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26 de abril de 2024

La dramaturga e investigadora experta en Ana Caro de Mallén, Juana Escabias, y la actriz y directora de 'Valor, agravio y mujer', Beatriz Argüello

La dramaturga e investigadora experta en Ana Caro de Mallén, Juana Escabias, y la actriz y directora de 'Valor, agravio y mujer', Beatriz ArgüelloPaula Argüelles

Juana Escabias y Beatriz Argüello

«Ana Caro de Mallén desmonta la figura del don Juan no desde un juicio moral, sino desde la inteligencia»

La obra Valor, agravio y mujer trae al presente la figura de una dramaturga clave en el Siglo de Oro, que cayó en el olvido y que ahora rescata la Compañía Nacional de Teatro Clásico gracias a la dramaturga e investigadora Juana Escabias y a la directora y actriz Beatriz Argüello

Beatriz Argüello ha hecho historia. Dirige Valor, agravio y mujer, de Ana Caro de Mallén, dramaturga de nuestro Siglo de Oro olvidada por la historia, para la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Esta comedia de capa y espada sobre el mito de Don Juan se representa en la Sala Principal del Teatro de la Comedia hasta el 4 de junio en lo que se considera todo un acontecimiento cultural. Un estreno que, en palabras de Argüello, «pone en valor la obra de Ana Caro de Mallén como merece, abre el canon y la da a conocer al gran público».
Juana Escabias, autora de la versión, destaca que «Caro de Mallén es la mejor dramaturga de esta época, por su destreza en el arte de la versificación y su dominio de las estructuras dramáticas a la hora de componer comedias». Aunque en vida recibió el reconocimiento de sus contemporáneos como escritora, «tras su muerte quedó olvidada, y una gran parte de su producción teatral y de las informaciones referentes a su vida y trayectoria desaparecieron», explica la especialista y editora de la obra de la dramaturga. El Debate ha entrevistado a ambas entre picas de flandes, armaduras, espadas y vestidos propios del siglo XVII.
–¿Cuál es la importancia de Ana Caro de Mallén?
–Escabias: Ana Caro de Mallén es la más importante dramaturga del Siglo de Oro. Es muy importante que la Compañía Nacional de Teatro Clásico haya apostado por escenificar esta obra en la sala grande y con todos los medios posibles (no han escatimado nada, ni en promoción, ni en tiempo de escenificación), porque había quedado en el olvido y realmente es una desconocida. Muchos espectadores, incluso profesores universitarios, se quedan asombrados. A veces me pregunto qué esperaban... es una obra muy buena. ¿Cómo ha podido estar en el cajón y olvidada durante tanto tiempo? Más allá de la representación, la CNTC está haciendo historia: está colocando, de hecho, en la historia del teatro y de la literatura española y universal a una autora que se merecía estar allí.
La escritora y dramaturga del Siglo de Oro Ana Caro de Mallén, autora de 'Valor, agravio y mujer'

La escritora y dramaturga del Siglo de Oro Ana Caro de Mallén, autora de 'Valor, agravio y mujer'

–En su momento fue reconocida, también por los literatos de la época, como Lope de Vega, pero cayó en el olvido. ¿Por qué rescatarla ahora?
–Escabias: Porque la historia de la literatura, la historia del teatro y la propia historia de España no está completa sin el 50 % de las personas que construyeron esa historia: las mujeres. Pero además, Caro de Mallén es una autora de muchísima calidad. Es una autora que tiene una visión diferente del Siglo de Oro, una visión fresca, desprejuiciada, una visión fuera de estereotipos y además con mucho humor y con mucha inteligencia y muy divertido. La primera periodista que me entrevistó, no recuerdo que me dijo fue, pero me dijo que él Qué consejo le das a los espectadores que van a presenciar el espectáculo? Y yo les dije que se diviertan porque es muy divertido.

