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25 de abril de 2024

Florentino Pérez y Joan Laporta en la comida de directivas del último Clásico celebrado en Barcelona

Florentino Pérez y Joan Laporta, en una imagen de archivoReal Madrid

Las cuentas de ficción de Laporta frente a las cuentas claras de Florentino

  • El Real Madrid alcanzará esta temporada unos ingresos de 810 millones mientras el Barcelona debe reducir su masa salarial en 290 millones

  • El presupuesto azulgrana incluye palancas de 500 millones y habla de subir el coste salarial de 518 a 656 millones: LaLiga le pide rebajarlo en 290

La gestión del Real Madrid y del Barcelona son el sol y la luna, blanco y negro, ganancias y pérdidas, azul y rojo. Hablamos de la ejecución de un presupuesto realista frente a un presupuesto surrealista, digno de Buñuel. Unas cifras basadas en la realidad y otras falseadas en el engaño más burdo, primitivo, fácilmente desmentido con una mínima visión de los números.
Las comparaciones son odiosas, dice el refrán. En el caso de las cuentas de Florentino Pérez y de Joan Laporta, las comparaciones son surrealistas, imposibles. De risa, salvo que los números del club azulgrana incluyen 120 despidos y la cruda realidad no hace ninguna gracia. Queda mes y medio para acabar el ejercicio económico de ambos clubes, el último día de junio, y el balance es incomparable.

Las cuentas muy blancas

Florentino Pérez dirige el Real Madrid como una empresa, como si fuera ACS y todas sus enormes extensiones Internacionales en cuatro continentes, y el objetivo perenne del presidente blanco ha sido presentar beneficios cada año. El Real Madrid presentó la campaña anterior un superávit de 13 millones y en el presente año fiscal planificó con suma prudencia unos ingresos de 769 millones de euros, que definieron su presupuesto.
Esa cifra calculaba que el campeón de Europa alcanzaría al menos los cuartos de final de la competición continental. Su clasificación para las semifinales significará que las percepciones en caja superarán los 800 millones y el resultado final del ejercicio ofrecerá esa cantidad como balance, con unos beneficios que oscilarán entre los 15 y los 35 millones, a tenor del cierre definitivo de las ganancias en la Champions.

El Bernabéu, epicentro comercial

El presupuesto del Real Madrid expresa que la entidad invierte en el coste del nuevo Bernabéu un total de 800 millones, incluido el crédito extraordinario de 225 millones que supone la creación de la cueva tecnológica que colocará las seis tiras del césped conservadas en ese área para utilizar el coliseo diariamente en otras actividades comerciales que producirán 400 millones de euros anuales sin depender del balón.
La casa blanca tiene planificado el pago de esos 800 millones a lo largo de 30 años. El crédito inicial de 575 tenía un interés del 2,5 por ciento y se abonará desde 2023 hasta 2049 con una cuota fija anual de 29,5 millones, mientras los otros 225 se pagarán a un interés menor, el 1,53 por ciento, con un pago anual de unos siete millones de euros durante 27 años, hasta 2050.
De esta manera la institución cubrirá un promedio total anual de 36,5 millones hasta 2049, una cifra asequible, mínima, en un presupuesto de ingresos actual que ronda los 810 millones y que ascenderá ostensiblemente una vez comience a funcionar el negocio comercial del estadio, que prevé entradas económicas que alcanzarán esos 400 millones de euros dentro de pocos años.
En esta presentación de las cuentas del Real Madrid, cristalinas, se especifica que el grupo Legends aportó 360 millones para explotar el emporio del nuevo Bernabéu, en un acuerdo que concreta que durante 25 años esa empresa estadounidense recibirá el 30 por ciento de negocio anual del coliseo.
Todo está detallado y claro en los números del campeón de Europa. Las cuentas del Barcelona de Laporta son todo lo contrario, un brindis al sol.

La ficción de Laporta

Joan Laporta hizo público en octubre del año pasado un presupuesto 2022-23 que es sencillamente imposible. Su propia exposición pública, y publicada, de los números demostraban que nada era cierto.
En su huida hacia adelante, camino de la conversión en sociedad anónima deportiva como única solución, el presidente azulgrana se jactó de ofrecer un presupuesto récord de 1.250 millones que expresaba abiertamente que los ingresos ordinarios solo serían de 855 millones.
Joan Laporta, durante la rueda de prensa del pasado lunes en la que dio explicaciones sobre el caso Negreira

Joan Laporta, durante una rueda de prensaAFP

¿Cómo se pueden presupuestar 1.255 millones si los ingresos son de 855? El colmo de esta sinrazón es que presupuestaba unos gastos de 1.065 millones. Sus propias cuentas delataban unas pérdidas de 210 millones. Se gastó en fichajes 190. La razón es que incluía como ingresos los 400 millones que la segunda palanca de Sixth Streets entregaba al club para adquirir otro 15 por ciento adicional de los derechos televisivos del Barcelona en la Liga durante 25 años.

