
Cubierta de 'Los cañones de Navarone', de Alistair Maclean
'Los cañones de Navarone': la gesta de unos soldados valientes
El clásico de Alistair Maclean, Los cañones de Navarone, es una inolvidable novela de guerra donde se subraya el heroísmo y la camaradería como valores que llevaron a los aliados a la victoria en la Segunda Guerra Mundial
La ficticia isla griega de Keros, supuestamente situada frente a las costas turcas del Egeo, es un promontorio montañoso que oculta uno de los secretos más letales de la Segunda Guerra Mundial: el castillo de Navarone.
En esa inexpugnable fortaleza medieval los nazis han instalado una poderosa batería de cañones para proyectiles de calibre 300 mm y con capacidad de destruir cualquier destructor británico que se aventure por las peligrosas costas griegas.
La novela Los cañones de Navarone (reeditada por Zenda-Edhasa), del escritor británico Alistair Maclean, es una obra legendaria de la literatura bélica sobre la Segunda Guerra Mundial. Su autor fue veterano de la contienda y, sirviendo en la Marina Real, conoció muy bien las costas del Egeo y las fortificaciones alemanas de sus islas.

Zenda-Edhasa. 379 páginas
Los cañones de Navarone
Su experiencia y conocimiento la vertió en esta trama donde un puñado de intrépidos soldados aliados que se aventura en una misión suicida con escasos recursos y nulo apoyo externo con un objetivo: destruir los cañones de Navarone y liberar las aguas griegas para el acceso de los buques de guerra aliados.
La trama tiene un punto de partida sencillo: un equipo de soldados británicos, miembros todos ellos de un grupo de élite de fuerzas especiales y expertos escaladores, son elegidos para desembarcar en secreto en la isla de Navarone, escalar sus acantilados verticales, llegar a la fortaleza y destruir con explosivos los cañones.
De esa manera, los buques de la Marina británica podrán llegar a la isla y rescatar a más de mil soldados prisioneros en ella. El equipo está comandado por el capitán neozelandés Keith Mallory, el norteamericano Dusty Miller y el griego Andrea.
Las complicaciones surgen desde el momento en que ponen un pie en la isla y, a partir de entonces, todo parecerá ser una sucesión de adversidades que pondrán a prueba las habilidades de los implicados. Sólo sus valores, como la camaradería, el honor o la valentía, y sus capacidades podrán hacerles salir victoriosos.
Los cañones de Navarone no es una novela belicista, tampoco es una novela que denigre los esfuerzos de los Ejércitos que lucharon por la libertad frente a los totalitarismos. Es, sobre todo, una buenísima novela de aventuras en el contexto de la Segunda Guerra Mundial donde se subrayan los horrores del nazismo y de la guerra para resaltar, de esa manera, el heroísmo de aquellos hombres que lo sacrificaron todo, hasta su propia vida, para liberar al mundo de las garras de la Alemania de Hitler.
La novela de Alistair Maclean, autor también de El desafío de las águilas, es una absoluta obra maestra. El autor muestra su absoluto dominio narrativo a la hora de construir las escenas de acción y guerra, el control del aspecto técnico militar (con un magistral detallismo a la hora de describir armamento, vehículos y tácticas) y una capacidad de construir personajes que constituye el principal fuerte de la novela.
El rescate de esta maravillosa novela, con un interesante prólogo de Arturo Pérez-Reverte y una ilustración de cubierta obra de Augusto Ferrer-Dalmau, es motivo de felicitación para Zenda-Edhasa que, dicho sea de paso, están haciendo un trabajo sobresaliente a la hora de recuperar grandes clásicos de la literatura de aventuras.