La historia de la literatura, del teatro y de España no está completa sin el 50 % de las personas que construyeron esa historiaJuana EscabiasDramaturga

–La CNTC explora esta temporada el mito de Don Juan. Dentro de esta propuesta, ¿cómo nació la idea de representar Valor, agravio y mujer?
–Argüello: Fue una propuesta de Juana Escabias, que lleva peleando por Ana Caro de Mallén, para colocarla en el sitio que merece, desde hace muchos años. Le propuso a Lluís Homar, director de la compañía, Valor, agravio y mujer, y aceptó. Yo me encontraba haciendo una ayudantía de dirección en un montaje que hizo la temporada pasada, Lo fingido verdadero, de Lope de Vega, y Lluís me propuso la dirección de escena.
–¿Cuál era tu relación previa con Ana Caro de Mallén?
–Argüello: Ninguna. Para mí ha sido un descubrimiento. Gracias a Juana y al trabajo que hemos hecho juntas he descubierto a esta dramaturga maravillosa y desgraciadamente olvidada. Y ha sido un lujo, un placer y también una responsabilidad, porque este estreno es un acontecimiento cultural.
–Dentro de todo el estudio de Juana Escabias sobre Ana Caro de Mallén, una de las grandes contribuciones es el descubrimiento de que era una esclava morisca. ¿Este dato otorga más valor al hecho de que fuera escritora?
–Escabias: Ella nace con esa condición la esclavitud, pero es adoptada (prohijada, como se decía entonces) por una familia noble que le da educación y la trata como a una hija más. Era un proceso general que se daba la sociedad del momento: había que asimilar culturalmente a todos estos niños moriscos que habían abrazado la fe de Jesucristo, pero por una serie de problemas sociales se había desatado la guerra de los moriscos y se les estaba dando un trato inhumano. El Papa hace un llamamiento para que sean tratados en igualdad de condiciones que el resto de súbdito, y es lo que salva a Caro de Mallén.
'Valor, agravio y mujer' podrá verse en el Teatro de la Comedia hasta el 4 de junio de 2023

'Valor, agravio y mujer' podrá verse en el Teatro de la Comedia hasta el 4 de junio de 2023Sergio Parra

–Sin embargo, a pesar de ser prohijada, era difícil que una mujer accediera a ese nivel de educación, y por ello las mujeres que destacaban en la literatura solían ser religiosas, como Sor Juana Inés de la Cruz.
–Escabias: Es verdad que la mujer de la época arrastra todos los estereotipos y los lastres desde la antigüedad: Aristóteles considera que la mujer es inferior al hombre en todos los sentidos, incluso intelectualmente. Toda la cultura se conforma con ese cimiento tan desafortunado. Y en la época no se le daba a la mujer educación, no era costumbre, pero afortunadamente la decisión de educar a las hijas era de las familias y había padres y madres que pensaban de otra manera. Ana Caro de Mallén recibe una educación extraordinaria desde el punto de vista también de la dramaturgia.
–¿Es esta una obra relevante dentro del Siglo de Oro?
–Argüello: Sí. El texto es absolutamente delicioso. Además, cuando un texto está bien escrito, como este, hay que ponerse a su servicio: el texto te lleva, te va descubriendo hacia dónde ir. Ana Caro nos lleva y después nosotras introducimos nuestro imaginario y nuestra estética, pero el texto está lleno de matices, de juego. Los personajes son complejos; no son lineales, son muy humanos. Es teatro barroco, con sus mecanismos, pero tiene una profundidad que a veces puedes ver a Chéjov, o momentos de teatro psicológico, de teatro simbólico. El texto tiene un abanico que permite que luego uno como creador, como director, como intérprete, pueda poner el foco donde más le interese. Y resuena en el público de hoy. No hay que inventarse nada.

El texto está lleno de matices, de juego. Los personajes son complejos; no son lineales, son muy humanosBeatriz ArgüelloActriz y directora de la obra

