Griezmann reina en la locura del Metropolitano y mantiene al Atlético en la pelea por la Liga

«Nunca dejes de creer». Ese es el lema del Atlético de Madrid que representó ante el Sevilla más que nunca, sobre todo Griezmann, que levantó a un equipo totalmente muerto. Lo tenía imposible el conjunto del Cholo Simeone, pero el francés siempre creyó en la remontada y levantó hasta el 4-3 un 1-3 que les alejaba de la Liga, esa que parecía imposible en octubre y ahora empieza a parecer real.

Es un partido difícil de explicar para quien no lo vio. No hubo orden y nada tuvo sentido. Simplemente fueron dos equipos compitiendo con sus armas y buscando la victoria en una batalla de gladiadores. Mandó el Atlético, pero pudo hacerlo cualquiera. Sin embargo, este equipo tiene estrella y hay que matarlo y rematarlo para ganar un partido, pues se está acostumbrado a ganar en el descuento como volvió a suceder, aunque antes pasaron muchas cosas.

Entendió el Atlético de Madrid que el de este domingo era un partido clave para presentar su candidatura al título y salió con el 11 de gala, ese que en Valladolid había servido para ganar 0-6. Ese fue el camino que parecía que iba a coger el choque cuando Griezmann estrelló una pelota en el travesaño. Funcionaba bien el Atlético a pesar de que el Metropolitano seguía con su huelga de animación, desde el Fondo Sur, por las sanciones internas del club tras lo ocurrido en el derbi con los mecheros.

Ni el ambiente frío, tanto en la grada como en el césped, con cuatro grados, impidió a De Paul demostrar que está tocado por una varita y poner en la escuadra un balón que le cayó rebotado. Olía a fiesta ante un Sevilla en horas bajas y el Metropolitano lo sabía, aunque se equivocaba. Ni dos minutos duró la alegría del gol del '5' rojiblanco cuando Lukabikio, la estrella del conjunto hispalense, cazó un córner sacado en corto para sacarse un latigazo desde la frontal e igualar la contienda igual que de rápido que se había desigualado. Fue el inicio de una tortura para los rojiblancos.

El Sevilla siempre es el Sevilla

Intentó el Atlético que no se notara que había encajado gol, pero lo cierto es que el golpe fue demoledor. Trataba de mantener la iniciativa aunque el Sevilla estaba cómodo atrás esperando su oportunidad. Giuliano, Griezmann y Julián buscaban la manera de abrir la zaga hispalense, pero los de García Pimienta estaban bien plantados. Sin fisuras y sabiendo que en alguna iba a llegar la oportunidad. Así fue y en un contragolpe que lideró Kike Salas, sirvió un magnífico pase a la espalda de Giménez para que Isaac Romero le diera la vuelta al luminosos.

Gran reacción de un Sevilla que hacía honor a su escudo, como no había pasado en sus últimas citas en el Metropolitano, y que además sabía cómo hacer daño a los de Simeone, pues cada pérdida rojiblanca se transformaba en ocasión clara para los visitantes. Aún así, Giuliano no le perdió la fe al duelo y luchó como acostumbra una pelota imposible que dio a De Paul para que este le regalara el gol a Julián. Se tranquilizó el Atlético, pero solo unos segundos, porque el VAR avisó a Arberola Rojas de que había fuera de juego (milimétrico) al inicio de la acción. Antes, Gallagher tuvo el empate en sus botas con un balón para empujar que le rebañó la zaga sevillana en el área pequeña con Álvaro ya regateado. Pidió penalti en inglés pero ni el colegiado ni la tecnología vieron suficiente el contacto.

Así se fue la cosa al intervalo, con el Sevilla feliz y el Atlético obligado a remontar. Sin embargo, la distancia se hizo más grande cuando nada más empezar Juanlu puso el tercero a un nuevo pase de Kike Salas. Conexión España sub-21 para hacer polvo al conjunto madrileño, que no se explicaba que en tres tiros el Sevilla hiciera tres goles. No obstante, siguió creyendo la escuadra colchonera y Griezmann recortó diferencias tras un espectacular pase filtrado de Barrios. Había partido aunque el Sevilla trataba de que pasaran los minutos sin que ocurriera nada.

Iba con todo el Atlético con ganas de encontrar el empate e incluso algo más y Simeone envidó con Sorloth, aunque salió esa versión que desespera a la hinchada del Atlético. Dos cabezazos clarísimos que mandó al muñeco y un remate al que no llegó por poco cuando ya se cantaba gol. Total, que tuvo que ser Lino, quien atraviesa una crisis de confianza, el que se animara con un disparo lejano que sorprendió a Álvaro y a todo el Metropolitano. Empate y 10 minutos trepidantes por delante más el descuento.

La fiesta ya debía ser completa y quien para rematarlo que Antoine Griezmann, ese al que algunos quieren mandar a la MLS y sigue siendo la estrella de este equipo. Griezback, como le llaman desde que volvió. Locura en el Metropolitano y a pelear por la Liga.