Mark Knopfler durante un concierto con Dire Straits
Cinco canciones de Mark Knopfler en su 75º aniversario
El líder de Dire Straits cumple tres cuartos de siglo. Estas son algunas de la míticas canciones de su carrera
Se cuenta que Mark Knopfler toca la guitarra sin púa porque cuando al fin consiguió la guitarra del escaparate con la que soñaba en su adolescencia, el dinero no dio para el amplificador, así que decidió pellizcar las cuerdas con las yemas de los dedos para conseguir lo más parecido a un sonido.
Es una pequeña anécdota del mito, tan prolijas en ellos: los genios necesitan de especialidades para crearse. El guitarrista autodidacta y universal también dijo que después de ver y escuchar a Paco de Lucía comprendió que no sabía tocar la guitarra. «Dire Straits» significa «grandes apuros» y explica las grandes dificultades por las que pasó la banda en sus orígenes.
Fueron los apuros que acabaron para siempre con la publicación de Brothers in Arms en 1985, unos de los discos más exitosos de la historia de la música británica. La gira de aquel álbum, con más de 250 conciertos en dos años les convirtió en auténticas estrellas. Una imagen perfectamente reconocible la de Knopfler con su pañuelo en la cabeza y su profusión de guitarras en el grupo.
Una profusión que trasladó a su colección particular de cientos de guitarras. Pocos saben que compuso la banda sonora de La princesa prometida, a la voz Willy DeVille, entre otras obras de su importante carrera en solitario, muy superior en cantidad a la de Dire Straits, con tan «solo» seis álbumes, frente al doble de discos como Mark Knopfler, además de las citadas bandas sonoras y otras colaboraciones.
Su última publicación, One Deep River, salió este mismo año con críticas favorables, pero sin los grandes elogios de su época dorada en la cumbre de la fama.