
El pintor y escultor Antonio López ultima una escultura a tamaño natural de Francisco de Goya
Antonio López ultima una escultura de Goya que dará la bienvenida a los visitantes en su casa natal
La escultura estará terminada en un plazo de dos meses y permanecerá en Fuendetodos durante el verano
Antonio López, uno de los grandes nombres del arte contemporáneo español, está a punto de culminar una escultura de Francisco de Goya a tamaño natural que se instalará a pie de calle junto a la casa natal del pintor en Fuendetodos (Zaragoza).
Según informó Efe, la pieza, un encargo del Ayuntamiento de la localidad, será la imagen inaugural para quienes se acerquen al emblemático lugar, coincidiendo con las celebraciones goyescas que se celebran en septiembre.
A sus 89 años, el artista, menudo y afable, ha dedicado una jornada de trabajo y reflexión en la Fundición Arte 6 de Arganda del Rey (Madrid), donde se encuentra dando los últimos retoques a la figura.
Allí, entre herramientas, correcciones minuciosas y decisiones compartidas con su colaborador habitual, el escultor Andrés García Ibáñez, López se sienta a los pies de la imponente escultura, afinando detalles con precisión artesanal.
La obra, que representa a Goya con unos 50 años, se basa en un diseño doblemente preparatorio: una primera versión en impresión 3D de aspecto abocetado, con la cabeza ya detallada, y una segunda, más robusta, realizada en poliuretano.
Este modelo servirá para crear el molde de cera previo a la fundición definitiva en bronce. Con unos 190 centímetros de altura, el Goya de Antonio López aparece ataviado como un cortesano de finales del siglo XVIII, con coleta y porte decidido. Sin embargo, no todo convence al artista.
«La cabeza no está bien colocada», comenta López, dudando si está demasiado alta o adelantada. Para ajustar el gesto del pintor aragonés, López y García Ibáñez retiran cuidadosamente la cabeza y la recolocan sobre una base de plastilina, lo que les permite probar diversos ángulos hasta encontrar el que transmita la actitud buscada.
«No es el Goya viejo, tampoco el Goya joven, es el Goya ya artista que ha hecho un trabajo importante, que pisa fuerte, pero no es pedante, porque es inteligente. Un Goya al que ya le han pasado cosas importantes, que ya es sordo. Un Goya como de unos 50 años», describe el autor mientras lija con esmero el borde de la levita del personaje.
Para Antonio López, la humildad de los grandes creadores españoles ha sido un rasgo definitorio: «Los grandes artistas españoles no eran pedantes ninguno, porque España no se lo hubiera permitido. Eso podían serlo los franceses, pero no los españoles. Goya era un hombre inteligente que hacía un trabajo para la sociedad, como podía hacerlo cualquier otro trabajador».
La figura ha sido modelada tomando como referencia corporal al actor y cantante Augusto González, conocido por interpretar a Goya durante las jornadas culturales de Fuendetodos. Él mismo acudió al taller, caracterizado como el pintor, para revisar la escultura y mostrar su agradecimiento al maestro y su colaborador.
También estuvo presente el alcalde de Fuendetodos, Enrique Salueña, principal impulsor de las actividades culturales en torno a Goya, que han posicionado al pequeño pueblo zaragozano en el mapa cultural, atrayendo a unos 20.000 visitantes anuales pese a contar con apenas 140 habitantes censados y una población real de unos 70 vecinos.
Uno de los debates del día fue la ubicación exacta de la escultura. López insistió en que Goya debía estar al nivel del suelo, sin una peana visible: «El sitio donde va a estar es muy familiar y elevarlo a una peana no le corresponde: tiene que estar en el suelo. Está en su pueblo, en su casa, ¿cómo le vas a poner una peana?». La solución final será una base discreta que garantice estabilidad sin desentonar con el entorno.
Según los planes, la escultura estará terminada en un plazo de dos meses y permanecerá en Fuendetodos durante el verano, como expresó el propio López: «Pasará el verano en Fuendetodos, donde corresponde».
Además, se prevé una segunda pieza complementaria frente a la casa-museo: una figura de Ignacio Zuloaga, el pintor vasco que, admirador de Goya, fue clave en la adquisición y conservación del inmueble natal del artista aragonés junto a otros intelectuales y mecenas de finales del siglo XIX y principios del XX.