Hoy es uno de esos días que difícilmente olvidarán cada uno de los aficionados madridistas repartidos por todo el mundo. Tenemos que retroceder exactamente diez años, hasta el 16 de abril de 2014, día en el que Real Madrid y FC Barcelona se enfrentaron en el Estadio de Mestalla para conseguir la Copa del Rey de aquella temporada.
Aquel 16 de abril, Gareth Bale dejó una huella imborrable en la historia del Real Madrid y del fútbol español. Corría el minuto 85, con ambos equipos preparando una más que posible prórroga, cuando el galés se convirtió en protagonista con una jugada que aún perdura en la memoria de los aficionados madridistas y en la de todo aquel amante del buen fútbol.
Con Fabio Coentrao superando la presión en su costado, el balón llegó a los pies de Bale, quien inició una vertiginosa carrera hacia la portería rival. Una jugada que seguirá protagonizando las pesadillas de Marc Bartra, quien intentó bloquear su avance, pero el galés, con una habilidad encomiable, logró sortearlo y encarar la portería de Pinto.
En un movimiento magistral, Bale esquivó la salida del portero y, con un toque preciso, envió el balón al fondo de la red, asegurando así la victoria del Real Madrid y su 19ª Copa del Rey.
Una década después, aquel gol sigue siendo recordado como un momento icónico en la historia del fútbol español. Y es que a pesar de los últimos años de Bale en el Santiago Bernabéu, marcados por la polémica, su legado sigue perdurando en la casa blanca, especialmente en ocasiones como esta.
A pesar de que este grato recuerdo queda ya lejos para los aficionados madridistas, la magia de aquella noche en Mestalla seguirá viva como consecuencia de un gol que marcó un antes y un después para el futbolista galés y en la historia del Real Madrid.
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