–¿Cómo se aúna el gesto, el movimiento, en una obra en verso como esta?
–Argüello: Para mí el intérprete tiene que ser un todo. Hay quien habla muy bien y se mueve peor y quien se mueve fenomenal y tiene una vocalización más mediocre. Pero el actor integral tiene que ser capaz de traducir a través de su cuerpo, a través de su sonoridad, de su articulación, todas las emociones y vivencias, todo lo que le pasa, de una manera elocuente. Es fundamental. Tenía muy claro que necesitaba intérpretes que estuviesen en ese perfil y que ya hubiese hecho algo de verso, porque los tiempos de ensayo son limitados. ¡El teatro es esto! Es maravilloso porque es el arte que acoge todas las artes: la escultura, la pintura, la música, la moda, la declamación... Todo puede suceder aquí.
–¿Cuál es la reflexión de Caro de Mallén sobre el mito de don Juan, cuando El burlador de Sevilla había sido publicado poco antes?
–Escabias: Yo creo, además, por la experiencia de haberla leído y de conocer su teatro profundamente, que ella no se hacía cuestionamientos sobre «el mito» en sí, porque estamos hablando de hace más de 400 años. Ella simplemente vivía en un mundo en el que el teatro estaba construido por estereotipos, personajes tipo y temas muy encorsetados, y ella acaba con eso y construye estos personajes desde la humanidad, desde la naturalidad, con una gran evolución psicológica. Desde ese punto de vista, Ana Caro de Mallén desmonta la figura del don Juan no desde un juicio moral, sino desde la inteligencia, desde la falta de consistencia de su propia actuación. El propio Don Juan hace un viaje, hace un tránsito psicológico muy interesante: tiene una evolución muy acentuada y él mismo se da cuenta.

El teatro es maravilloso porque es el arte que acoge todas las artesBeatriz Argüello

–¿No hay osadía en ella? ¿Cómo pudo una mujer en el siglo XVII poner en tela de juicio los arquetipos?
–Es inexplicable. Ella obtuvo fama y reconocimiento en vida, lo cual ya nos dice mucho. Pero había una moda, unas costumbres, unas exigencias, unos parámetros muy encorsetados... De cara a la galería había que seguir esos parámetros, pero muchos, en su vida privada, eran de otra forma. Y quizá por eso Caro de Mallén tuvo éxito y reconocimiento. Nos habla de dos mundos: el de la realidad y el de las apariencias. Pero ella esto lo vivía con naturalidad, y se nota en su teatro.
–Doña Leonor acude en busca de venganza, dispuesta a matar o morir, y acaba perdonando…
–Argüello: El arco de la protagonista es brutal. Arranca la función siendo esa adolescente impetuosa, llena de ira y de dolor, y acaba siendo capaz de perdonar y de amar. Es lo más difícil en esta vida: perdonar. Cristo dijo: « Perdónales Padre, porque no saben lo que hacen». Doña Leonor ha hecho un camino evolutivo como ser humano y acepta a don Juan desde un estado, desde un camino que ella ha recorrido, y él la sigue. Aunque no hay segunda parte...
–Sin embargo no hay ingenuidad en ella. ¿Cómo son las mujeres que dibuja Caro de Mallén?
–No, Ana Caro de Mallén no hace mujeres ingenuas. Hace mujeres vulnerables. Mujeres fuertes también. Por ejemplo, la condesa Estela tiene una libertad sexual muy llamativa para la época, porque no tiene un padre a su cargo que decida por ella: es libre de elegir y de hecho se pasa la función eligiendo. Las mujeres de Ana Caro son mujeres libres, mujeres portadoras de la acción dramática, mujeres que deciden. Y eso no es casual.
–¿No causaba escándalo en la época? ¿Nos escandalizamos más ahora?
–Argüello: En España había actrices, empresarias, escritoras... Es verdad que tenían que estar casadas para poder subirse a un escenario, ¡pero en Inglaterra no podían! Nos creemos que lo hemos inventado todo, pero ya en el XVII había mujeres que trabajaban.
Don Juan y Doña Leonor en el montaje de 'Valor, agravio y mujer' del Teatro de la Comedia

Don Juan y Doña Leonor en el montaje de 'Valor, agravio y mujer' del Teatro de la Comedia

–¿Qué otros estereotipos deshace Valor, agravio y mujer?
–Escabias: Por ejemplo, el de las clases sociales. Hay un diálogo continuo del criado Ribete consigo mismo que además también rompe el arquetipo de la «no amistad» entre hombres y mujeres en un mundo en el que la segregación por sexo es muy acentuada. Incluso en los teatros se segregaba. En ese ambiente, Caro de Mallén plantea con absoluta libertad una amistad pura entre un hombre y una mujer, como es la de nuestra protagonista, doña Leonor, y Ribete. Además, hay una continua disconformidad de Ribete con el papel que le toca vivir por el hecho de ser pobre, de ser un lacayo. Y él también es el portador del discurso feminista de la autora: defiende a las mujeres letradas y el papel activo de la mujer en la sociedad.
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