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Mino Raiola en 2021GTRES

Análisis

Mino Raiola y la 'Muerte de un Viajante'

El famoso representante de futbolistas fue dado el jueves por muerto en la prensa mundial, una noticia falsa que El Debate, al contrario que la mayoría, rectificó al instante tras acudir a la fuente

La noticia de la muerte del famoso representante de futbolistas corrió el jueves como el reguero de pólvora que ponían aquellas mujeres rebeldes vestidas de negro en ¡Viva Zapata! El Debate fue una más de esas chispas que recorrió el reguero mundial para no quedarse atrás en la explosión informativa, pero también fue uno de los primeros, quién sabe si el primero, en borrar la falsa noticia tras verificar por teléfono en la misma agencia de Raiola que el viajante seguía vivo y en publicar la información verdadera.

No todos los periódicos, ni mucho(s) menos, se tomaron la simple molestia que define el rigor periodístico. El mundo entero cayó en la trampa de la muerte, la Muerte de un Viajante, volcando lo luctuoso y abandonándose al horrible, por prematuro, obituario. No lo hizo El Debate: lo luctuoso apenas permaneció publicado, precisamente porque El Debate no se abandonó. No es la primera vez que aparece una noticia de una muerte no sucedida, algo tan terrorífico como imaginar, sin ser cierto, el cuerpo muerto de un ser querido, o incluso de contemplar el propio cuerpo sin vida fuera de él como lo hacía Patrick Swayze en Ghost.

Por segunda vez en cuatro meses me matanMino Raiola, en Twitter

Raiola es un viajante como el de Arthur Miller, pero no es el viajante de Arthur Miller. El viajante en este caso es el periodismo, la prensa mundial que se apuntó a la muerte para gustarle a todo el mundo, para no quedarse atrás como Willy Loman (el pobre protagonista de Miller que vivía en una ilusión equivocada), y no se apuntó a la vida, a la verdad que aún late como el corazón de Carmine Raiola, un nombre con inevitables resonancias sicilianas, el verdadero nombre de Mino que, luchando por su vida, contestó en Twitter: «Por segunda vez en cuatro meses me matan».

El periodismo corre sin parar

Cabe preguntarse en qué dirección sin freno corre a toda velocidad el periodismo para que ni siquiera le dé tiempo a rectificar a tiempo, valga la repetición. O simplemente a rectificar. El periodismo corre sin parar, sin mirar atrás, sin detenerse un momento en algún paraje perdido y real, como resultado de una competición salvaje. El periodismo hoy es una carrera feroz, casi una huida desesperada por no perderse una actualidad que va dejando muertos por el camino sin importarle, a El Debate sí le importa, que puedan estar vivos.