el Ministerio de Cultura de Francia anunció el inicio de una investigación formal para esclarecer los hechos y ha manifestado su intención de contactar con los herederos para una posible restitución de la obra.
Joseph B., descendiente de la familia afectada, explicó que fue el verano pasado cuando descubrió por casualidad que el cuaderno del célebre pintor formaba parte del patrimonio del palacio.
Este hallazgo resulta especialmente llamativo si se tiene en cuenta que, desde hace años, tanto el Ministerio como el propio Palacio de Versalles han impulsado campañas destinadas a identificar y devolver obras que pudieran haber sido saqueadas durante la ocupación nazi.
Lo sorprendente del caso radica en que esta agenda de Jacques-Louis David estaba registrada en los archivos públicos de restitución artística desde finales de la Segunda Guerra Mundial.
En 1945, Odile Lereboullet, hija del propietario, denunció oficialmente el expolio que su familia había sufrido en julio de 1940, cuando la biblioteca de su padre, situada en Chissey-en-Morvan (departamento de Saône-et-Loire), fue saqueada.
En su denuncia, fechada el 26 de noviembre de ese año, adjuntó una relación detallada de 37 libros desaparecidos, entre los que figuraba precisamente la agenda ahora en cuestión.
El objeto resurgió el 15 de enero de 1943, cuando fue subastado en la ciudad alemana de Múnich por un precio de 26.000 marcos.
Posteriormente, en 1951, el Palacio de Versalles lo adquirió por 350.000 antiguos francos (equivalentes a unos 10.000 euros actuales) al historiador del arte Otto Wertheimer, un intelectual judío alemán que había desempeñado funciones como conservador en el Museo Nacional de Berlín antes de exiliarse en Francia durante la década de 1930, huyendo del régimen nazi.
Durante la ocupación alemana de Francia, Wertheimer se trasladó a Suiza, donde residió durante la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar el conflicto, regresó a París en 1944 y retomó su actividad en el ámbito del arte, convirtiéndose en marchante con vínculos estrechos con instituciones como el Palacio de Versalles o el Museo del Louvre, al que legó posteriormente cinco cuadros.
Este episodio pone de manifiesto los desafíos persistentes en torno a la recuperación de obras expoliadas y cuestiona la eficacia de los mecanismos de control aplicados por los museos franceses durante décadas.
Aunque la agenda había sido denunciada como robada desde 1945, pasó inadvertida durante más de setenta años en una de las instituciones culturales más emblemáticas del país.
Ahora, con la investigación en marcha y el compromiso de contactar a los herederos, el caso podría convertirse en un nuevo ejemplo de restitución de patrimonio expoliado en tiempos de guerra.