El Arsenal aplasta al Real Madrid y le obliga a agarrarse a otra noche épica en el Bernabéu

Durísimo resultado pero merecido. El Arsenal pasó por encima de un Real Madrid al que ni siquiera le salvó su mística en la Champions League. Londres se convirtió en una auténtica tortura para el vigente campeón que se marchó con un 3-0 y casi debe dar las gracias. De no ser por Thibaut Courtois la cosa podría haber acabado con un saco todavía mayor.

Nada le salió a los pupilos de Carlo Ancelotti, superados en todo momento por el equipo de Arteta. Una barrida táctica que deja señalado al italiano y a todo el equipo porque no encontraron soluciones a nada, aunque bien es cierto que el Arsenal tampoco lo puso fácil, pues todo le salió a pedir de boca. Ni un error en 90 minutos, justo los que le quedan para estar en semis de Champions. Serán en el Bernabéu, donde ya se sabe que son molto longo, aunque antes merece la pena hablar de todo lo ocurrido en Londres.

El inicio del choque no se diferenció mucho de lo que suele ocurrir cuando el Real Madrid juega fuera de casa en Champions League. Conscientes del poder del Bernabéu, sobre todo cuando se disputa allí la vuelta, los blancos tenían en mente un plan defensivo, dejando la iniciativa al Arsenal e intentando aprovechar la velocidad de Vinicius, Mbappé y Rodrygo en las contras. De hecho, los dos primeros mandaron un par de avisos nada más comenzar el encuentro.

No se intimidó con estas contras el conjunto londinense y un lío de Camavinga que casi le cuesta un autogol fue la gasolina necesaria para que los de Arteta cogieran el timón del partido. Dominaban y jugaban en campo contrario mientras el único peligro del Madrid eran las contras y apenas las tiró tras el susto que se llevaron por un posible penalti de Asencio que revisó el VAR pero terminó en nada.

Mbappé perdona y Courtois salva

Así pues, el Arsenal se fue sintiendo dueño y señor del partido hasta que un pase filtrado por Bellingham dejó solo a Mbappé, que se plantó en el mano a mano con David Raya pero lo salió un disparo algo centrado. Blocó en dos tiempos el meta español y en seguida llegó la réplica gunner con una jugada de Saka que no encontró rematador.

No obstante, el verdadero peligro llegó con un cabezazo de Rice a bocajarro que salvó Courtois con un manotazo. El rechace lo recogió Martinelli que lanzó un zurdazo que también tuvo respuesta del belga. Salvó Courtois a los blancos, que se marcharon al vestuario dando gracias de ir empate a cero. Sin noticias del centro del campo y muy poco de los tres de arriba.

Si lo de la primera parte había sido un aviso, lo de la segunda fue la confirmación de que el Real Madrid estaba siendo inferior al Arsenal. Mikel Arteta ordenó a los suyos bajar el ritmo del partido para impedir que los de Ancelotti montaran contras y fue una decisión perfecta. Es cierto que no encontraron el gol de jugada porque Courtois estaba infranqueable, pero Declan Rice encontró la manera. Una falta desde más de 25 metro fue la ocasión perfecta para meterle una rosca perfecta a la bola, superar la barrera y dejar en nada la estirada del guardameta merengue.

Golazo tremendo, pero no se conformó con eso ni él ni su equipo y cuando quizás otros se hubiesen ido para atrás, teniendo en cuenta que su rival es el rey de Europa, ellos quisieron más. Tuvieron el segundo en una triple ocasión pero dos manos milagrosas de Courtois y una salvada en la línea de Alaba dieron algo de esperanza. En el córner posterior fue Bellingham quien sacó el zurdazo de Rice en la línea. Se salvaba el Real Madrid, pero Rice no estaba por la labor de dejar esto así.

Torbellino 'gunner'

Llegó otra falta y Declan Rice la tiró aún mejor que la del primer gol. Esta vez fue por el palo de Courtois pero lanzó tal misil a la escuadra que nada pudo hacer el portero de Bree. Cero culpa ante semejante disparo que puso patas arriba el Emirates y dejó al vigente campeón muy tocado.

Trató de reaccionar el conjunto de Ancelotti, que no era la primera vez que se veía en una situación así. Lo sabía Arteta y también Mikel Merino, por lo que no aflojaron el ritmo y trataron de hurgar en la herida. La lección estaba clara: no dejar al Madrid meterse en el partido. Así pues, una magnífica jugada iniciada por Trossard terminó con Merino sacándose un zurdazo con rosca desde la frontal que aumentó aún más la ventaja. Mazazo para un Real Madrid que no sabía como reaccionar.

No hubo manera de un gol con el que llegar con esperanzas a la vuelta. Esta vez no ocurrió porque el Arsenal no falló. De hecho, más allá de una internada tímida de Mbappé apenas tuvieron ocasiones para meterse en la eliminatoria. Las semis están complicadas, aunque queda la magia del Bernabéu y ahí la historia será completamente diferente.