Fundado en 1910

19 de mayo de 2024

Marco Asensio celebra su gol el domingo en el Bernabéu

Marco Asensio celebra su gol el domingo en el BernabéuEFE

El genio de Marco Asensio

El jugador mallorquín dio el domingo en el Bernabéu una exhibición de movilidad y coraje, culminada en el gol y la reacción de la victoria

El enésimo regreso de Marco Asensio, la vuelta de su joven e ilusionante pujanza, parece re-producirse esta vez poco a poco, como quizá debiera haber sido desde sus inicios fulgurantes de golazos por las escuadras de las porterías del Camp Nou desde casi medio campo.
Aquello fue un bizcocho en el horno cuya esponjosidad bajaba al sacarlo. Pero ahora está subiendo en frío, lentamente. Sin parecerlo. Un poco más cada partido. Cada vez se aleja más ese jugador exasperante que recibía la pelota y la devolvía para atrás, como atado a la línea de banda. Sin ganas de desbordar, de intentarlo. Un futbolista obediente del sistema que renunciaba a sus poderes.

Raulismo

Esta temporada parece ir probándolos, los poderes, poco a poco. Ayer en el Bernabéu chutó, su mayor habilidad, varias veces. Una con un éxito clamoroso que bien puede valer el principio de una Liga y hasta de una Copa de Europa. Si no lo hubiera intentado antes con ahínco no lo hubiera conseguido.
El gol fue un premio para él y para el Madrid. Tan deseado que el bueno de Marco se quitó la camiseta sin pensarlo y la lanzó al aire para correr semidesnudo y libre sobre la hierba de Chamartín. Corrió como si se fuera a zambullir en el mar y el público así lo sintió. Asensio ya no es la ausencia que tan cruelmente lo nominaba. Ya no es ese. Asensio corre en vertical y en diagonal.
Asensio celebra su gol el domingo en el Bernabéu

Asensio celebra su gol el domingo en el BernabéuEFE

Recorre en horizontal las líneas enemigas como el que bailaba con los lobos a lomos de un caballo con los brazos abiertos. Con ese olvido fatal ante el que no le acierta nadie. Marco Asensio lleva seis goles en Liga y subiendo cuando el asunto se caldea. Hay una suerte de raulismo en él al verlo correr de ese modo, sin parar. Sin ese raulismo Asensio es casi nada y ahora parece saberlo de nuevo.
Es como un púgil que vuelve a sentirse en forma entrenado por Ancelotti. El italiano tiene algo de entrenador boxístico. Ese mascar chicle constante es casi más propio de un gimnasio caluroso que de una banda a la intemperie. Es como si Carletto estuviera apoyado con los brazos en las cuerdas del cuadrilátero mientras Marco salta a la comba.

Vocación de chutar

Mientras se pone fino, se le vio ayer fino con el torso al descubierto, para romper desde fuera esas defensas estudiadas, milimétricas que se le presentan al Madrid. Asensio se escapa. Parece escaparse para chutar, su vocación, como se escapaba Seve del colegio con el hierro para golpear a la pelota.
Ese chut es una llave para el Madrid y Asensio es un sereno al que le suena el llavero (el sonido del peligro) cuando corre, cuando corre sin parar (si no corre no suena el peligro) buscando el hueco, por pequeño que sea, para disparar, para chutar (qué es más sonoro) con esa zurda nacida para romper escaparates.
Comentarios
tracking