
Miguel Ángel Sánchez, 'Míchel', durante un partido del Girona FC
La caída en picado del Girona, el equipo revelación de la pasada Liga que está coqueteando con el descenso
En este siglo, hasta nueve proyectos europeos acabaron descendiendo a Segunda esa temporada.
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El Girona se ha convertido en una de las grandes decepciones de la temporada. El equipo catalán, que fue una de las revelaciones del curso pasado gracias a su fútbol atractivo y su histórica clasificación a puestos de Champions, atraviesa ahora un momento muy diferente. Aquellos tiempos en los que visitar Montilivi casi garantizaba una derrota para el rival parecen lejanos. Los de Míchel acumulan ya 10 jornadas sin conocer la victoria y están a solo tres puntos del descenso.
El club, que en su día fue vinculado al independentismo catalán por Carles Puigdemont (aficionado y socio de honor), vive uno de los momentos más delicados de los últimos años. Lo que comenzó como una campaña ilusionante se está desmoronando y amenaza con terminar en desastre.
Míchel tendrá que remar contracorriente para evitar que esta temporada acabe en fracaso absoluto. Por detrás del Girona solo quedan Valladolid, Alavés, Las Palmas y su próximo rival directo: el Leganés, al que se enfrentan este jueves.
Marchas dolorosas, refuerzos invisibles
Cada verano se repite la misma historia: equipos modestos que firman temporadas brillantes y, al final, ven cómo sus mejores jugadores son seducidos por los grandes clubes. Lo que queda son apenas las sobras. El Girona es, sin duda, uno de los mejores ejemplos recientes de este fenómeno.
Figuras clave como Dovbyk, Aleix García, Savinho, Yan Couto o Eric García abandonaron Girona tras firmar la mejor temporada en la historia del club. Los 24 goles del delantero ucraniano fueron decisivos en el éxito del equipo, al igual que el desborde de Savinho y Couto por las bandas, mientras que Aleix era el auténtico timón en el centro del campo.

Artem Dovbyk fue la estrella del Girona la pasada campaña
En su lugar llegaron hasta 12 nuevos futbolistas, llamados a mantener el nivel y afrontar el reto de competir frente a los mejores equipos del mundo. Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta. Abel Ruiz, procedente del Sporting de Braga y fichado para sustituir a Dovbyk, apenas suma cuatro goles. Arthur Melo, quien llegaba como el cerebro del equipo, ha pasado desapercibido, sin cumplir con las expectativas. Y Danjuma, el atacante nigeriano, ha protagonizado más noticias fuera del campo que dentro de él.
La cabezonería de Míchel
No cabe duda de que Míchel fue el gran artífice del milagro gerundense. Logró dotar al Girona de una identidad clara, basada en un juego asociativo, vistoso, combinativo y vertical. Bajo su mando, el equipo alcanzó los 81 puntos y protagonizó la mejor temporada de su historia, siendo incluso comparado con el Leicester, que sorprendió en la Premier League.
Sin embargo, en la actualidad, uno de los puntos débiles del equipo parece ser precisamente su entrenador. El técnico vallecano sigue aferrado al sistema que tan buenos resultados le dio el curso pasado, pero se ha mostrado reacio a introducir cambios. Míchel insiste en salir con el balón jugado desde atrás, a pesar de que algunos de sus actuales jugadores no cuentan con la capacidad técnica necesaria para hacerlo. Un buen entrenador no es solo aquel que impone su idea, sino el que sabe adaptarla a las características de su plantilla.

Abel Ruiz, gran decepción esta temporada
Un claro ejemplo de esta rigidez táctica se vio en el último encuentro ante el Real Betis. El Girona intentó salir jugando desde su área con Krejčí o Blind, pero la presión alta del conjunto verdiblanco provocó múltiples pérdidas peligrosas. El resultado: balón constantemente en campo propio, posesión para el rival y una amenaza continua cerca del área.
Resulta sorprendente ver cómo el Girona, a pesar del talento individual que posee, no está logrando aprovecharlo de manera efectiva. La plantilla cuenta con futbolistas de renombre como Miguel Gutiérrez, Gazzaniga, Arthur Melo, Van de Beek, Blind, Danjuma, Oriol Romeu, Bryan Gil, Portu o Stuani. Nombres con experiencia y calidad suficiente como para competir perfectamente por puestos europeos, al nivel de equipos como el Celta o el Mallorca. Sin embargo, el rendimiento colectivo dista mucho de lo que podría ofrecer.
Antecedentes preocupantes
No sería la primera vez que un equipo que disputa competición europea termina descendiendo. En lo que va de siglo, ya ha ocurrido nueve veces con siete clubes distintos.
Granada (20/21) es el caso más reciente: llegó a cuartos de Europa League, pero cayó a Segunda en la última jornada. Un año antes, el Espanyol vivió algo similar: de Europa a colista con solo 25 puntos.

Manchester United-Granada en la Europa League
También le pasó al Betis en la 13/14, que entró en descenso en la jornada 10 y no volvió a salir. Colista con 25 puntos tras llegar a cuartos en Europa League. Y en la 11/12, el Villarreal jugó Champions frente a Bayern, City y Nápoles, pero acabó bajando pese a sumar 41 puntos.