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Neymar, tras caer eliminado de la Copa

Neymar vuelve a jugar con el Santos y se lía con gritos de «a segunda»: así fue su reacción

El regreso de Neymar a la acción no fue el esperado. Tras más de un mes fuera por lesión, el delantero volvió a vestirse de corto este jueves, aunque su reaparición no bastó para salvar al Santos, que quedó eliminado en los dieciseisavos de final de la Copa do Brasil frente al modesto CRB, equipo de la Serie B brasileña.

El encuentro, disputado en el estadio Rei Pelé, concluyó sin goles tras los 90 minutos reglamentarios, y la suerte se decidió desde los once metros. Allí, el conjunto alagoano se impuso 5-4 en la tanda de penaltis, sellando una clasificación histórica ante un Santos sin rumbo y en crisis.

Neymar entró en el minuto 65 y, aunque convirtió su penalti, ofreció una versión apagada. La falta de ritmo se notó, y el peso de las circunstancias –con el equipo hundido en la liga y bajo una presión enorme– se reflejaron en su lenguaje corporal. Para colmo, mientras atendía a los medios tras el partido, los seguidores locales coreaban cánticos como «¡Santos a Segunda!», en alusión al penúltimo puesto que ocupa el club en el Brasileirao.

La tensión terminó por estallar. Neymar, visiblemente molesto, se dirigió a la grada, se besó el escudo del Santos y respondió con un gesto de silencio a los aficionados del CRB. Un acto de orgullo y rabia que reflejó la frustración acumulada en su regreso al club que le vio nacer futbolísticamente.

Su futuro, una incógnita

Consultado sobre su continuidad más allá del contrato actual –que finaliza en julio–, el atacante fue parco: «No lo sé», respondió sin dar más pistas sobre su futuro inmediato.

Neymar no jugaba desde que sufriera una lesión en el muslo izquierdo en abril, en un partido ante Atlético Mineiro. Fue la segunda dolencia importante en lo que va de temporada y lo dejó fuera de la última lista de convocados de la selección brasileña, ahora en manos de Carlo Ancelotti.

Su retorno al Santos, firmado con ilusión y expectativa durante seis meses, está resultando mucho más complejo de lo previsto. Entre lesiones, malos resultados y un entorno enrarecido, el reencuentro entre Neymar y su club de origen amenaza con convertirse en una historia de desencanto.