Raúl Asencio, durante el partido de semifinales de Copa del Rey
Gritos de «Asencio, muérete» en Anoeta obligan a parar el Real Sociedad - Real Madrid
El juego estuvo detenido unos minutos hasta que se aplicó el protocolo antiviolencia, en el que se pide emitir un mensaje por los videomarcadores
Raúl Asencio, canterano multiusos, titular en tres meses y hecho en La Fábrica
«Asencio, muérete». Ese fue el cántico que se escuchó en las gradas del Reale Arena y obligó a parar por unos minutos el partido. Aunque lo entonó solo un sector minoritario de la afición, fueron varias las veces que lo repitieron. Sánchez Martínez, árbitro del encuentro, no dudó en aplicar el protocolo contra el odio. Detuvo el partido, ordenó la proyección de un mensaje en el videomarcador y la lectura de un comunicado por megafonía. «Lo he escuchado yo mismo», se pudo leer en los labios del colegiado, dejando claro que no había dudas sobre lo sucedido.
Desde su llegada al estadio, Raúl Asencio vivió un ambiente hostil. Numerosos aficionados lo recibieron con gritos dirigidos en su contra. Pero lo peor llegó cuando el balón echó a rodar: cada vez que tocaba el esférico, los silbidos se repetían una y otra vez, sin descanso. Su posición como lateral lo llevó en múltiples ocasiones a las inmediaciones de la grada, donde los insultos no cesaban. La situación alcanzó su punto álgido con el cántico que desató la intervención arbitral.
Mensaje en el videomarcador del Reale Arena para frenar los cánticos ofensivos
Vinicius, que en la primera parte portó el brazalete de capitán, se dirigió rápidamente a Sánchez Martínez para informarle de los insultos, aunque el colegiado ya era consciente de la situación. Acto seguido, aplicó el protocolo: se acercó a la banda y llamó al delegado de campo, a un agente de la Ertzaintza, así como a los entrenadores Carlo Ancelotti e Imanol Alguacil.
Allí explicó el motivo de la interrupción del partido, que no se reanudó hasta que el mensaje de advertencia apareció en el videomarcador y fue leído por la megafonía del estadio, tal y como establece el protocolo de antiviolencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Los insultos a Asencio
No es la primera vez que Asencio se enfrenta a un ambiente de este tipo. En San Mamés, en El Sadar o en Montilivi también recibió cánticos en su contra, aunque de menor intensidad. La razón detrás de esta animadversión se encuentra en el caso judicial en el que está implicado, relacionado con la presunta distribución de pornografía infantil. Aunque el proceso sigue en curso y el futbolista sigue imputado, hasta ahora no se han encontrado pruebas concluyentes que demuestren su participación. A pesar de ello, el juez considera que la falta de pruebas definitivas no implica necesariamente su inocencia.