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24 de abril de 2024

El bus del Shakhtar Donetsk pasa por una zona destrozada por los efectos de la invasión

El bus del Shakhtar Donetsk pasa por una zona destrozada por los efectos de la invasión@FCShakhtar

«¡Atención, alarma aérea!»: el fútbol vuelve a Ucrania con refugios y como símbolo patriótico

Con un gran protocolo de seguridad y pendientes de posibles ataques aéreos, arranca la liga ucraniana, todo un triunfo del país por «su espíritu indomable»

23 de agosto, día previo al Día de la Independencia. Esta fecha queda ya marcada porque es el día en el que Ucrania reanuda su liga nacional de fútbol, todo un simbolismo frente a la invasión de Putin. Allí siguen cayendo bombas, y los combates continúan, pero el fútbol intentará mitigar los efectos de esta cruel guerra ordenada por Rusia.
Rodará el balón por primera vez en territorio ucraniano de forma oficial desde aquél 24 febrero en el que comenzaron los horrores. La simple vuelta de la liga es presentada ya como un triunfo patriótico, de ahí que se elija este martes para empezar: es cuando se celebra el Día de la Bandera Nacional y el miércoles el Día de la Independencia, día en el que se cumplirán seis meses del inicio de los combates.
El Shakhtar Donetsk, equipo emblema del fútbol ucraniano en los últimos años, será quien inaugure esta liga tan especial. Ellos ganaron la última, que se interrumpió con la llegada de las bombas y no se volvió a retomar. Fue proclamado campeón pero sin Copa, aunque ese honor le hizo, por ejemplo, clasificarse de forma directa para la Champions League. El Shakhtar estará en el sorteo de este jueves y bien puede enfrentarse a Real Madrid, Sevilla, Barcelona o Atlético. Sus partidos europeos, eso sí, los juega en Polonia.
El primer partido, a las 12:00 hora española, será entre el Shakhtar -que lleva ya ocho años sin jugar en su ciudad, Donetsk- y el Metalist 1925, conjunto de la ciudad de Járkov, una de las zonas más afectadas por los bombardeos rusos. El partido se jugará en el Olímpico de Kiev, principal estadio de fútbol (y deportivo) de todo el país, que será sede principal de los encuentros de la liga. En la capital se jugará también el segundo encuentro del martes (14:00), entre el Odessa y el Veres-Rivne, aunque este se jugará en el Estadio Bannikov, un coquetísimo campo anexo al Olímpico. Además de Kiev los partidos se jugarán en otras tres ciudades, Lviv (Leópolis), Lutsk y Úzhgorod, todas situadas al oeste, zonas consideradas de las más seguras.
Los partidos, evidentemente, serán a puerta cerrada y el torneo estará continuamente pendiente de las alarmas. Y es que habrá militares en los campos y en el caso de que suene la alarma aérea todos los integrantes del partido tendrán que irse de forma urgente a los refugios antiaéreos que han sido habilitados cerca de los estadios. Estos refugios están a máximo 500 metros del estadio y los jugadores, entrenadores y todos aquellos integrantes de los equipos han sido enseñados a cómo actuar en caso de peligro. Existe un mensaje fijo que sonará por megafonía: «¡Atención!¡Alarma aérea!¡Pedimos a todos que acudan al refugio». Y el fútbol se para.
La seguridad también se lleva al extremo de no anunciar los horarios ni los estadios de la siguiente jornada. Ahora, por ejemplo, solo se saben los de esta fecha inicial. El protocolo está avalado por el Ejército. Al final se juega con miedo, pero se juega, que es el mensaje que se da al mundo. «Esta es una iniciativa única en la historia. Fútbol contra la guerra en condiciones de guerra. Fútbol por la paz. No tiene que ver solo con el deporte, se trata de demostrar el coraje de nuestra gente, su espíritu indomable y su deseo de victoria», ha definido Andréi Pavelko, presidente de la Asociación Ucraniana de Fútbol
De los que estaban el año pasado hay dos equipos que no han podido participar: el Desna Chernihiv, ya que la invasión ha destruido prácticamente a toda la entidad, y el FC Mariupol, cuya ciudad está ya ocupada por las tropas rusas. Todo ha cambiado, también las plantillas. Ni rastro de aquellos jugadores extranjeros -especialmente brasileños- que llenaban los vestuarios ucranianos. La inmensa mayoría se fueron, aprovechando que la UEFA permitió romper contratos. Un caso es Vinícius Tobias, que recaló en el Real Madrid. Ahora los futbolistas son todos locales «hambrientos», como define Dario Srna, mítico jugador croata, histórico jugador del Shakhtar y ahora miembro de su cuerpo técnico. El partido de máxima rivalidad en el fútbol ucraniano, el que juegan Dinamo Kiev y Shakhtar, se disputará a mediados de octubre y la liga parará en noviembre y no volverá hasta marzo por las temperaturas.

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