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02 de mayo de 2024

'Descubrimiento de América', de Dióscoro Puebla (1862)

'Descubrimiento de América', de Dióscoro Puebla (1862)

'Aventureros del Nuevo Mundo': esa América que no nos contaron

Fascinante relato colectivo de numerosas que figuras cuyos logros y errores contribuyeron a la creación de ese mundo que llamamos América

Hay libros como este que se definen espléndidamente por el título y no por ser excesivamente descriptivo sino por utilizar las palabras apropiadas precisamente más allá que la pura descripción. La expresión de «Nuevo Mundo», que me parece ya no se utiliza mucho, siempre me ha resultado mágica. Y no es para menos pues no creo que haya habido algo comparable al descubrimiento de América en la historia de la humanidad. A pesar de la distancia geográfica y cultural que podía haber entre los tres continentes conocidos –Europa, África y Asia–, el contacto entre ellos era milenario. Con América se descubrieron imperios nuevos, costumbres inéditas, religiones extrañas, idiomas incomprensibles y numerosísimas poblaciones diferentes entre sí, también alimentos (tomate, judías, maíz, patata, chocolate, casi nada), flora y fauna; y una superficie inabarcable de cordilleras, desiertos, selvas y mares inabarcables. Las aventuras de aquellos españoles que cruzaron el Atlántico por los más diversos motivos pero con la común atracción hacia lo desconocido solo podrían igualarse hoy en día con una aventura de ciencia ficción. Y no una aventura cualquiera, sino el relato del descubrimiento de un planeta no solo habitable, sino habitado por una civilización similar a la nuestra.
Portada de 'Aventureros del Nuevo Mundo'

Sekotia (2023). 304 páginas

Aventureros del Nuevo Mundo

Javier de Navascués

Ese prisma de aventura es que elige Navascués para componer el retablo de vidas que llegaron a América desde el siglo XVI y dejaron allí su impronta. El autor ha optado por el relato colectivo y apabullante de decenas de personas a las que les dedica unas cuantas páginas porque más que el individuo parece interesarle más completar un fresco inmenso, con luces y sombras (luego lo veremos), pero indudablemente épico. Porque no es una colección de biografías, ni nos encontramos aquí ante una retahíla de datos que podrían interesar a los especialistas. Todas y cada una de las vidas dibujadas en este libro, buscavidas, militares, religiosos, comerciantes, huidos de la justicia, políticos, poetas, nobles, visionarios y demás, tienen la profundidad de quien las conoce en profundidad. No hay nada más difícil que dibujar un buen retrato con apenas cuatro trazos.
Una mirada rápida al índice nos descubrirá la ausencia de los grandes protagonistas de la conquista de América. Me aparece un acierto pues siguen estando en un segundo plano y su importancia no eclipsa a los demás. Se convierte así en un relato intrahistórico de la conquista, más cotidiano y realista que las acostumbradas gestas dirigidas por los grandes hombres cuyas vidas conocemos tan bien.
Si el título nos ha dado para explicar el contenido del libro, el subtítulo puede servir para describir el tono. Navascués no se anda con medias tintas y divide a los protagonistas de esta aventura entre héroes y villanos. Todo menos medianías. Más allá del aire de aventura del que ya hemos hablado, nos parece reseñable la presencia de villanos y deriva en lo que a nuestra opinión es otro de los logros de libro: la intención de ceñirse a los datos objetivos. Navascués se aleja tanto del relato heroico como del neocolonial. No tiene miedo de criticar lo reprochable y alabar lo admirable. Esa objetividad, tantas veces confundida con la equidistancia o, peor aún, con la tibieza, es un chorro de aire fresco en este tema tan delicado como el que trata.
Otro de los logros del libro, sugerido más arriba, estriba en la calidad de la prosa. Los conocimientos parecen connaturales a la condición de un catedrático de literatura hispanoamericana como es Navascués, pero no así la claridad y calidad expositiva. Y pese a la inquietud que puede provocar la erudición, tantas veces confundida con lo farragoso, ha escrito un libro profundo pero sencillo en la forma, que perfectamente podríamos incluir como género en el ensayo de «alta divulgación» que tan buenos resultados está dando.
Aventureros del Nuevo Mundo es un libro que puede leerse de muchas maneras, como libro histórico, como una gesta colectiva, como experimento social, incluso como un manual para futuras incursiones en otros planetas. Todas ellas tendrán en común el disfrute de un libro muy bien escrito que da una visión de la conquista nueva y original.
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