Santi Mina, en primer plano, en el juicio por violación por el que ya fue condenado
Fichar por un equipo de Arabia Saudí puede mandar a Santi Mina ya a prisión
Irse a ese país es un «incremento desproporcionado de riesgo de fuga de la justicia», dice la acusación particular, que ha conseguido que el futbolista comparezca en la Audiencia Provincial de Almería
Santi Mina deberá comparecer el próximo día 16 de septiembre en la Audiencia Provincial de Almería para que se dirimirá si ingresa en prisión provisional para cumplir la pena de cuatro años de cárcel a la que ha sido condenado por abusar sexualmente de una mujer en 2017 durante unas vacaciones en el municipio de Mojácar.
La celebración de esta audiencia le coge a Santi Mina en Arabia Saudí, donde se fue hace unas semanas y milita en el equipo Al-Shabab. El Celta de Vigo, equipo en el que pertenecía el futbolista, consiguió que se fuera el jugador y esa marcha a Arabia Saudí es ahora lo que puede hacer que Santi Mina ingrese ya en prisión.
Y es que la acusación particular ha pedido nuevamente que el futbolista entre ya en la cárcel a la espera de que se resuelvan los recursos contra la sentencia anunciados al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y más ahora con la marcha futbolística a Arabia Saudí, ya que consideran que existe un «incremento desproporcionado de riesgo de fuga de la justicia». La celebración de la audiencia en Almería- que se iba a celebrar ya este jueves pero se ha aplazado al día 16- llega precisamente por esta razón.
«No solo se va fuera del país cuatro meses después de la condena, sino que se va a un país en el que los derechos de las mujeres están muy denostados y son prácticamente inexistentes, y que no tiene convenio de extradición con España», ha explicado a EFE Iván Bolaño, abogado de la víctima.
La Audiencia Provincial de Almería condenó en mayo a cuatro años de prisión a Santi Mina y absolvió al también futbolista David Goldar, contra quien el Ministerio Fiscal no formuló acusación, si bien la víctima lo sentó en el banquillo al considerarlo cooperador necesario. La sentencia impuso a Mina, quien no habría actuado con violencia o intimidación como consideró el fiscal para calificar como delito de agresión sexual, pero sí con prevalimiento, la medida de libertad vigilada por periodo de cinco años y el pago de una indemnización de 50.000 euros por los daños morales.
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