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28 de marzo de 2024

El cantautor italiano Franco Battiato

El cantautor italiano Franco Battiato, síntesis de la música y el espíritu mediterráneo

Las cinco mejores canciones de Franco Battiato un año después de su muerte

La música del cantautor italiano Franco Battiato sigue sonando como un eco de otra vida, desde su ya encontrado, centro de gravedad permanente

Se cumple un año de la muerte del cantante italiano Franco Battiato: esa mezcla de Doctor Gadget consagrado y poeta místico del sintetizador con gabardina, que apareció en nuestro país a mediados de los ochenta y conseguía encerrar en una sola canción todos los mundos invisibles de mil culturas en una sola canción.
En Battiato se mezclaba San Juan de la cruz, Leonard Cohen, Bob Dylan, Willigis Jäger, el budismo y el asombro cinematográfico a las imágenes del pasado y el presente en cada brizna de hierba, o en cada lamento por la nostalgia de otro mundo, inherente al vivir.

'Yo quiero verte danzar'

Battiato era un ser extraño en el mundo de la música; como una garza silenciosa, ajena al espectáculo de la competitividad y los ritmos copiados entre estrellas de los cuarenta principales, cocinados todos al gusto de la empresa. En el cantautor cabían todas las músicas, como buen mediterráneo de Sicilia; tierra que, como la nuestra, ha acogido en sí misma todas las cadencias marinas, que se fundían bajo el mismo sol, como se funde la sal en sus aguas.

Centro de gravedad permanente

Aunque sus inicios artísticos fueron en la más pura música electrónica experimental, fue edulcorando la propuesta para llevar su poética visión del mundo a mayor cantidad de público. Sin embargo, su labor compositora evidenciaba un conocimiento profundísimo: música sacra, ópera, Beethoven y baladistas tradicionales de la Italia dentro de una copa de Cinzano.
Gracias a su Centro de gravedad permanente llegó a vender un millón de ejemplares del álbum La voce del Padrone, demostrando que la profundidad cultural y espiritual podían, también, venderse como un gran éxito discotequero y hacer cantar a todo el mundo su deseo más inconsciente: un centro de gravedad «permanente» al que vivir abrazado.

Nómadas

Los nómadas también podían ser protagonistas de canciones «en busca de la hospitalidad» olvidada y en pueblos soleados, o «en los bajos fondos de la inmensidad», como «forasteros que buscaban esa dimensión insondable» que ahora parece velada bajo el ruido de músicas y letras desarmonizadas entre sí. En 1987, consiguió tal éxito, que vendió 200.000 copias y recibió un disco de platino en España.

Y te vengo a buscar

Canciones de ternura. Canciones de deseo, de búsqueda, de anhelo en medio de la frivolidad y el ruido mediático de la industria musical. "Y te vengo a buscar./ Aunque solo para verte o hablar/porque requiero tu presencia,/Para entender mejor mi esencia./Este sentimiento popular/Nace de mecánicas divinas/Como un arranque místico y sensual,/me encadena a ti.

El cuidado

Canciones para el prójimo, como un desafío de gratuidad, como un deseo de bien, como un deseo de Cura (El cuidado): la delicadeza que todos y cada uno de nosotros hemos anhelado en algún momento, a través de la profundidad de una mirada entregada al otro, signo de un bien más grande que uno mismo:
«Te traeré, sobre todo, el silencio y la paciencia./Recorreremos juntos las vías que llevan a la esencia./Y perfumes de amor embriagarán nuestros cuerpos,/la bonanza de agosto no calmará nuestros sentidos».
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