Todo lo contrario que LaLiga

Laporta cuenta como ingresos unas cesiones que significan inmediatamente que las percepciones económicas de lo que producen los derechos televisivos para la institución quedan recortadas en un 30 % desde esta misma campaña y durante un cuarto de siglo. Así que los ingresos han quedado cercenados desde agosto de una forma importante.
En el mismo sentido, el club, Barça Studios, ha vendido a Orpheus Media el 24,5 % de la propiedad, de manera que el FC Barcelona ha contabilizado como ingresos nuevas ventas de derechos que ya le han producido menos percepciones este mismo curso.
En el plus ultra, el más allá, de la incongruencia objetiva, los números hechos públicos por Laporta señalan que la masa salarial ascenderá de 518 a 656 millones, cuando LaLiga le exige y debe cumplir que esa masa salarial debe ser reducida drásticamente en 290 millones este mes de junio. Toda su exposición publicada de los datos del presupuesto son simplemente falsos, imposibles de cumplir.

Despidos de 120 personas

La desfachatez del presupuesto anunciado por Laporta el 6 de octubre es que mientras hablaba de aumentar el gasto salarial de 518 a 656 millones, unos números aprobados por 478 compromisarios que sólo veían los gastos de 190 millones en fichajes, empezando por Lewandowski, la cruda realidad es que su espeluznante crisis económica le ha impedido inscribir hoy a Araujo, Gavi y Balde para la próxima temporada.
Tebas, LaLiga, le impedirá apuntarlos para la próxima campaña mientras no rebaje el gasto salarial en 290 millones. La verdad no permite más conejos de la chistera con Laporta.

Messi, cargo de conciencia

Está cruda realidad económica, que obliga al Barcelona a recortar sus gastos en salarios a la mitad porque la crisis es insoportable, es una de las causas principales por las que Messi se ha alejado del regreso al Camp Nou. El argentino sabe que el Barcelona ya ha despedido a 55 trabajadores de la televisión del Barcelona y que se dispone a echar de la nómina a otros 65 empleados. Despidos que únicamente suponen un total de 14 millones de euros de ahorro.
Lionel Messi no ha querido ser uno de los responsables de los despidos. Y en las charlas entre sus portavoces y ciertos representantes del Barcelona dejó claro que para volver a La Masía deberían ser inscritos primero Araujo, Gavi y Balde. El mito azulgrana no ha querido ser culpable ni ayudante de todos estos desmanes. Y todo ello dejando a un lado que su relación con Laporta es inexistente y que no han hablado desde hace muchísimo tiempo.

Alemany: esto es inaguantable

El adiós de Alemany es el fiel reflejo de todas estas incongruencias económicas y futbolísticas. Laporta sigue hablando de fichajes mientras coloca en el mercado a Rapinha, Ansu Fati y Ferrán Torres, a la espera de no tener que vender a un futurible como Gavi o Balde para cuadrar unas cuentas que en todo caso solo le permitirían fichar a futbolistas con carta de libertad, pues no podrá pagar traspasos.
El adiós de una leyenda como Busquets, al que el presidente ofrecía un contrato de 4,5 millones anuales cuando hasta ahora cobraba 14, explica la verdad de la crisis. A Sergio le deben otros 20 millones diferidos de años anteriores para poder gastarse los 190 millones en fichajes que agotó hace nueve meses.
Y se presiona a Jordi Alba, que posee contrato hasta 2024, para que admita cobrar una indemnización y marcharse con Sergio a Arabia Saudí. A Jordi se le adeudan 36 millones que tiene firmados y que también quedaron en diferido para que Laporta pudiera sacar más conejos de la chistera.
Esta es la verdad del Barcelona. Y Mateu Alemany, que hizo milagros de ingeniería contable para inscribir a todas las contrataciones que el presidente trajo en julio, ha dicho basta. Ya no puede ponerse más vendas en la cara. Hay que reducir la masa salarial a la mitad y no está de acuerdo con las nuevas huidas hacia delante de Laporta, que esconderá toda esta quiebra técnica con el paseo por Barcelona con la Liga en ristre, gracias al gasto de 190 millones en adquisiciones que ahora debe devolver. Las comparaciones con la gestión del Real Madrid, en efecto, son odiosas.
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