Conjunto escultórico de la 'Apoteosis de Claudio'
La misteriosa águila imperial romana de mármol símbolo de la Monarquía Hispánica que se custodia en el Prado
Una de las piezas más asombrosas del Museo del Prado es una gran águila imperial de origen romano vinculada con el emperador Claudio y que los Habsburgo adoptaron como símbolo de la Monarquía Hispánica
De entre las obras que alberga el Museo del Prado hay una que llama particularmente la atención por su monumentalidad y buen estado de conservación, a pesar de su sorprendente antigüedad.
Se trata del conjunto escultórico de época romana conocida como la Apoteosis de Claudio. El conjunto de mármol blanco está datada en el siglo I después de Cristo (tiene más de 2000 años) esculpido en mármol blanco.
Consiste la Apoteosis de Claudio en una gran águila imperial de asombrosos realismo y detallismo, alzando el vuelo sobre una serie de armas, entre las que destacan armas navales.
Además del asombro por su buen estado de conservación, el conjunto está lleno de incógnitas por resolver sobre su origen, su función y su significado.
Pero vayamos por partes. La escultura se encontró en el siglo XVII, en concreto cerca del año 1645 en la localidad italiana de Marino, en los alrededores de Roma.
Impagen completa de la 'Apoteosis de Claudio'
El terreno en los que apareció pertenecían a la familia Colonna, una de las familias nobiliarias más importantes, supuestamente emparentados con Julio César, y de entre cuyos miembros salieron príncipes y hasta pontífices.
En un principio se pensó que en aquel terreno se ubicaba en la antigüedad una villa del emperador Claudio, por lo que desde un primer momento se identificó el águila con el César.
Esta teoría se refutó posteriormente, según se lee en la reseña del Museo del Prado, y se propuso que el terreno había sido propiedad del general romano Valerio Messalla Corvino, compañero del emperador Augusto, y que presidiría el conjunto funerario del militar.
Esa hipótesis alternativa se refutó recientemente y la identificación con el emperador Caludio se dio definitivamente por buena.
Según el Museo del Prado, las armas navales que sostiene el águila en sus garras, donde destaca un tridente de Neptuno, y otros motivos navales, como delfines, podrían hacer referencia a la batalla naval de Actium, en el 31 antes de Cristo, donde se destacó el futuro emperador Octavio.
El monumento haría referencia, en ese sentido, a la batalla de la Roma republicana en dicha batalla y es que, en la tradición romana, el Águila se identificaba con un mensajero de Júpiter que otorgaba la victoria al ejército al que fuera propiciatorio.
Es por eso por lo que las legiones romanas usaban el águila como símbolo y por lo que los generales victoriosos entraban en la ciudad de Roma esgrimiendo un cetro coronado por un águila.
En ese sentido, esta águila romana custodiada en el Prado no sería un símbolo de las legiones, sino un símbolo de la Roma victoriosa.
Tras su hallazgo, el monumento experimentó una importante modificación, y es que el cardenal Girolamo Colonna encargó al escultor Orfeo Boselli devolver al conjunto a su imagen que, se suponía, debía tener en su origen.
Para lograrlo, el escultor realizó modificaciones en su base y añadió un busto del emperador Claudio que poco tiene que ver con el estilo clásico original.
Hoy el Museo del Prado expone el conjunto por separado, sin integrar el busto en el águila.
Según explica el Museo del Prado, «la obra pasó a formar parte de la colección real española, a través del regalo que el cardenal Girolamo Colonna hacía al rey Felipe IV (1605-1665) durante su visita a España en 1664 para acompañar a la infanta Margarita (1651-1673) a su matrimonio con el emperador Leopoldo I de Austria (1640-1705) en Viena».
El motivo era claramente propagandístico: desde tiempos del emperador Carlos V, la monarquía hispánica de los Habsburgo se identificaba con los emperadores romanos y su visión de imperio universal, por lo que el águila pasó también a ser uno de los símbolos de los monarcas españoles de la Casa de Austria.