Así cayó el partido de Miami: victoria anticipada, falta de información y la presión del Real Madrid

Cuando parecía que nadie iba a ser capaz de frenar a Javier Tebas en su idea de llevar el Villarreal - Barça de la 17ª jornada de Liga a Miami, sucedió lo inimaginable y Relevent, la promotora del evento, decidió dar marcha atrás ante la incertidumbre generada en España. A la patronal, con esa sensación de resignación que aparece cuando algo no sale como se espera, no le quedó otra que informar a través de sus canales oficiales que se suspendía el encuentro.

Esto fue el final de la película. Pero para entender todo esto hay que retroceder en el tiempo. Porque el deseo de Tebas de jugar un partido de Liga en Estados Unidos venía de lejos. La primera vez que el presidente de la patronal planteó esta idea fue el 2 de octubre de 2018 y el plan era que el Barça - Girona se jugara en suelo norteamericano.

Aquel día, el máximo mandatario del fútbol español afirmó lo siguiente: «Jugar en Estados Unidos es vital para nuestra estrategia allí y no cederemos en lo que es nuestro derecho. No es fácil sacar un partido de su competencia habitual y sabíamos que nos encontraríamos con un muro cultural de instituciones europeas y españolas, pero comenzamos este proceso hace dos años y vamos a seguir trabajando para que suceda».

Tebas siempre defendió la idea de jugar un partido de LaLiga en Estados Unidos. Por aquel entonces, el Barça - Girona no salió adelante y la Real Federación Española de Fútbol frenó los planes de jugar allí por la falta de información que hubo en ese momento.

Pasaron los años y no se volvió a saber mucho más del tema. Pero Tebas no se rindió. El presidente tenía la idea entre ceja y ceja y tenía muy claro que el plan iba a salir adelante. Y así se llegó al 11 de agosto de 2025.

La RFEF, a través de Rafael Louzán, dio luz verde a la idea de disputar el Villarreal - Barça en el Hard Rock Stadium de Miami a la espera de lo que decidieran UEFA y FIFA, los otros dos organismos involucrados en este proyecto.

Eso hizo que el fútbol español empezara a posicionarse en contra de dicha idea. Varios jugadores y directivos salieron a decir que se adulteraba la competición y eso provocó que la incertidumbre creciera exponencialmente. Con el paso del tiempo se sumaron más voces críticas y la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) hizo lo mismo. La idea no convencía.

El 11 de septiembre, la UEFA emitió una comunicación oficial, frenó la idea de Tebas y afirmó: «Hay muchas cuestiones por resolver y, como organismo rector europeo, la UEFA tiene la posibilidad de tener en cuenta todos esos factores. Como resultado, hoy no se tomó ninguna decisión, pero la UEFA llevará a cabo una ronda de consultas con todas las partes interesadas en el fútbol europeo, incluidos los aficionados».

La idea seguía en el aire. No se tomó una decisión definitiva y tanto el Villarreal como el Barcelona se frotaron las manos. A ambos clubes les seducía la idea y eran los primeros interesados en jugar en Estados Unidos. Se iban a llevar dinero y prestigio.

El 6 de octubre, la UEFA, el máximo organismo del fútbol europeo, le dio el OK a la propuesta y Tebas vio cada vez más cerca su objetivo. Faltaban unos pequeños detalles. Y dos días después, el presidente de la patronal confirmó que el Villarreal - Barcelona se iba a disputar el sábado 20 de diciembre.

El jefe supremo de LaLiga cantó victoria. El problema es que no se tuvo en cuenta la opinión de los capitanes de los 20 equipos y eso, lógicamente, generó cierto recelo. Y a eso había que sumarle la falta de información. No se dieron a conocer ni los detalles, ni el dinero que se iban a llevar el Villarreal y el Barça, como tampoco los beneficios que iba a obtener la patronal.

Esa falta de transparencia encolerizó a los clubes españoles y en la novena jornada de Liga se tomó la decisión de protestar con un plantón de unos 15 segundos antes del inicio de los partidos. La idea se ejecutó, pero LaLiga optó por censurar las imágenes y coló en las retransmisiones televisivas el eslogan «Compromiso por la paz», que se sacó con el objetivo de celebrar el alto al fuego en el conflicto bélico entre Israel y Palestina.

De la tranquilidad al nerviosismo

Las protestas, que empezaron el viernes 17 en el Tartiere antes del Oviedo - Espanyol y acabaron el lunes 20 en Mendizorroza minutos antes del inicio del Alavés - Valencia, dieron la vuelta al mundo y Tebas se empezó a poner nervioso.

El presidente de la patronal tenía a todo el fútbol español en contra y la bomba estaba cada vez más cerca de explotar. Sólo faltaba el estallido definitivo. Y el martes 21 de octubre, el Real Madrid, que había dicho que el partido vulneraba el principio esencial de reciprocidad territorial que rige en las competiciones de liga a doble vuelta, decidió volver a denunciar la situación ante el CSD (que nunca se llegó a posicionar) y, horas después de esa noticia, salió a la luz el comunicado que Tebas nunca quería emitir.

«LALIGA informa de que, tras conversaciones con la promotora del Partido Oficial de LALIGA en Miami, esta ha comunicado su decisión de cancelar la organización del evento debido a la incertidumbre generada en España durante las últimas semanas», comunicó la patronal.

La circular cayó como una bomba. Villarreal y Barça daban por hecho que se iba a jugar el partido en Miami y el enfado en el conjunto groguet, que se enteró en pleno partido de Champions ante el Manchester City, fue mayúsculo. La entidad que preside Fernando Roig consideró que se les había faltado al respeto y expresó que «su profundo malestar con LaLiga».

El Barça, por su parte, acató la decisión y lamentó «la oportunidad perdida de expandir la imagen de la competición en un mercado estratégico y con capacidad de crecimiento y generación de recursos en beneficio de todos».

En definitiva, el Villarreal - Barcelona de Miami ya es historia. Y el peor parado en este sentido es, como es lógico, Javier Tebas, que volvió a ver cómo su sueño americano se esfumó de la manera más inesperada.