En realidad podría decirse, en vez de que Vermeer fue un «Van Gogh flamenco», que Van Gogh fue un «Vermeer postimpresionista». Ambos fueron compatriotas separados por los siglos y unidos, además de por su origen, por su muerte compartida en la pobreza y por el anonimato como artistas en vida, mayor en el de Zundert que en el de Delft. La joven de la perla es su cuadro más famoso. En él la luz, sobre todo la luz, hace el detalle en la diferencia de la mirada en primer plano. La media sonrisa de Gioconda que le da vida y fama eterna a la famosa joven del XVII, tan evocadora que hasta inspiró una película del mismo título.